- JOSÉ
LUIS CALVO PÉREZ EL
REGIMIENTO PROVINCIAL DE OVIEDO
(Dibujo del autor) Organización,
hechos de armas y demás vicisitudes del Cuerpo durante la Guerra de la
Independencia (1808-1814)
OVIEDO
2009 |
Portada: Labra heráldica
con el escudo regimental que se hallaba colocada en la fachada del antiguo
cuartel de Milicias. Actualmente se conserva, con evidentes signos de
deterioro, en el Museo Arqueológico de Asturias (Oviedo).
_____________________________________________________________________________________
EL REGIMIENTO
PROVINCIAL DE OVIEDO 1808-1814
Introducción
Esta
es la historia de un valeroso y distinguido cuerpo, formado por hombres de
voluntad inquebrantable y con un alto sentido del deber, que con su valor y
constancia contribuyeron, sin abandonar sus banderas, a expulsar de España a la
más formidable máquina militar de Europa: el Ejército napoleónico. A ellos,
como no podía ser de otra manera, va dedicada esta monografía.
El
Regimiento de Milicias Provincial de Oviedo fue creado como consecuencia de
Desde su creación veneraba por Patrona a la Virgen de Covadonga.
Su escudo de armas consistía en la
Cruz de los Ángeles, blasón heráldico de la antigua provincia de Oviedo y de la
ciudad del mismo nombre, capital del Principado de Asturias.
Nombres o denominaciones que ha
tenido desde su creación:
-
1734. Regimiento de
Milicias de Oviedo
-
1808. Regimiento
Provincial de Oviedo
-
1810. Regimiento
Infantería de Línea de Oviedo
-
1815. Regimiento
Provincial de Oviedo
Vicisitudes y hechos de
armas
1808
El 25 de mayo de 1808
Por aquellas fechas solamente subsistía en Asturias como
fuerza militar de guarnición, más o menos estable, el Regimiento de Milicias
Provincial de Oviedo. El cuerpo, medianamente organizado, se hallaba entonces mandado
por el coronel D. Joaquín María Velarde y, como consecuencia de la declaración
de guerra, el Provincial de Oviedo, junto con el Primer Batallón del Regimiento
de Hibernia, estaba predestinado a desempeñar un papel fundamental en la
organización de los distintos regimientos que
La situación del Regimiento durante los primeros meses de
1808, según el estado que manifiesta su fuerza fechado el 16 de mayo de este
mismo año, es la siguiente:
Nombre del Cuerpo |
Bón,s |
Fuerza que presenta |
Destino |
Estado vestuario |
|
Jefes y Oficiales |
Tropa |
||||
REGIMIENTO PROVINCIAL DE OVIEDO |
1 |
34 |
543 |
Gijón |
Inútil |
De la fuerza total reflejada en este estado, naturalmente,
hay que deducir los efectivos que componían la compañía de granaderos que,
desde tiempo atrás, se encontraba en Galicia, por lo que la guarnición que permanecía
en el Principado, no exenta de dificultades, se cifraba en tono a los 400
hombres.
El mismo día de la declaración de guerra, es decir, el 25
de mayo,
Una vez verificado el acto religioso, las banderas y
escolta regresan a Cangas de Onís, reintegrándose al cuerpo con las
formalidades de ordenanza. A continuación, reunido ya el batallón y puesto al
frente del mismo el sargento mayor D. Francisco
de Paula Manglano por ausencia de su coronel, parte, tal como estaba ordenado,
a ocupar los puntos más importantes de la montaña de Covadonga.
En cumplimiento de órdenes emanadas de
Como consecuencia de la ayuda prestada a la provincia de
Santander, el 1º de junio el Regimiento de Provincial Oviedo abandona las
posiciones establecidas en torno a la montaña de Covadonga y se dirige hacia
Llanes, en cuya villa queda fijado el cuartel general divisionario, pasando
desde aquí a Colombres, Valle de Cabuérniga, Molleda y otros puntos
importantes, avanzando en el ínterin hasta la villa de Comillas. El día 11 se
reintegra al cantón de Llanes.
El día 14 de junio el general Llano-Ponte, de acuerdo con
el comandante en jefe de las tropas cántabras, decide efectuar un ataque combinado
contra el dispositivo enemigo de Santander, pero cuando dicha vanguardia al
mando del sargento mayor D. Francisco Manglano efectúa el avance para verificar
el ataque y posesionarse de la capital, el enemigo, de forma sorprendente,
abandona la ciudad.
Permanece en Santander por espacio de
algunos días, hasta que por orden del general D. Nicolás de Llano-Ponte, junto
con los demás cuerpos asturianos pasa a Reinosa, desde cuyo punto se traslada a
Vega de Cervera, Guardo y Pedrosa para internarse de nuevo en Asturias a través
del puerto de San Isidro. Después de dar unos días de descanso a la tropa en
Pino de Aller, el regimiento regresa a Oviedo. Aunque con esta operación no fueron
conseguidos grandes éxitos, se contribuyó, sin embargo, a disciplinar y
experimentar al soldado a las fatigas que le iba a deparar la dura campaña.
Una vez acantonado en Oviedo, entre los distintos jefes, oficiales,
sargentos, cabos y soldados del Regimiento, se seleccionan 100 hombres para instruir
y ejercitar en el manejo de las armas a los voluntarios que, procedentes de los
distintos concejos asturianos, deberían constituir la futura masa de maniobra
de los regimientos que, por orden de
Encontrándose en Oviedo, el 1º de
agosto de 1808 se ordena que el Provincial de Oviedo se integre en la división
que manda el mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós, disponiendo,
además, que este mismo día emprenda la marcha para incorporarse a su nuevo destino.
El 24 de septiembre de 1808 se
dispone que el Regimiento Provincial de Oviedo se incorpore a la guarnición y
plaza de Gijón, a cuya plaza llega el 27 del mismo mes.
Continúa de guarnición en Gijón hasta finales del mes de
setiembre de 1808 en que, por orden superior, el Regimiento Provincial de
Oviedo es destinado a la recién constituida “división expedicionaria” puesta al
mando del general D. Vicente María de Acevedo, cuyo cuartel general se
establece en la villa de Llanes con el objeto de proceder a su reorganización.
Hallándose en Llanes, el 25 de
septiembre de 1808 el general Acevedo eleva a
Como consecuencia de lo anterior, el
Regimiento Provincial de Oviedo sale para en Llanes, en cuya villa permanece
acantonado por espacio de varios días perfeccionando su reorganización para
adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra.
Una vez organizada y provista de todos los medios
necesarios para salir a campaña, la división expedicionaria debería ponerse en marcha
hacia Vizcaya, en donde se uniría al Ejército, también expedicionario, de
Galicia para constituir la 3ª división del referido ejército al mando del teniente
general D. Joaquín Blake y Joyes.
El 1º de octubre, una vez arreglado bajo el
pie de dos batallones, de a cinco compañías cada uno, una de ellas de granaderos,
con sus correspondientes planas mayores, el Regimiento Provincial de Oviedo se
pone de nuevo en marcha hacia su destino, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos)
el día de 11 de octubre, incorporándose inmediatamente al Ejército de Galicia,
en cuyo punto, por haber sido reorganizadas las fuerzas españolas en cuatro
grandes ejércitos de maniobra, el de Galicia pasa a denominarse Ejército de la
Izquierda, cuyo mando sigue ostentando el general D. Joaquín Blake y Joyes.
Concertado el despliegue de las
unidades, el Regimiento Provincial de Oviedo, junto con los demás cuerpos de su
brigada, ocupa la localidad de Villarcayo bajo las órdenes directas del brigadier
D. Gregorio Bernaldo de Quirós. Más tarde pasa a Orozco con el total de la división.
En el estado de fuerza de todos los
cuerpos que componen la división expedicionaria, fechado el 12 de octubre de
1808, el Regimiento Provincial de Oviedo presenta 17 jefes y oficiales y 775
individuos de tropa. Asimismo, en el estado de organización y fuerza disponible
del Ejército de la Izquierda del 31 de octubre, en el Regimiento figuran los
mismos efectivos reflejados en el informe anterior. Según este estado, el
regimiento se encuadra en la 2ª brigada que manda el brigadier Bernaldo de
Quirós, acantonada en Orduña.
El 3 de noviembre las fuerzas de la
2ª brigada al mando del brigadier Bernaldo de Quirós, entre las que se encuentra
el Provincial de Oviedo, se reagrupan en La Nava con el Ejército de Galicia. En
operación combinada para librar a las fuerzas de los generales D. Cayetano
Valdés (jefe de la 1ª brigada asturiana) y D. Rafael Martinengo de caer
prisioneras del enemigo, Blake ordena a Quirós que, con su brigada, se dirija a
Orrantia, en cuyo punto, afortunadamente, se reúnen unas y otras llenas de
júbilo por el buen éxito de la maniobra.
El Regimiento Provincial de Oviedo,
en reunión con otros de su división bajo el mando del brigadier D. Francisco de
Paula Manglano, recibe la orden de salir para Valmaseda con el objeto de
reemplazar a los cuerpos de la 4ª división que participaron en la ocupación de
dicha villa. El día 5 de noviembre, ante el riesgo inminente de ataque por
parte del enemigo para reconquistar Valmaseda, Blake ordena al general Acevedo
que desaloje la plaza, lo que verifica con prontitud, orden y sin el menor
contratiempo, pese a estar expuestos a un intenso fuego enemigo.
Emprendida la retirada por el camino
de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la
villa de Espinosa de los Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable,
lo que obliga a las tropas de Blake a ocupar posiciones dominantes para evitar
la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera
emprender el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se entabló un encarnizado y
crudo combate, que fue rechazado tras dos horas de agotadora lucha, en el que
por ambas partes se hicieron prodigios de valor. Por la tarde el general
Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con
serenidad, batiéndose con valor los cuerpos asturianos, pero la acción queda
indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible distinguir
cualquier objeto. No obstante, entre las tropas asturianas se producen varias
bajas entre muertos y heridos. El Regimiento Provincial de Oviedo, junto con
los de Salas y Villaviciosa, realiza en el transcurso de la acción tres cargas
a la bayoneta, causando varias bajas al enemigo.
Al día siguiente el enemigo,
resuelto a concluir la acción emprendida el día anterior, decide acometer el
flanco izquierdo y se lanza al ataque de frente. Cae muerto el general Quirós y
herido el general Acevedo. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas
que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el
inesperado movimiento y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce
el desorden general y la completa dispersión. No obstante lo anterior, el
Regimiento, junto con los demás cuerpos de la división, había acreditado
subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.
Reunidas las dispersas fuerzas en Reinosa, tras el
recuento general realizado a éstas, el Provincial de Oviedo presenta una
reducida plantilla regimental, formada por 1 jefe, 18 oficiales y sólo 367
individuos de tropa, ya que en la acción de Espinosa había perdido,
aproximadamente, el 50% de sus efectivos. El armamento y vestuario, a pesar de
los avatares, se hallaba al completo y su estado de instrucción se consideraba
bueno.
Puestos en ordenada retirada con dirección al
Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores,
los maltrechos regimientos asturianos son alcanzados cerca de Comillas. El valeroso
Regimiento de Cangas de Tineo es el encargado de sostener la retirada.
Dispuesto el enemigo a terminar con todo foco de
resistencia, vuelve sobre Comillas para atacar a las fuerzas asturianas allí
establecidas y no contando éstas con tropas suficientes para hacer frente a un
enemigo que les aventaja en superioridad numérica, el 19 de noviembre se
repliegan a San Vicente de la Barquera, en la creencia de que en este punto,
por su privilegiada situación estratégica, se podía contener al adversario y
hacerle desistir de su persecución. Establecido el dispositivo defensivo bajo
el mando del general D. Nicolás de Llano-Ponte, sin tener en cuenta la
formidable ventaja que ofrecía el terreno -lamentable error táctico-, se
dispone sostener el puente Maza, situado a espaldas de las tropas, lo que deja
a éstas en una situación comprometida. Bombardeada la posición por la
artillería y, posteriormente, acometida por la caballería enemiga, cunde el
pánico y se produce la dispersión, quedando expedito el paso del puente para la
progresión de las fuerzas enemigas.
Siguiendo la retirada general,
siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 las fuerzas
asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura
refriega con los perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y
desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano-Ponte establece la
línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil estratagema del enemigo,
cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la sensación de reunión de
fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por temor de ser atacado al
día siguiente.
Debido a los fracasos e
incompetencia militar del general Llano-Ponte,
El Regimiento Provincial de Oviedo,
que es uno de los cuerpos excluido para formar las fuerzas de Ballesteros,
emprende la marcha con dirección a Oviedo, quedando acantonado en Noreña.
Según un estado de fuerza del Regimiento
Provincial de Oviedo fechado en Noreña el 10 de diciembre de 1808, el regimiento
presenta una plantilla formada por 5 capitanes, 5 tenientes y 7 subtenientes,
mientras que los efectivos disponibles para tomar las armas es de 462 hombres (30
sargentos, 6 tambores, 50 cabos y 376 soldados). Faltaban para su completo, 5
capitanes, 5 tenientes, 3 subtenientes, 20 sargentos, 14 tambores, 70 cabos y
624 soldados. La fuerza en revista la constituían 10 capitanes, 10 tenientes,
10 subtenientes, 50 sargentos, 20 tambores, 120 cabos y 1.000 soldados, es
decir, 30 oficiales y 1.190 efectivos.
- Coronel …………………. Vacante
- Sargento Mayor ………… D. Francisco Manglano
- Ayudante Mayor ……….. D.
Juan Agüeria
- Subteniente de Bandera … Vacante
- Capellán ………………… D. Benito Ablanedo
- Cirujano ………………… Vacante
- Tambor Mayor ………….. José Fernández
- Maestro Armero ………… José de la Infiesta
El 23 de diciembre de 1808
1809
Por disposición de
Según
el estado general de la fuerza de la 3ª división (brigadier Manglano), fechado
en Campomanes el 14 de enero de 1809, el Regimiento Provincial de Oviedo
presenta una fuerza compuesta por 2 capitanes, 13 subtenientes y 570 efectivos
(38 sargentos, 9 tambores y 523 cabos y soldados).
El 17 de febrero de 1809
El 22 de febrero de 1809 el
regimiento Provincial de Oviedo queda encuadrado en la 3ª división (ahora
mandada por el brigadier Quijano), situada en la línea de Pajares.
El 3 de marzo de 1809 el coronel D.
Agustín González, capitán de la 1.ª compañía del Provincial de Oviedo, sargento
mayor en funciones, se niega hacer entrega del mando al teniente Coronel D.
Fernando Valledor y Navia por no llevar consigo la orden expresa de la Junta.
Por orden del día fechada en
Campomanes el 6 de marzo de 1809, el coronel D. Fernando Valledor queda
reconocido como comandante interino del Regimiento Provincial de Oviedo, haciéndose
cargo del mando el día 12 del mismo mes.
En el informe sobre el estado en que
se halla el cuerpo rendido por el nuevo comandante en funciones tras tomar posesión
del mando el 12 de marzo de 1809, el Regimiento Provincial de Oviedo presenta
un cuadro formado solamente por 13 oficiales. Las cinco compañías del 1.er
batallón; una de granaderos y cuatro de fusileros, carecían de oficiales. Sólo
la 5.ª compañía presenta dos tenientes en plantilla, D. Benito Suárez Campos y
D. Ramón Miranda. En el 2º batallón constaba como subteniente de la 1.ª compañía
de granaderos, D. Nicolás Solar; en la 2.ª figuraba como capitán D.
Buenaventura Arias Cachero, teniente D. Pablo Montes y subteniente D. Ramón
Morán; en la 3.ª el teniente D. Manuel Suárez Campos; en la 4.ª el teniente D.
Pedro López y, por último, en la 5.ª el capitán D. Rodrigo Bernaldo de Quirós,
los tenientes D. Ramón Pasarón y D. Antonio de Cos y los subtenientes D. José
Miranda y D. Alonso González. Como consecuencia de esta situación, las
compañías que se encontraban avanzadas, al no tener oficiales, se hallaban mandadas
por sargentos.
En la madrugada del 25 de marzo de 1809 el enemigo, en
número de 300 hombres de infantería y 60 de caballería, trató de sorprender el
destacamento de granaderos del Provincial de Oviedo que se hallaba en las
cercanías de La Robla (León) a las órdenes del subteniente del mismo cuerpo D.
Nicolás Solar con la intención de cercarlos, pero advertidos a tiempo se
repliegan sobre el lugar de La Cañería, en donde les detienen, pero insistiendo
el enemigo en adelantarse, el subteniente Solar decide entonces reunirse con las
fuerzas que comandaba el teniente del Provincial de Laredo D. Joaquín Casuso,
quien toma la decisión de ocupar las alturas de Sierros del Millar con los 125
granaderos del Provincial de Oviedo, consiguiendo con ello contener de nuevo al
enemigo. Una vez roto el fuego, batiéndose con tanto brío por espacio de dos
horas, los granaderos de Oviedo logran rechazar al enemigo poniéndole en fuga y
persiguiéndole hasta Puente del Alba. En ese momento entra en la acción la
compañía de Cazadores del Regimiento de Covadonga que, al mando del capitán D.
Evaristo San Miguel, logra poner al enemigo en franca retirada. Por el singular
mérito contraído en acción tan brillante,
En abril de 1809 el Provincial de Oviedo se encontraba en
Campomanes (concejo de Lena), y seguía mandado accidentalmente por el coronel
D. Fernando Valledor y Navia, teniente coronel efectivo del Regimiento de Lena.
En este mes la situación de los cuadros de mando había mejorado sustancialmente
respecto al mes anterior; se pudo completar la casi totalidad de
Según el estado de fuerza, fechado
en Campomanes el 21 de abril de 1809, firmado por el ayudante D. Diego Ponce de
León con el Vº Bº del coronel interino, el Regimiento Provincial de Oviedo presenta
la orgánica siguiente:
P L
A N A
M A Y
O R |
Coronel: Vacante Teniente Coronel: Brigadier D. Francisco Manglano Comandante en
funciones: Coronel D. Fernando Valledor y Navia
Sargento Mayor: Coronel
D. Juan Agüeria Ayudante Mayor: Capitán D. Diego Ponce de León Otro: Vacante Subteniente de Bandera: Vacante Capellán: D. Benito Ablanedo y Valdés Otro: D. José González Cirujano: Vacante Maestro Armero: José de la Infiesta Tambor Mayor: José Fernández |
C
O M P A Ñ I A S |
||
CAPITANES |
TENIENTES |
SUBTENIENTES |
D. Agustín González |
D. Bernardo Peón |
D. José Manglano |
D. Rodrigo Bernaldo de Quirós |
D. Pedro López |
D. Juan Agüeria |
D. Buenaventura Arias Cachero |
D. Ramón Pasarón |
D. Manuel Peón Morán |
D. José Antonio Peón |
D. Pablo Montes Carvajal |
D. Nicolás Solar |
D. Fernando Rubín |
D. Manuel Suárez Campos |
D. Fernando Carús |
D. Francisco Covián |
D. Faustino Escalón |
D. José González |
D. Francisco Rodríguez |
D. Antonio de Cos |
|
D. Francisco Prieto |
D. Felix Pum.º |
|
D. Pedro Peláez |
D. Juan de Dios Miranda |
|
D. Juan Nepomuceno Valdés |
D. Benito Suárez Campos |
|
|
D. José Navaliega |
|
|
D. Ramón Miranda |
|
|
D. Alonso Bernardo González |
|
|
D. José García Miranda |
|
|
D. Alonso de Cangas |
|
|
Sargentos |
Tamb.s |
Cabos |
Sold.s |
Fuerza total |
|
|
1.ºs |
2.ºs |
|
1.ºs y 2.ºs |
|
|
Presentes
y efectivos |
7 |
36 |
7 |
86 |
1.248 |
1.384 |
En los hospitales |
1 |
4 |
- |
7 |
124 |
136 |
Comisión fuera del Cuerpo |
- |
- |
- |
4 |
23 |
27 |
Con licencia temporal |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Ausentes sin permiso |
- |
- |
- |
- |
26 |
26 |
Total fuerza en revista ………………………… |
1.573 |
Nota:-
En este Regim.tº se halla sirviendo el Coronel D.n Fern.dº
Balledor y Navia, comand.te Ynterino, y Ten.te Coronel Efectivo del Regim.tº de
Lena, q.e por sus heridas originadas el dia once de Nobre en el Ataque de
Espinosa de los Monteros, se hallava curandose en su casa; haviendo tenido a
vien la Junta de este Principado conferirle el mando de este Cuerpo aunq.e
todavía no se hallava recuperado de su salud ni aun en la Actualidad: sirvio en
el Regim.tº Ynf.ª de Asturias, en clase de Cap.n hasimismo se halla el Cap.n
D.n Diego Ponce de Leon en la clase de Ayud.te M.or conferido por la Junta de
este Principado en atencion á sus vuenos servicios contraidos en el punto de
Colombres a las or.s del G.ral. D.n Fran.cº Ballesteros, y en la Ria de
Rivadeo, a las del G.ral D.n Jose Boster, cuyo Ayud.te ha sido Ten.te en el
Regim.tº Ynfant.ª de Navarra, el que por hallarse en al Prov.ª de Santander, en
virtud dem R.l or.n la Junta de Galicia reemplazo su empleo en su Cuerpo como
todos los de los demas Ofic.s q.e se hallavan en esta prov.ª por lo que se
hallava dcho Ayud.te sin destino y con veinte y quatro años de serv.º a S. M.:
del mismo modo se hallan sirv.dº en clase agregados p.r Or.n del S.ºr Ynspector
cinco Granaderos efectivos de este Prov.l que correspondian a
_________
El 11 de mayo de 1809 dos compañías del Regimiento Provincial
de Oviedo, al mando del Sargento Mayor, el Coronel D. Juan Agüeria y del Ayudante
D. Diego Ponce de León, son destinadas a reforzar la posición de la Peña y
Encinar de Huergas (León). El día 15 de mayo, al toque de Diana, las dos
compañías del Provincial descienden por la margen izquierda del río hasta La
Robla, en donde se situaban ya las avanzadas enemigas. En este punto se entabla
un tiroteo, obligando al enemigo a replegarse sobre El Rabizo.
El 18 de mayo el enemigo se presenta en las inmediaciones
de Buiza. La 2ª compañía
del 2º batallón del Provincial de Oviedo recibe la orden de retirarse al otro
lado del puente de Tuero, lo que verifica a las cinco de la tarde de este mismo
día, demoliendo dicho puente. La otra compañía, colocada en la altura que
dominaba el puente, permanece allí toda la noche del día 18 hasta una antes de
haber amanecido, en que recibe la orden de retirarse. Una vez abandonada la
posición el enemigo restablece el paso del puente y avanza hasta Rodiezmo y
Poladura de
A las cinco de la tarde se presenta el general Kellerman,
cuyas tropas abren fuego sobre la 2ª y 4ª compañías del Regimiento Provincial
de Oviedo, cuyas compañías se sostienen
con denuedo. Obligadas a abandonar sus posiciones, las compañías citadas se
colocan a retaguardia de la artillería enemiga y abren fuego sobre las mismas,
lo que logra contenerlas momentáneamente. A la mañana siguiente, el enemigo se
sitúa a retaguardia del puente de Reguero del Argayo, con el objeto de sorprender
al Regimiento de Covadonga, pero un acertado movimiento táctico de éste logra
evitarlo.
Una columna enemiga que, desde Poladura, progresaba por la
Collada del Cuito se presenta en el teatro de operaciones y, en un rápido
avance de las fuerzas del centro de la columna, logran desalojar de sus
posiciones a las fuerzas españolas que las defendían. En la Collada de Pajares,
en donde también se habían construido posiciones fortificadas, se hace frente
al enemigo durante algún tiempo pero, tomadas éstas por las fuerzas de
Kellerman, sus defensores se ven obligados a abandonarlas y replegarse sobre el
puente de Santullano, punto de reunión designado al efecto por el brigadier D.
Francisco Manglano, a quien el marqués de La Romana le acababa de conferir nuevamente
el mando de toda la línea.
El 19 de mayo el mariscal Ney, procedente de Galicia,
después de desbaratar la inconsistente defensa establecida en el puente de
Peñaflor el día anterior, se encontraba en la capital del Principado, por lo
que la situación de las tropas del brigadier Manglano se ve seriamente
comprometida, lo que exige dividir las fuerzas y destinar a la mayor parte de
ellas a la división de Ballesteros que operaba en el sector oriental. El resto
de las fuerzas, una compañía del Provincial de Oviedo, las banderas y la caja
del cuerpo, que bajaba de observación del puerto de La Cubilla, se dirigen a
Occidente para incorporarse a las fuerzas del general Vorster que operaba en
aquel sector. El resultado no pudo ser más desastroso: Kellerman flanqueó la
línea de Pajares y, por lo tanto, se dejó al enemigo expedito el camino de
Castilla.
El general Ballesteros, enterado de la incursión de
Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del mariscal
Ney, recibe el encargo del marqués de La Romana para que “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” y pone a
sus órdenes el Regimiento de la Princesa que manda el coronel D. José
O’Donnell. En cumplimiento de la orden anterior, Ballesteros decide abandonar
la línea de Colombres y efectuar el repliegue sobre Cangas de Onís, en cuyo
punto se incorporan las compañías del Regimiento Provincial de Oviedo
procedentes de Pajares, disponiendo que la reunión de las tropas se verifique
en el Infiesto, a donde se dirige con todo el cuartel general para recibirlas.
Una vez reunidas las fuerzas en Infiesto, Ballesteros reorganiza
los cuerpos, entre los que se encontraba el Provincial de Oviedo, que deberían
actuar bajo su mando.
Enterado el enemigo de los planes
anteriores, envía a Infiesto al general Bonnet para destruir a la fuerzas de Ballesteros,
pero éste, en hábil maniobra de distracción, elude la persecución y se encamina
con todas las tropas a Cangas de Onís, posicionándolas a unas tres leguas de la
retaguardia del propio Bonnet.
El 24 de mayo de 1809 en las inmediaciones del pueblo de
Llueves, sobre los Escobios de
Margolles, se entabla un duro combate en el que los regimientos asturianos se
baten con grandes prodigios de valor, causándole numerosas bajas al enemigo.
Por esta acción y la retirada sostenida por el valeroso Regimiento de Cangas de
Onís, se facilita el paso de las fuerzas hacia Covadonga y se salva toda la
tropa e impedimenta.
El enemigo, con fuerzas ahora combinadas de los generales
Bonnet y Kellerman, no ceja en su persecución, por lo que el día 25 de mayo el
Provincial de Oviedo, junto con los demás cuerpos de la división, sale de
Covadonga y, a través del puerto de Ventaniella, emprende una expuesta y
agotadora marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento
general, se retira a la villa de Potes al objeto de descansar y reponerse de
las innumerables fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse
de algunas municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander.
El enemigo, que no desiste en la persecución, les da
alcance en la Venta de Cildá, entablándose un duro combate. La lucha es cruel y
sangrienta; los regimientos asturianos se baten con valor y arrojo tales, que
obliga al enemigo a retroceder. Tras la acción, se fija el cuartel general
divisionario en Torrelavega y permanece a la expectativa de los movimientos que
pueda efectuar el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.
El 9 de junio de 1809 se pone en movimiento con el objeto
de asistir al ataque contra Santander. El día 10 acomete el reducto artillado
enemigo de Peñacastillo, cuyo ataque es rechazado por la tenaz resistencia que
oponen sus defensores. A las tres de la tarde, tras un nuevo intento, se logra
desalojar la posición, lo que obliga al enemigo a replegarse sobre Santander. Tras
dejar una pequeña guarnición en la posición conquistada, Ballesteros se
presenta ante las mismas puertas de Santander y por medio de un audaz golpe de
mano los cuerpos de la división recuperan la plaza y toman a la bayoneta las
baterías que la defienden.
Regresa el enemigo con renovado ímpetu; el día 11
reconquista la posición de Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición
y, en la noche de este mismo día y madrugada del siguiente, el general Bonnet
decide atacar Santander, lo que provoca la confusión entre las tropas
asturianas, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la
desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques tuvo la
división considerables bajas entre muertos, heridos y prisioneros.
Tras la sorprendente derrota y posterior dispersión de los
cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de Santander, que oscureció
la heroica marcha de 19 días, el general Ballesteros embarca en un buque
británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa del marqués de La
Romana, ahora nuevo general en jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el
encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas con el objeto de incorporarlas al
citado ejército.
En efecto, en cumplimiento de la orden anterior
Ballesteros decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón. El 23 de
junio de 1809, con el fin de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división,
circula orden a la Justicia para que los regimientos se reagrupen en los puntos
que, previamente, les ha señalado. En virtud de esta orden, el Regimiento
Provincial de Oviedo se concentra en Gijón.
El 1º de julio, una vez verificada la reunión de todas las
unidades en el campamento de Contrueces, al tiempo que se acomete una profunda
reorganización de los cuerpos, se somete a los mismos a una intensa instrucción militar. El Regimiento Provincial
de Oviedo, al igual que los demás cuerpos de su división, en conformidad con el
Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809, queda arreglado bajo el pie
de dos batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las
seis restantes de fusileros.
El 29 de julio, una vez concluida la reorganización,
debidamente pertrechado y uniformado abandona el campamento de Gijón y parte
hacia Oviedo, y el 1º de agosto, desde esta ciudad, emprende la marcha para el
Reino de León con el total de la división con el objeto de reunirse con el Ejército
de la Izquierda que manda el marqués de La Romana.
Se acantona en Otero de Dueñas (León), ocupándose en
continuos ejercicios de instrucción y de aquí, a través de Santiago de las
Villas, el 16 de agosto sale a marchas forzadas hacia la provincia de Santander.
Dirige la marcha por Robles, Vegamián y
Riaño hasta Valsende, en donde se establece en vivac, tomando las precauciones
necesarias ya que el enemigo se hallaba en Cervera dispuesto a defenderse.
El 24 de agosto de 1809 el marqués de La Romana dispone la
organización definitiva del Ejército de la Izquierda, cuya 3ª división deberá
quedar constituida, precisamente, por los regimientos asturianos bajo el mando
del mariscal de Campo D. Francisco Ballesteros. Este mismo día rompe la marcha
con anticipación para apoderarse del Valle de Cabuérniga con el objeto de
interceptar toda comunicación con el enemigo, debiendo ocupar todos los puntos
necesarios por donde debería dirigirse a Cabezón y Comillas.
El día 25 marcha sobre Santa Lucia, dejando al resto de la
división en Veieda. Cuando la vanguardia llega a Santa Lucía el enemigo carga
con ímpetu, por lo que el general Ballesteros dispone el despliegue de los
distintos cuerpos que componen la
vanguardia, ordenando que las compañías de granaderos del Provincial de
Oviedo y Villaviciosa marchen por la derecha para asegurar un vado por donde
podría retirarse con facilidad a Torrelavega. El enemigo lanza un terrible
ataque contra el centro de la vanguardia, que es sostenido con tenacidad por
los bravos soldados sin ceder ni un sólo palmo de terreno, pero viéndose
desbordados efectúan la retirada en el más completo de los desórdenes. En la
acción del puente de Santa Lucía resulta herido el subteniente de granaderos
del Provincial de Oviedo, D. Fernando Carús.
El 26 de agosto Ballesteros decide atacar
al enemigo en Torrelavega el día 27 en Torrelavega, pero puesto en marcha hacia
el punto mencionado, a las 10 horas del día, recibe orden expresa del marqués
de La Romana para que, siendo de absoluta necesidad, la división de su mando se
sitúe entre León y Astorga.
En cumplimiento de la orden
anterior, la división se pone inmediatamente en marcha, dirigiéndose a
Barcenillas desde cuyo punto, atravesando por las montañas de Tarney, Potes y el
puerto de San Glorio, llega a León y de aquí sale para Astorga, en cuya plaza se
forman dos columnas con las compañías de granaderos y cazadores de todos los
cuerpos que conforman la división.
Sale de Astorga con dirección a la frontera de Portugal, y
en un movimiento de flanco por su izquierda cae sobre Benavente. El 28 de
septiembre las columnas de Granaderos y Cazadores atacan por sorpresa la
guarnición enemiga que defiende
El general Ballesteros dispone que, al mando del brigadier
D. Jaime Carvajal, la columna de cazadores y los regimientos Provincial de
Oviedo, Cangas de Tineo y Pravia, así como dos piezas de artillería de a 4, fuesen
las fuerzas encargadas de atacar la plaza de Zamora en toda la extensión del
recinto que va desde el matadero hasta el castillo.
El mismo día 1º de octubre, encontrándose
ya las unidades en disposición para efectuar el ataque, se recibe la
confidencia que en el perímetro amurallado de la plaza existía un punto frágil,
muy fácil de romper, por que podría infiltrarse
A las seis de la tarde del mismo día
1º de octubre, con la excepción de los cazadores, ya no quedaba fuerza alguna
en las inmediaciones de la plaza.
Habiendo recibido aviso de que un
fuerte cuerpo de caballería enemiga procedente de Benavente; la guardia del
mariscal Ney que se hallaba en Toro y siete piezas de artillería ligera se
acercaba a Zamora con el objeto de socorrer la plaza y redoblar su defensa, el
general Ballesteros decide replegarse con todas sus fuerzas al pueblo de
Almendra, a cuyo punto llega a las diez de la noche del mismo día 1º de
octubre. Al amanecer del día siguiente cruza el río Esla y llega a la villa de
Carbajales y sus alrededores, en donde queda se acantonado.
El
día 3 de octubre sigue acantonado en Carbajales, desde donde emprende la marcha
con dirección a Alcañices para, posteriormente, entrar en Portugal y salir de
nuevo a España por el Fuerte de la Concepción (Salamanca).
El 19 de octubre de
1809, en cumplimiento de la orden del marqués de La Romana la división
asturiana se incorpora en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquierda,
ahora puesto bajo el mando del Duque del Parque[1].
El 23 de noviembre combate en la
acción que tuvo lugar en Carpio, cerca de Medina del Campo (Valladolid). El
Regimiento Provincial de Oviedo, junto con los demás cuerpos de la División,
despliega en el centro. El enemigo, ante el movimiento bien concertado de los
españoles, que marchan con aplomo y precisión admirables, se repliega hasta
cerca de Medina del Campo. Reforzado con caballería, el enemigo se lanza contra
el ala derecha, dejando descubierto el flanco de la división asturiana, que se
vio acometida por los jinetes franceses. El general Ballesteros despliega entonces
los últimos escalones que, con fuego a quemarropa, obliga retroceder al
enemigo.
El 28 de noviembre se retira a Alba
de Tormes. En un barranco próximo a la entrada de Alba de Tormes el Ejército de
la Izquierda, entre las 3 y las 4 de la tarde del día 29, sufre un impetuoso ataque
del enemigo. La división de Ballesteros, al igual que las demás del mismo
ejército, experimenta una general dispersión y escasas bajas.
El Regimiento Provincial de Oviedo,
junto con los demás cuerpos dispersos, se reagrupa con su división en Ciudad
Rodrigo. Una vez verificada la reunión de todos los regimientos, el día 30 de
este mismo mes el general Ballesteros pone en emboscada entre Sanchón y Tamanes
a la infantería de su división, entre cuyos efectivos se encontraba el
Provincial de Oviedo, logrando derrotar completamente a la caballería enemiga
que les venía persiguiendo. El teniente coronel D. Gregorio Piquero Argüelles,
del 2º batallón del Regimiento de Castropol, consigue arrebatar las piezas de
artillería que fueron tomadas en Alba de Tormes, presentándolas al general
Ballesteros en las inmediaciones de Tenebrón el 1º de diciembre. Con esta
derrota Ballesteros consigue colocar la artillería en las alturas de Tamames, y
con artillería volante y tropas de infantería de la división sale en
persecución del enemigo, poniéndole en retirada para Alba de Tormes el 2 de
diciembre.
Después de la acción anterior la división de Ballesteros,
el 23 de diciembre parte para los cantones de Sierra de Gata (Cáceres) y fija el
cuartel general en San Martín de Trebejo.
1810
La división con la totalidad de los
10 regimientos que la componían, el día 14 de enero se pone en movimiento desde
sus cantones de la Sierra de Gata con dirección a la plaza de Badajoz a través
de las provincias portuguesas de Bara Alta y El Alentejo.
Permanece en Portugal por espacio de
dos meses, entrando el 7 de marzo de nuevo en España por Badajoz, en cuya plaza
queda la división a la expectativa de recibir órdenes del mando. El 9 sale para
Olivenza.
Después de algunas dificultades, el duque del Parque resigna el mando
del Ejército de la Izquierda y nuevamente se nombra para el mismo al marqués de
La Romana quien, una vez asumido el mando, acomete una profunda reorganización
de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos a una disciplina más
rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas unidades más
compactas y aguerridas.
El 20 de marzo sale de Nogales con
dirección a Zafra (Badajoz) y el día 21 se halla en Monesterio.
El 24 de marzo de 1810, hallándose
reunida la división de Ballesteros con la primera de Extremadura con la intención
de atacar de forma combinada al enemigo en Santa Olalla, se forman varias
columnas que deberían salir desde Cala en la noche de este mismo día, mientras
que el resto lo verificaría en la madrugada del 25. Tan pronto como se
disponían a salir las distintas columnas, tiene que suspenderse la marcha
debido al fuerte temporal que se había desatado a las dos de
El 30 de marzo de 1810 el Regimiento
Provincial de Oviedo se halla en la acción de Higuera del Rey.
El 15 de
abril el Provincial de Oviedo, con el total de la división, interviene en la
acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal Mortier.
Retirada a la Sierra de Aracena.
El 26 de mayo asiste a la sorpresa y
ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva).
Según la relación de los empleos vacantes de jefes y oficiales
del Regimiento Provincial de Oviedo, circunstanciada por el marqués de La
Romana en el cuartel general de Badajoz el 30 de mayo de 1810, se completa el
cuadro del Regimiento con los empleos siguientes:
Coronel
Vacante por pase al de Covadonga su brigadier
D. Jaime Mª de Carvajal, se designa al coronel D. Pedro Méndez de Vigo, coronel
del Regimiento de Covadonga.
Teniente Coronel
Vacante por ascenso del brigadier D.
Francisco Manglano, se designa para ocupar dicho empleo a D. Tomás Ribera, teniente
coronel de la 4ª división de Granaderos Provinciales.
Sargento Mayor
Vacante por ascenso de D. Francisco
Manglano, pasa a ocupar
Compañías
2ª compañía del 1º batallón, vacante
por la nueva organización dada al cuerpo, se destina a la misma a D. Esteban
Rodríguez, ayudante del Regimiento de Infiesto.
3ª compañía del 1º batallón, vacante
por la nueva organización dada al cuerpo, se destina a la misma a D. Ramón
Pasaron, teniente de la 1ª de granaderos del mismo cuerpo.
1ª compañía del 2º batallón, vacante por la nueva
organización dada al cuerpo, se destina a la misma a D. Félix de las Alas, teniente
del Provincial de Lugo.
Ayudantía
1º batallón, vacante por hallarse
prisionero D. Diego Ponce, se destina a D. Rodrigo Fernández, teniente
propuesto en la 1ª del 2º Batallón.
Tenencias
1ª compañía del 1º batallón, vacante
por ascenso de D. Rodrigo Fernández, a D. Joaquín Collía, subteniente de la 2ª
del 1º batallón del mismo cuerpo.
2ª compañía del 1º batallón, vacante desde su creación, a
D. Francisco Verdasco, subteniente del Regimiento Covadonga.
4ª compañía del 1º batallón, vacante
por hallarse prisionero D. Alonso Cangas, a D. Francisco Riva, subteniente del
Regimiento Covadonga.
1ª compañía del 2º batallón, vacante
por hallarse prisionero D. José Navaliega, a D. Pedro Fernández, subteniente de
la 1ª del 1º batallón del mismo cuerpo.
1ª compañía del 2º batallón, vacante
desde su creación, a D. Rodrigo Fernández, subteniente de la 1ª del 2º batallón
del mismo cuerpo.
3ª compañía del 2º batallón, vacante
por pase a granaderos de D. Antonio Cos, a D. Antonio de Rivas, subteniente del
mismo.
Subtenencias
1ª compañía del 1º batallón, vacante
por ascenso de D. Pedro Fernández, a D. Evaristo Meana, cadete del mismo cuerpo.
1ª compañía del 1º batallón, vacante desde su creación, a
D. Juan Hevia Argüelles, cadete del mismo cuerpo.
2ª compañía del 1º batallón, vacante
por ascenso de D. Joaquín Collía, a D. Francisco Blanco, sargento 1º de la 1ª compañía
del 2º batallón del mismo cuerpo.
2ª compañía del 1º batallón, vacante
desde su creación, a D. José Alvarez Rivera, cadete del mismo cuerpo.
3ª compañía del 1º batallón, vacante
por pase a cazadores de D. Domingo Granda, a D. José López Trelles, cadete del
mismo cuerpo.
3ª compañía del 1º batallón, vacante
desde su creación, a D. Benito Fernández, sargento 1º de la 3ª compañía del 2º batallón
del mismo cuerpo.
4ª compañía del 1º batallón, por pase a granaderos de D.
Ramón Ruiz, a D. Rafael Mª Velarde, cadete del mismo cuerpo.
4ª compañía del 1º batallón, vacante
desde su creación, a D. Esteban Santos, cadete del mismo cuerpo.
1ª compañía del 2º batallón, vacante por ascenso de D.
Rodrigo Fernández, a D. Simón Uricharro, sargento 1º de la 1ª de granaderos del
mismo cuerpo.
1ª compañía del 2º batallón, vacante
desde su creación, a D. Francisco Bouzas, cadete del mismo cuerpo.
2ª compañía del 2º batallón, vacante
por ascenso de D. Antonio Rivera, a D. Manuel Tavoada, cadete del mismo cuerpo.
2ª compañía del 2º batallón, vacante
desde su creación, a D. Pedro Manuel Fernández, sargento 1º de la 2ª de granaderos.
3ª compañía del 2º batallón, vacante
por hallarse prisionero D. Joaquín Infanzón, a D. José Bouceta Acuña, cadete de
Literarios.
3ª compañía del 2º batallón, vacante
desde su creación, a D. Francisco Antonio Lena, cadete de Literarios.
4ª compañía del 2º batallón, vacante
por la nueva constitución, a D. José Castañón, sargento 1º de cazadores.
4ª compañía del 2º batallón, vacante por igual motivo, a
D. Andrés Lena y Carrillo, cadete de Literarios.
Abanderados
Bandera del 1º batallón, vacante
desde su creación, a D. Manuel Cagigal, cadete de Literarios.
Bandera del 2º batallón, vacante
desde su creación, a D. José de la Huerta, sargento 1º de granaderos del mismo cuerpo.
------ooOoo-----
En los estados de fuerza de fecha 15 de junio de 1810
correspondientes al Ejército de la Izquierda de operaciones en Extremadura el
Regimiento Provincial de Oviedo, que continúa encuadrado orgánicamente en la 3ª
división que manda el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, se hallaba
dividido en dos batallones, pero no expresa la fuerza efectiva con que contaba
en esos momentos.
En el mes de junio de 1810 la división
vuelve a sufrir otra reorganización en Fregenal de la Sierra (Badajoz),
quedando ahora compuesta por sólo cinco regimientos de los diez que,
inicialmente, la conformaban.
El 1º de julio de 1810, según el
estado de fuerza disponible de la 3ª división que se hallaba en Olivenza, el
Regimiento Provincial de Oviedo ya no figura como cuerpo integrante de la
citada división.
Por aplicación del Reglamento del
Consejo de Regencia de 1º de julio de 1810, el Regimiento Provincial de Oviedo es
declarado de “Línea”, bajo el pie de dos batallones, con proporción a los
efectivos disponibles con los que contaba en esos momentos. Aunque, teóricamente,
desde el 1º de octubre de 1808 la orgánica del Provincial era de dos batallones,
la reforma dispuesta por el Consejo de Regencia, empero, no pudo llevarse a
efecto por falta de efectivos, ya que tras la profunda reorganización a la que
fue sometido en Fregenal de la Sierra, el Regimiento Provincial de Oviedo había
quedado prácticamente reducido a cuadro, por lo que recibe orden de trasladarse
a Galicia con el objeto de ser reemplazado.
Tras la llegada del cuadro y los
escasos efectivos que lo conforman a Galicia , el Regimiento Provincial de
Oviedo queda acantonado en la plaza de Ribadeo, provincia de Mondoñedo. En el estado
de fuerza fechado en La Coruña el 22 de agosto de 1810, el Provincial presenta
la fuerza que arroja el cuadro siguiente:
E M P L E O S |
FUERZA |
Coronel Teniente
Coronel Sargento
Mayor Ayudante Capellanes Tambor
Mayor Capitanes
1.ºs. Capitanes
2.ºs. Tenientes Subtenientes Sargentos
1.ºs. Sargentos
2.ºs. Cabos
y Tambores Soldados |
1
1
1
1
2
1
2
6
16
17
8
39
54
55 |
Total |
204 |
En septiembre de 1810 el cuadro del regimiento continuaba,
sin actividad alguna, radicado en Ribadeo.
Como consecuencia del deplorable estado
que presentan los cuadros asturianos que se hallan acantonados en la guarnición
en Galicia, entre los que se encuentra el del Provincial de Oviedo; el 12 de
septiembre de 1810 la Junta de Asturias, con aquiescencia del marqués de La
Romana, acuerda señalar los puntos del Principado donde deberán concentrarse
para proceder a su reorganización. Así, el 18 de este mismo mes la Junta
dispone que los cinco cuadros se acantonen en Castropol, Navia, Luarca, Pola de
Allande y Pola de Somiedo. Como consecuencia de lo anterior, el Regimiento Provincial
de Oviedo se establece en Luarca.
Según el estado de fuerza efectiva
del ahora denominado Regimiento de Infantería de Oviedo, fechado en Luarca el
23 de septiembre de 1810, el cuerpo presenta la orgánica siguiente:
P L A N A S M A
Y O R E S |
|
DEL 1.er BATALLÓN Coronel: D. Pedro Méndez de Vigo Sarg.tº Mayor: D. José María Peón Ayudante:
D. Rodrigo Fernández Abanderado: D. Manuel Cagigal Capellán:
D. Francisco Fernández Cirujano: Vacante Tambor Mayor: Miguel de Mena Armero: Vacante |
DEL 2.º BATALLÓN Tte. Coronel. D. Tomás Ribera Ayudante: Vacante Abanderado: D.
José de la Huerta Capelán: D. José González Cirujano: Vacante Armero: Vacante
|
Capitanes |
Ttes. |
Subttes. |
Sargentos |
Tamb.s |
Cabos |
Sold.s |
Fuerza total |
||
|
|
|
1.ºs |
2.ºs |
|
1.ºs |
2.ºs |
|
|
3 |
14 |
15 |
8 |
36 |
6 |
37 |
12 |
55 |
154 |
La fuerza en revista la formaban 9 capitanes,
20 tenientes, 19 subtenientes, 8 sargentos 1.ºs, 40 sargentos 2.ºs, 6 tambores,
37 cabos 1.ºs, 15 cabos 1.ºs y 67 soldados, lo que arrojaba un total de 48
oficiales y 173 efectivos.
Un mes más tarde, el 25 de octubre la Junta expresa los
inconvenientes que puede causar en las actuales circunstancias el arreglo de
los cuerpos contemplado en el Reglamento del 1º de julio de 1810.
El 6
de noviembre de 1810 el cuadro del Regimiento de Oviedo se hallaba en
Cangas de Tineo.
En la tarde del 20 de noviembre de
1810 el 1.er batallón del Regimiento de Oviedo llega a Santullano, en cuyo
punto se espera la llegada de 400 hombres para completar las respectivas
compañías. La compañía de cazadores, por disposición del coronel Méndez Vigo,
se despliega en Figares con el objeto de proteger las avenidas de Cornellana.
En el paso de Cornellana se apuesta una avanzada para cubrir el camino de
Pravia. El día 24, el resto del Regimiento de Oviedo sale para Cornellana para
relevar al Batallón del Rivero. En este tiempo el 1.er batallón contaba tan
sólo con 286 fusiles útiles y 37 bayonetas.
El día 27 de noviembre el Coronel del Regimiento de Oviedo, con poca
tropa, permanece cerca del puente de Cornellana para impedir que el enemigo
intente penetrar por este punto. Sostuvo diversos choques con el mayor vigor y,
tras dos horas de sangriento combate, logra tomar el control del puente. En
esta acción el regimiento experimenta sensibles pérdidas, entre las se cuenta la
muerte, tras haberse portado con extraordinario valor, del Capitán D. Félix de
las Alas, resultando heridos los tenientes de granaderos D. Antonio de Cos, que
fue el primero en subir al puente, y D. Fernando Carús. Mención especial
merecen los capitanes D. Rodrigo Quirós, que también entró en el puente, y D.
Esteban Rodríguez; el teniente D. Pedro María Fernández, y los subtenientes D.
Francisco Bouzas, D. Esteban Santos, D. Andrés Lema y D. José de la Huerta, los
cuales se portaron bizarramente, y lo mismo el ayudante interino D. Antonio
Rivas, quien comunicó las órdenes con actividad y prontitud.
A las once de la mañana del día 28
de noviembre se observa que el enemigo inicia el movimiento para abandonar sus
posiciones. Roto el fuego por parte de los bravos soldados del Regimiento de
Oviedo, las fuerzas francesas se ponen en franca huida. El sargento mayor, D.
José Mª Peón, con 100 hombres de los que disponía en esos momentos, sale en
persecución de los que huyen. Sobre las cuatro de la tarde, cuando el sargento
mayor se acercaba a las alturas de San Antolín, se observa que el enemigo se
iba reagrupando, en número de 280 hombres, entre el Fresno y Doriga, a la otra
parte del camino real. A pesar de que el enemigo contaba con fuerzas
superiores, el capitán D. Esteban Rodríguez
se adelantó con su compañía sobre El Fresno, mientras que el sargento
mayor con la restante fuerza forma una pequeña columna para situarse sobre Las
Pedreras, situada a retaguardia del enemigo. Rotos los primeros fuegos y ante
el temor de que llegase la noche, el sargento mayor por no parecerle adecuada
la posición de Las Pedreras, ya que toda la derecha del camino real que va
desde Cornellana a Grado estaba ocupada por fuerzas enemigas, toma la acertada
decisión de retirarse de nuevo a Cornellana, dejando sólo en aquel punto destacada
una compañía.
El 6 de diciembre de 1810, según comunicación recibida en la
Junta de Asturias, el Regimiento de Oviedo ya se encontraba en el punto que se
le había asignado para proceder a su reforma.
Por orden del Consejo de Regencia de 16 de diciembre de
1810 se resuelve dar nueva denominación a los Ejércitos de operaciones. Como
consecuencia de esta orden, el Regimiento de Oviedo queda encuadrado, con
escasos efectivos, en el 6º Ejército (Galicia), con destino en la Subinspección
de Asturias.
1811
En
enero de
El 23 de enero el Regimiento de Infantería de Oviedo se
hallaba formado para pasar de nuevo a Cornellana y, desde allí, hacer una
expedición sobre Grado. En efecto, este mismo día, junto con otros cuerpos,
interviene en el ataque a la guarnición de Grado, pero habiéndose retirado las
avanzadas enemigas y no disponer de artillería para batir las fortificaciones,
se suspende el ataque. En este tiempo la 1ª compañía del 1.er batallón la
mandaba el capitán D. José del Riego y la 4ª del mismo batallón, el capitán D.
Mariano Ceverio de Luna.
El 28 de enero se encontraba en Godán, concejo de Salas,
y, pese a las carencias que sufría, el día 29 emprende la marcha para el Valle
de Salcedo, en donde traba combate con fuerzas enemigas el 2 de febrero. El día
5 de febrero se encontraba en Agüera, concejo de Grado; el día 7 combate en Grado
y el 9 lo hace en El Fresno.
El 15 de febrero de 1811 una partida
volante al mando del capitán de la 5ª compañía del Regimiento de Oviedo, D.
Fernando Rubín, se halla incomodando al enemigo sobre la carretera de Pajares.
En la mañana del mismo día 15, una guerrilla de estas fuerzas sostiene un
encuentro con el enemigo cerca Carraluz. Con el objeto de asegurar la retirada
y aprovecharse de las ventajas que ofrece la posición, el capitán Rúbín decide
ocupar la altura dominante de Santa Cristina, desde donde se puede ver que el
enemigo mantiene sus fuerzas ocultas sobre Sotiello. Después de una hora, unos
100 hombres, que la noche anterior habían bajado de Pajares por Cortina,
intentan sorprender por la espalda a las fuerzas que se encuentran en Santa
Cristina, por lo que las fuerzas del capitán Rubín emprenden la retirada,
resueltas a abrirse paso a la bayoneta por el camino de Riospaso. Una vez en
Reconco, el enemigo que se hallaba situado sobre una altura, rompe el fuego a
menos de medio tiro de fusil, pero los bravos soldados de la compañía del
regimiento de Oviedo, tomando la ofensiva, los arrollan completamente, viéndose
obligados a replegarse sobre Campomanes para, rodeando tres leguas, fueron
perseguidos por las guerrillas españolas hasta Zureda. Por el distinguido
mérito contraído en la acción, se recomienda al sargento 1º D. Juan Caunedo y a
los segundos D. Manuel Suárez y D. Ramón González. Tras la acción la partida
del Regimiento de Oviedo se retira a Riospaso.
Por orden reservada del general en jefe del 6º Ejército,
fechada en la Coruña el 27 de febrero de 1809, en la que dispone que las tropas
que se hallan en Asturias se replieguen a la orilla izquierda del Navia, con
dos partidas fuertes y movibles sobre el Narcea, con el objeto de proceder a su
arreglo y dotarlas de la disciplina necesaria. En cumplimiento de esta orden,
el 28 de febrero el comandante general en 2º jefe del Principado de Asturias,
desde el cuartel general establecido en Villavaler, eleva a la Junta un oficio
en el que expone la necesidad de que todas las tropas existentes en el
Principado, con el deseo de darles la organización conveniente, se concentren entre
los ríos Navia y Eo para verificar
La eficacia operativa del Regimiento de Infantería de Oviedo
durante este tiempo, aparte de carecer de una estructura organizativa sólida y
no disponer del vestuario adecuado, era muy reducida, motivo por el cual su capacidad
combativa resultaba prácticamente nula.
Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas
aquellas Unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete
la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyos exiguos
efectivos ingresan dos meses más tarde en tres cuerpos de nueva planta que
retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”, es decir, 1º de Asturias, 2º de
Asturias y 3ª de Asturias; en el de Voluntarios de Asturias (antiguo Cangas de
Onís), también de reciente creación, así como en el de Oviedo, ya existente.
Después de recibir los hombres necesarios para su completo, el regimiento ´siguió
ostentando su actual denominación de Regimiento
de Infantería de Oviedo.
Durante toda la primavera permanece acantonado en el
sector occidental del Principado, dedicado en este tiempo a la persecución y
captura de desertores y a mantener la paz en
El 23 de junio de 1811, como fuerza
integrante del 6º Ejército, asiste a la
acción de los altos de Cogorderos (León), en donde la compañías de cazadores
del Regimiento de Oviedo, que se hallaban situada en Sueros, encuadradas en la
1ª sección de la 1ª división, mandada interinamente por el brigadier D.
Federico Castañón, valiéndose de de la oportunidad que su privilegiada
situación le ofrecía, supo maniobrar con tal inteligencia e intrepidez, que si
la noche no hubiera sido obstáculo para concluir la carga, podría haber
infligido al enemigo bajas considerables, ya que las citadas compañías de
cazadores de Oviedo, disputándose la preferencia en atacar a la bayoneta, lo
ejecutan ambas consiguiendo poner en fuga precipitada al enemigo. En la carga
resulta muerto el general francés Valletaux y herido el coronel Gautier.
El 2 de julio de 1811 interviene en la acción sobre el Puente
del Órbigo; el día 15 de julio en los altos de San Román y el 26 de este mismo
mes en La Bañeza.
El 25 de agosto de 1811 efectúa la retirada de Astorga,
terminando la campaña en tierras leonesas con nuevas acciones en los puertos de
Manzanal y Fuencebadón, a cuyos puntos se retira después de haber alcanzado los
objetivos fijados por el mando.
El Regimiento de Oviedo, ahora convertido en regimiento de
“Línea”, se reorganiza bajo el pie de tres batallones conforme establece el
Reglamento de 1º de julio de 1810.
El 15 de octubre de 1811, según el estado de fuerza del 6º
Ejército, que manda el héroe de Bailén: el General Castaños, el Regimiento de Infantería
de Oviedo, ahora compuesto por tres batallones, aparece encuadrado en la 2ª división del citado 6º
Ejército (Galicia).
En noviembre de 1811 se encuentra de nuevo en Asturias; el
5 de noviembre combate en su antiguo cantón de Campomanes y el 19 de diciembre
en Santianes de Molenes y Belmonte de Miranda.
1812
El
1º de enero de 1812, según el estado de organización y fuerza del 6º Ejército, el Regimiento de Oviedo continúa
con la misma dependencia orgánica anterior, es decir encuadrado en la 2ª
división del citado Ejército.
El 6 de abril de 1812 interviene en la acción de Otero de
Dueñas (León) y el 21 de mayo del mismo año en Urbíes y Turón (Asturias).
El
8 de mayo de 1812 el Consejo de Regencia, a iniciativa del duque de Wellington,
dispone que los regimientos de Infantería de Línea queden arreglados bajo el
pie de un sólo batallón de a ocho compañías; una de cazadores, otra de
granaderos y las seis restantes de fusileros.
El 17 de junio de 1812 combate en Nava y el 18 en Escobio
y Corao.
A finales de junio de 1812 el 6º
Ejército, desde sus cantones en los montes de León, se dirige a las plazas
sitiadas de Astorga, Tordesillas, Zamora y Toro. En el mes de julio El
Regimiento de Oviedo interviene en el 2º sitio de Astorga.
Del 15 al 19 de agosto de 1812 sigue la retirada emprendida
por el 6º Ejército desde Valladolid hasta Rabanal del Camino.
Como consecuencia de la aplicación
del Reglamento de 8 de mayo, a partir del mes de setiembre de este mismo año el
Regimiento de Oviedo asume la orgánica dispuesta por Wellington y queda
arreglado bajo el pie de un único batallón, continuando con dependencia
orgánica del 6º Ejército.
En el mes de octubre de 1812 el Regimiento sigue encuadrado
en la 2ª división del 6º Ejército. El 25 de este mismo mes asiste a la acción
de Villamuriel.
Por Real Orden de 4 de diciembre de
1812, para la formación y organización de los cuerpos de ejército 1º, 2º, 3º y
4º, y Reservas de Andalucía y Galicia, cesan las denominaciones que estaban
vigentes desde el 16 de diciembre de 1810.
En virtud de lo establecido en
1813
Según
orden general del 4º Ejército, dada el cuartel general de Lugo el 24 de enero
de 1813, el Regimiento de Oviedo se halla situado en Barco de Valedoras,
encuadrado en la 3ª sección del cuerpo de operaciones.
El
1º de julio de 1813 el Regimiento de Oviedo aparece ahora encuadrado en la 3ª
división del 4º Ejército.
Según un estado de fuerza disponible
del Ejército de operaciones de Galicia (4º Ejército), fechado en Lezo el 12 de
julio de 1813, el Regimiento de Oviedo sigue encuadrado en la 3ª división, 2ª
brigada del referido ejército. La división la manda el mariscal de campo D.
Francisco Javier Losada y la brigada el brigadier D. José Ezpeleta. Presenta un
cuadro formado por 2 jefes, 5 capitanes, y 22 subalternos, mientras que los
efectivos disponibles para tomar las armas es de 620 hombres (32 sargentos, 13
tambores y 575 cabos y soldados).
Las fuerzas que componían el 4º Ejército (“el viejo
Ejército de Galicia”, apelativo cariñoso con el que Wellington se refería al
antiguo Ejército de la Izquierda) la Historia les tenía reservado conquistar merecidos
laureles de gloria para España. Este Ejército, cuyas 3ª y 4ª divisiones
integraban los regimientos asturianos “2º de Asturias” y “Oviedo” (3ª División)
y “Voluntarios de Asturias” y “1º de Asturias” (4ª División), estaba
predestinado a desempeñar un papel fundamental en las batallas decisivas, tanto
en los campos de España como en los de Francia, que culminarían con el fin a la
Guerra de la Independencia.
Desde sus acantonamientos de Galicia, Asturias y León, el
4º Ejército se preparaba para la ofensiva final. Tras la batalla de Vitoria,
librada el 21 de junio, los españoles son los primeros en llegar al río
Bidasoa.
El 31 de agosto de 1813 asiste a la memorable batalla de
San Marcial sobre el río Bidasoa. El Regimiento de Oviedo, junto con los demás
cuerpos de la 3ª División, permanece formando la primera línea defensiva. En el
primer ataque lanzado por el enemigo contra el dispositivo, que arrolla las
primeras posiciones españolas, el Regimiento de Oviedo experimenta numerosas
bajas entre las que se encuentra el teniente A. González, que resultó muerto, y
heridos los capitanes Esteban Rodríguez y A. Rodríguez y los tenientes 2ºs Manuel
Tavoada, Juan Hevia y Francisco Lena. En esta acción también resultó muerto el
valeroso Coronel del Regimiento “Voluntarios de Asturias”, cuyo regimiento se
descuelga a la bayoneta cargando contra el enemigo a dos tercios de la altura
que defendía. No obstante, gracias a la vigorosa reacción de los regimientos de
Guadalajara, 2º de Asturias y La Corona que, en brioso contraataque, obligaron al enemigo a repasar el río Bidasoa
y a replegarse sobre la base de partida.
La batalla de San Marcial, reservada
por Wellington al 4º Ejército, supuso una
importante victoria al expulsar de España a las tropas napoleónicas, que
decidió poner fin a la Guerra de la Independencia en el solar patrio. Wellington,
que se presenta en el campo de batalla, felicita al general Castaños en francés
por la victoria “de votre ancienne armée
de la Galice”.
El 6 de octubre el duque de Ciudad Rodrigo decide iniciar la
ofensiva de penetración en territorio francés, siendo la señal un cohete
lanzado en la mañana del día 7 desde el castillo de Fuenterrabía. Las tropas
anglo-españolas, aprovechando la bajamar, cruzan el río Bidasoa e intervienen en
la acción desarrollada sobre el puente, desalojando a la bayoneta los atrincheramientos
del enemigo.
El 5 de noviembre se le confiere el
mando de la 2ª brigada a D. Pedro Méndez-Vigo, coronel del Regimiento de
Oviedo, y se solicita a la Regencia su promoción a Brigadier.
El 10 de noviembre interviene en el ataque general contra
la línea defensiva que el enemigo tenía establecida en el río Nivelle; combate
en Ainhoa y toma los campamentos fortificados de las alturas de Azcaín,
desalojando y poniendo en fuga al enemigo.
Entre los días 9 y 13 de diciembre interviene en la
ruptura de la línea de defensa francesa que cubre a Bayona a lo largo del río
Nivelle.
Después de las acciones anteriores el
4º Ejército regresa España, fijando su cuartel general en Irún, distribuyendo
sus divisiones por diversas ciudades y villas de las vascongadas con el objeto
de darles guarnición. La 3ª División reparte sus fuerzas entre Orduña (1ª
brigada) y Durango (2ª brigada).
A finales de diciembre de 1813 el Regimiento
de Oviedo seguía encuadrado en la 3ª división, con dependencia orgánica del 4º
Ejército.
1814
Según el estado general
de fuerza efectiva de los cuerpos que existían en los ejércitos de operaciones,
de reserva, etc., fechado en el mes de enero de 1814, el Regimiento de Oviedo seguía
encuadrado en la 3ª División del 4º Ejército, ahora mandado por el general D.
Manuel Freire-Andrade, presentando una
fuerza efectiva de 1.095 hombres.
El 8 de febrero de 1814 el
Regimiento de Oviedo continuaba encuadrado en la 2ª brigada de la 3º división
del 4º Ejército y proseguía de guarnición en Durango. En este tiempo, el mando
del cuerpo lo seguía ostentando el coronel D. Pedro Celestino Méndez Vigo. La
fuerza disponible la formaban 2 jefes, 4 capitanes, 22 ayudantes y subalternos,
36 sargentos, 22 tambores y 669 cabos y soldados y la fuerza total en revista
la componían 3 jefes, 38 oficiales y 955 efectivos de tropa.
El 3 de abril el 4º Ejército es el primero en vadear el
río Garona por el puente de barcas.
El
10 de abril de 1814 concurre con el 4º Ejército a la importante y memorable
batalla de Toulouse (Tolosa de Francia en la literatura militar de la época),
en cuya ciudad se recibe la noticia de la entrada en París de los ejércitos
ruso, prusiano y austriaco y la abdicación, cuatro días antes, de Napoleón. El
día 11 se firma la paz, significando con ello el fin de la Guerra de la
Independencia española.
El Regimiento de Oviedo, que orgánicamente seguía
dependiendo del 4º Ejército, durante el desarrollo de la gloriosa batalla de
Tolosa se encontraba encuadrado en la 1ª Brigada de la división provisional del
mencionado 4º Ejército.
Tras la batalla de Tolosa regresa a
España. Encontrándose en Pasajes se le provee de pertrechos y nuevo vestuario
de procedencia británica.
En mayo de 1814 el Regimiento de
Oviedo continuaba encuadrado en la 3ª división del 4º Ejército.
El 16 de julio de 1814 el
Ayuntamientote Oviedo, enterado que el Regimiento de Infantería de Oviedo tenía
previsto verificar la entrada en la ciudad el día 19, se dispone a recibir con
todos los honores el glorioso cuerpo al que ha dado nombre la ciudad.
El día 19 de julio, tal como estaba
previsto, el Regimiento de Oviedo, en medio de grandes regocijos, hace su
entrada triunfal en la capital del Principado de Asturias. El teniente coronel D.Benito
María Paniga, comandante del expresado regimiento, ordena colocar en el carro
triunfal preparado al efecto
El Regimiento, formado en dos
líneas, y llevando en su centro el carro triunfal, se dirige acto seguido a
El 21 de julio de 1814 se expide una
Real Orden por la que los regimientos de Milicias Provinciales pierden su
condición de “Línea” y se les devuelve la vieja orgánica que tenían con
anterioridad a la promulgación del Reglamento de 8 de mayo de 1812. Por razones
desconocidas, la reorganización prevista en la citada real resolución no tuvo
efectos inmediatos, por lo que el Regimiento de Oviedo continuó organizado según
el Reglamento de 1812.
Por R. O. de 16 de octubre de 1814 se aprueba un plan para
enviar una expedición de 8.000 hombres a Nueva España. En virtud de esta R. O.
y la del mismo rango de 21 del mismo mes, el 7 de noviembre queda formada,
mediante sorteo, la escala general de los regimientos de Infantería de Línea y
Ligeros que por turno deben pasar a los dominios de ultramar. Según este
sorteo, al Regimiento de Oviedo le fue asignado el número 54.
1815
Por
el Reglamento de la Infantería de 2 de marzo de 1815 se establece que el
Regimiento de Oviedo deberá constituir el 2º batallón del Regimiento de LEÓN Nº
23, integración que no se lleva a efecto por aplicación de
Con
motivo de una prevención expresada por el Ministerio de Gracia y Justicia al
Regente y Oidores de
Enterado S. M. de los hechos que motivaron la prevención del
Ministerio de Gracia y Justicia, y persuadido el Rey de que el Regimiento de
Oviedo no ha dado el menor motivo para ella, puesto que ha observado la
disciplina que era de esperar de un cuerpo tan acreditado, por Real orden
circular del Ministerio de la Guerra, fechada en Madrid el 8 de abril de 1815, se
ordena al capitán general de Castilla la Vieja transmita al Regimiento de
Oviedo “…lo muy satisfecho que se halla S.
M. de la conducta del expresado, así como de los oficiales y demás individuos
que lo componen, cuya Real resolución deberá darse a conocer a todo el Ejército”.
---------- ooOOOoo ----------
APÉNDICE
1. Banderas
Desde
1739 hasta
Así,
"En
cada Batallón de nuestras tropas habrá tres banderas de once pies de alto, de a
doce pulgadas cada asta de ellas con regatón y moharra. La Coronela será blanca
con el escudo de nuestras Armas Reales y las demás blancas con la Cruz de
Borgoña; y en una y otras se podrán poner en la extremidad de las esquinas las
armas de los reinos y provincias de donde tengan el nombre, o las divisas
particulares que hubiesen tenido o usado, según su antigüedad..."
Por lo tanto, según la
Ordenanza anterior, las banderas coronelas de
la Infantería eran de color blanco, con el escudo de las armas Reales en su
centro, rodeado por los collares del Toisón de Oro y de la Orden del Espíritu
Santo, figurando en las cuatro esquinas del paño los escudos de los reinos,
provincias o ciudades correspondientes. Las banderas sencillas, o de batallón,
también de color blanco, con el aspa roja de Borgoña rematada en sus extremos
con sendos escudos de los reinos, provincias o ciudades. El número de enseñas
era de tres banderas por Regimiento, siendo la Coronela la del primer Batallón
y sencillas las demás. Los bordados del reverso, respecto a la faz del anverso,
aparecían invertidos. Las dimensiones del paño quedaron establecidas en
Cuando en 1734 (Real Declaración de
31 de enero) se crean las Milicias Provinciales los regimientos respectivos,
naturalmente, debieron recibir banderas similares a las establecidas por la
Ordenanza de 1728, pero con la diferencia que el escudo de las coronelas, en
lugar de llevar el collar de la Orden del Espíritu Santo como ocurría en
aquellas, estaba rodeado por la banda celeste de dicha Orden. Las banderas
sencillas o de batallón sólo diferían de las anteriores en que éstas llevaban
un rótulo en el que se expresaba el nombre del cuerpo y que la corona que
timbraba los escudos angulares es ducal.
La Adición a
“Ha de
haber tres banderas en cada Regimiento [de Milicias], todas de tafetán blanco; la
Coronela con el escudo de armas en el centro; las otras dos con la Cruz de
Borgoña y en los cuatro remates de la cruz podrán tener los escudos de las
armas de la provincia y el rótulo del nombre de ella en el alto de cada una,
tendido al ancho de la bandera, con astas de once pies de alto, incluso regatón
y moharra..."
Como quiera que
Según acuerdo de
Otra importante pieza, en la que también habrá que inspirarse
para su reconstrucción, es la única bandera de batallón que, afortunadamente, ha
llegado hasta nuestros días y cuyo ejemplar puede contemplarse en el Museo del
Ejército[2].
Por lo tanto, la descripción de la posible bandera coronela, que lógica y
naturalmente habrá que tomarla con las naturales reservas, debería responder a las
características siguientes:
De tafetán blanco, con el escudo
real a la usanza de Felipe V, colocado en el centro del paño y rodeado por el collar
del Toisón de Oro y la Banda azul de la
Orden del Espíritu Santo. En cada esquina del paño, un escudete, orlado de
adornos vegetales y timbrado de corona ducal o real abierta en el que, sobre
campo azul, aparece la Cruz de los Ángeles en oro, sostenida por dos ángeles de
carnación, vestidos de blanco.
Se desconoce si llevaba o no el aspa roja de Borgoña y los
leones soportes del escudo, tal como aparecen en las banderas de 1746, aunque a
juzgar por la bandera del Provincial de Santiago parece que sí la llevaba.
Sus dimensiones deberían ajustarse a
2 x
Se desconoce el tipo de moharra.
La antigua bandera Coronela, única de
esta clase que tuvo el Cuerpo desde su creación, fue sacada de Tolosa
(Francia), ceñida al cuerpo, por un oficial gravemente herido.
Ajada por el tiempo y el propio
desgaste sufrido por la dura campaña,
“Costeese una Vandera para el Rgtº de Oviedo”.
“Se
leyó una representación del Sargento Mayor de Milicias en la que solicita la renovación de la Bandera de su Cuerpo, que
se haya inútil de resultas de haber estado expuesta en la última guerra al
frente de las huestes enemigas, y se comisionó
a los S.res Marqués de S.n Esteban y Conde de Marcel de Peñalba para que de acuerdo con el mismo Sgtº Mayor de Milicias hagan la
vandera por quenta del Principado y
se despache libramiento por su importe según la razón que dieren dhos S.res
comisionados contra los fondos de propios y arbitrios.”
La
entrega de la nueva bandera se verificó cuatro
años más tarde. En efecto, el 23 de mayo de 1819 tiene lugar la solemne
ceremonia de entrega y bendición de la enseña, cuyo acto se celebró en la
Iglesia-Convento de San Francisco de Oviedo.
Banderas de Batallón
Desde 1739 contaba
también con dos banderas sencillas o de Batallón, cuya descripción es la
siguiente:
De tafetán blanco. En el anverso figura el aspa de
Borgoña o San Andrés de seda roja, rematada en sus extremos con sendos escudos bordados
en los que, sobre campo azul, figura la Cruz de los Ángeles, sostenida por dos
ángeles de carnación vestidos de blanco. Al timbre, corona ducal o real abierta.
En el reverso figura también el aspa de Borgoña y los blasones antes descritos,
pero invertidos respecto al anverso. Tanto el asta como la moharra, no son las originales.
Las
dimensiones primigenias de esta enseña fueron:
Alto:
Ancho:
En la actualidad, debido al deterioro sufrido por el
paño, sus medidas quedaron reducidas a
El estado de conservación, dentro de lo que se podía
esperar, se considera regular. Debido a la prolongada exposición (103 años), enrollada
sobre su propia asta, ante los pies del Cristo de Candás, sometida, por tanto,
a la acción permanente del humo y fuego de las velas, perjudicó notablemente el
paño del anverso, haciendo que éste presente un aspecto sucio o grasiento, de una
tonalidad ocre-pardusco. El reverso, al encontrarse mejor resguardado, el
proceso de degradación ejercido sobre los colores hizo que éste fuese mucho más
atenuado.
Mantiene completa el aspa de Borgoña,
así como los dos escudos regimentales próximos al asta. Está rota o rasgada por
algunos sitios y le faltan varios trozos del paño original, así como los dos
escudos del batiente, cuyo resultante se ha
montado sobre una nueva tela de 1,74 x
La bandera anterior fue recibida
por el Regimiento, junto con la Coronela y otra sencilla, igual a la descrita,
en el año 1739.
En
1760 las banderas de los cuerpos se redujeron a una Coronela (1º Batallón) y otra
sencilla (2º Batallón) para, en 1802, quedar tan sólo
Como
consecuencia de lo anterior, en el año 1808 la bandera sobrante se encontraba depositada
en la Caja del Regimiento por lo que el
9 de julio de 1808, cuando se creó el Regimiento de Candás y Luanco, esta misma
enseña le fue entregada al citado Cuerpo y con ella combatió en todas cuantas acciones
de guerra intervino esta gloriosa Unidad asturiana de Candás y Luanco cuyos
efectivos, por Orden de 14 de abril de 1811, fueron integrados en el recién
creado Regimiento “2º de Asturias”.
Terminada la campaña, la enseña vuelve a manos del
Provincial de Oviedo hasta que en mayo de 1816, como consecuencia de
Las bandoleras portabanderas eran de
paño azul (aunque también podían ser de otro color) guarnecidas de galón de
plata y hebilla de este mismo metal.
Debido al poco uso que se hacia de las enseñas por parte
del Provincial de Oviedo, cuya exhibición se ceñía exclusivamente a
determinados actos relacionados con la Corona, tales como proclamaciones reales,
natalicios del los distintos Príncipes de Asturias, exequias fúnebres, etc., el
estado de conservación de las banderas --que se encontraban depositadas en la
caja del Regimiento, enrolladas alrededor el asta y enfundadas en sendas bolsas
de terliz con cordón de estambre para facilitar su cierre-- en 1808 podía
considerarse como excelente.
Bandera de
batallón (anverso)
Bandera de
batallón (reverso)
Detalle del
escudo que remata las aspas de Borgoña
2. Uniformes
El Regimiento Provincial de Oviedo venía usando desde el
año 1799, por encontrarse exhaustas y carentes de recursos económicos las arcas
del Principado, las prendas de vestuario que constituyeron el uniforme del
Regimiento de Nobles de Asturias, cuerpo creado en 1794 para sostener la guerra
contra la Convención francesa. En 1808 esta indumentaria, a pesar del poco uso
que se le había dado durante el periodo 1799-1808, se encontraba en un estado
bastante deplorable. El uniforme constaba de casaca y pantalón enteramente de
paño pardo, sin adornos ni apliques de color, con la excepción de la barra de
los faldones, que era blanco por corresponder al color del forro de la
misma.
Cuando en septiembre de 1808 se formó la División
asturiana del General Acevedo le fueron entregadas, parece ser, nuevas prendas
de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, de paño pardo, con
cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado, así como también
pantalones o calzones y chaqueta de fatiga de lienzo cruzo. La mayoría de los
pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran de origen británico, llegados
a Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que se
estaban formando por esas fechas.
El 17 de julio de 1809 los cuerpos
de la nueva división, que ahora manda el Marical de Campo D. Francisco
Ballesteros, reciben en el campamento de Contrueces (Gijón) nuevo armamento y
vestuario de procedencia británica, enviado a los asturianos a través de la
Junta de Sevilla. El vestuario lo componían casaca blanca, cuello y vuelta
encarnada, forro blanco y botón dorado; calzón corto de lo mismo y gorro blanco
con vuelta encarnada. En el botón, parece ser, sólo figura la inscripción “OVIEDO”.
Tras su salida de Extremadura y posterior llegada a Ribadeo
(Lugo), se desconoce qué uniforme pudo usar; si éste le fue suministrado en la
región extremeña o, por el contrario, si lo recibió en Galicia, aunque por los
indicios que se tienen, todo hace apuntar que en la primavera de 1811, estando
acantonado en Ribadeo, le fue entregado vestuario compuesto de casaca de paño “cortada a la española” (se desconoce si
el paño era azul o pardo), con vueltas grana y forro de lienzo crudo del país (caserillo);
pantalones y botines también de lienzo crudo y camisas de crea de Irlanda. Las casacas,
a juzgar por lo expresado en sesión de
En 1812, sin poder precisar más
detalles, parece ser que se beneficia de vestuario procedente de una remesa de
Gran Bretaña recibida en La Coruña en ese mismo año. Sin embargo, según un
estado de
El Estado Militar de España de 1815, que recoge los
uniformes en uso entre 1813-1814, coincide plenamente con lo anterior en cuanto
al color y detalle del distintivo en el cuello. En efecto, dicho Estado
describe el uniforme del Regimiento de Oviedo en los términos siguientes: “casaca y pantalón azul turquí; cuello y vueltas
[así como vivos y barras de los faldones] celestes; botón dorado y un triángulo pajizo en el cuello”. También
usaba, para verano, pantalón de lienzo crudo.
El
abril de
Hasta aquí, se reflejan todos los datos disponibles sobre
el diverso vestuario observado por el Regimiento Provincial de Oviedo durante
la Guerra de la Independencia.
3. Distintivos
Concluida la Guerra de los Pirineos (1793-1795), el
Consejo Pleno de Guerra elevó al Rey la recomendación para que “los voluntarios alistados en
La práctica totalidad de los individuos de tropa del
Regimiento de Milicias Provincial de Oviedo se hallaban comprendidos en la real
disposición antes citada, ya que todos –o casi todos– se alistaron
voluntariamente en el Regimiento de Nobles de Asturias cuando éste se formó con
ocasión de la guerra contra la Convención francesa. Por este motivo, sargentos,
cabos y soldados del Regimiento de Oviedo lucían en las mangas de sus casacas el
distintivo de voluntario señalado al efecto.
El General D. Gregorio García de la Cuesta, queriendo
honrar a la agrupación de voluntarios asturianos encuadrados en el Ejército de
Castilla que él mandaba, en escrito circunstanciado en el Cuartel General de Mayorga
de Campos el 15 de junio de 1808, ordena lo siguiente:
“
Se les mande poner a cada uno de los Asturianos una Cruz Blanca mayor de la que ahora llevaban, para que esa
insignia les pudiese particularizar, no
solo entre los demás cuerpos de este Ejército, sino aún al frente del enemigo...”.
Lo antedicho confirma que, en efecto, los asturianos
venían usando con anterioridad el distintivo de referencia de tamaño menor al que
ahora les manda poner el General Cuesta, cuya insignia la conformaban dos tiras
de tela o galón corriente de estambre blanco, de unos
Unos años más tarde, por Orden
General del 6º Ejército -al que pertenecía el Regimiento de Oviedo- dada en
Lugo el 24 de enero de 1813 expresa: ”… cada
cuerpo ha de poner en el cuello de las casacas los distintivos que se muestran
por el modelo adjunto”. Según la orden precedente el Regimiento de Oviedo para
diferenciarlo de los demás cuerpos asturianos --que como él también tenían
cuello azul celeste-- debería colocar un distintivo “como el de voluntarios de Leon” (que llevaba un triángulo blanco
sobre cuello encarnado). Es decir, el distintivo de Oviedo consistía en un
triángulo de color amarillo pajizo cosido sobre el cuello de color celeste.
4. Recompensas
Mención aparte merece el capítulo dedicado a los
premios y recompensas recibidas por los componentes del Regimiento Provincial
de Oviedo por su participación en las batallas y acciones de guerra que les
cupo el honor de intervenir. Por orden cronológico de fecha de creación, se
incluyen las siguientes:
Escudo de Distinción “Al
Valor de los Defensores de la Patria” – 1809
La orden es comunicada con fecha 28 de
marzo al capitán general interino del Principado quien, con igual fecha, la traslada a los
jefes de los respectivos cuerpos del Ejército para conocimiento de los mismos.
Este mismo
día,
Asimismo, por el distinguido mérito
contraído por el teniente D. Joaquín Casuso, del Regimiento Provincial de
Laredo, cuyo valor y bizarría acreditó en la brillante acción de guerra que
tuvo lugar en La Robla el 25 de marzo de 1809, la que la Ordenanza general
declara como distinguida en el art.º 18, tratado 2.º, título 17, rechazando y
conteniendo al enemigo al menos con un tercio menos de efectivos,
Escudo de Distinción al
Valor en Asturias
Creado por
La misma recompensa fue ampliada a
las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el
mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de
abril de 1809.
Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de
la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino
blanco, de
A juzgar por la Hoja de Servicios
del valeroso Teniente, graduado de Capitán, D. Antonio Cancio Donlebun, que
dice hallarse en posesión de un escudo de honor “Al valor y constancia” por los
ataques a la línea de Ribadesella (incluida, claro está, dentro del
dispositivo) y acción del 18 de mayo de 1809 desarrollada en el puente de
Peñaflor, parece indicar que el escudo de referencia se hizo extensivo,
asimismo, a las fuerzas que defendieron el estratégico e importante paso de
Peñaflor. Por la segunda acción desarrollada en mismo lugar el 15 de febrero de
1810, le fue concedido un nuevo escudo de distinción, cuyo ejemplar,
afortunadamente, ha llegado a nuestras manos gracias a la familia del heroico
oficial (muerto en acción de guerra posterior), que conserva con verdadera
devoción -como reliquia que es- la pieza original. Sin embargo, en este escudo no
aparece inscripción alguna alusiva “Al
Valor”, sino “Constancia en Peñaflor
– 15 de febrero de
Al carecer de las actas de
Gracias al admirable retrato de un
Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas (pintado hacia 1815), que
luce en la manga izquierda de su casaca el citado escudo, quizás por haber
participado como oficial de alguno de
los cuerpos que concurrieron a las distintas acciones de guerra desarrolladas
durante los primeros meses del año 1809 en el dispositivo defensivo que cubría
la llamada “línea de Colombres” (que
comprendía parte del territorio de las Asturias de Santillana y llegaba hasta
la margen derecha del río Sella, con cuartel general en Llanes), ha sido
posible recuperar el modelo original que lucieron los soldados de los
regimientos asturianos que intervinieron en los combates que tuvieron como
escenario el citado dispositivo.
Cruz de San Marcial
Se concedió por R. O. de 24 de
octubre de 1814, premiando a las fuerzas del General Freyre que el 31 de agosto
de 1813 se batieron con los franceses sobre el río Bidasoa a la altura de San
Marcial.
Es de
oro y está constituida por una cruz de cuatro brazos esmaltados en rojo que
rematan en punta y con globillos de oro en los extremos. El centro es circular,
donde en campo blanco figuran dos sables cruzados dentro de una corona de
laurel, orlados por una banda azul con letras de oro donde se lee: "EL REY
A LOS VENCEDORES DE SAN MARCIAL".
Entre los brazos figuran, en la parte superior
una flor de lis y un león, representándose entre los brazos inferiores una
torre y otra flor de lis, todos ellos en oro.
La
cinta de la que cuelga es bicolor: roja y morada.
Cruz de Tolosa o del 4º Ejército
De oro y esmaltes, cuelga de una
cinta de tela de color azul turquí con ribetes dorados, fue creada por Real
Orden de 30 de enero de 1815 para su concesión a los generales, jefes y
oficiales que participaron en dicha batalla y se compone de cuatro brazos
rematados en forma de ancla, esmaltados en azul coronados por globillos de oro.
Entre las aspas, columnas coronadas y sables y palmas cruzados, del mismo
metal; en el centro, un círculo blanco rematado de corona de encina, con el
lema: "Batalla de Tolosa de 10 de Abril de1814" y en el reverso
"Valor y disciplina".
Cabe destacar, a su vez,
que esta Distinción es de las pocas que se usaron bordadas sobre las banderas
como reconocimiento colectivo, como es el caso del Regimientos Provincial
Oviedo.
Cruz de Albuera
Instituida el 1 de marzo de 1815 en recuerdo de la batalla
que se dio el 16 de mayo de 1811. Tiene forma de aspa con brazos rojos
terminados en globos de oro; sobre la parte superior va una corona de laurel y
entre cada dos brazos llamas de color de fuego; en el centro un óvalo azul (en
este caso es blanco) con la cifra “F.VII” y en una orla de oro la palabra
“Albuhera”. La cinta es roja con filetes negros y cantos azules.
Cruz del Sexto Ejército o de la Izquierda
Es
como
Por cédula de 10 de junio
de 1815 expedida por el Teniente General Ballesteros y dirigida al Capitán
General D. Joaquín Blake, se aclara que la Cruz instituida por R. O. de 14 de
mayo del mismo año, se concede, además, por
“su valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra
tuvieron en Rioseco, Sornosa [Zornoza],
Guenes [Güeñes] y Espinosa”.
Cruz del
Ejército Asturiano
Creada por Real Orden de 4 de junio
de 1815 para premiar “el entusiasmo,
valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo que circundada
de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Gobierno Supremo fue
acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander,
mandados por el Mariscal ney y por Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido
á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos, á quienes en varios y repetidos
encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus
naturales”.
La cruz se compone de
cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles
color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una
cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
Medalla y Escudo de Distinción de Medina
del Campo
Creada
por Real Orden de 2 de julio de 1815 para premiar a las tropas que tomaron
parte en tan gloriosa acción rechazando, batiendo y persiguiendo al Ejército
enemigo. Tiene forma elíptica, esmaltada de blanco, en cuyo centro lleva una
corona triunfal de color verde; alrededor y con letras de amaranto, se inscribe
“Al valor Medina del Campo noviembre 23
de
Inicialmente, existió en formato de
Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando VII, se convirtió en
medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que presenta la medalla,
con única la salvedad que el diseño que ha llegado a nuestras manos dice: “Al valor Medina del Campo –
Colofón
El Regimiento Provincial de Oviedo,
cuyos jefes, oficiales y tropa contribuyeron junto con sus hermanos gallegos,
castellanos y andaluces a expulsar de España al invasor y que, con su valor
patriotismo, disciplina y abnegación y, sobre todo, la generosidad de la mucha
sangre derramada, dejaron tan alto el honor de las armas, como así lo acreditan
las insignias con las que están condecorados por su participación en más de
cuarenta acciones de guerra, bien merece el tributo que la Patria agradecida consagra
a sus héroes.
[1] El Teniente General D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casa solariega en el concejo de Castropol.
[2] Gracias a D. Luis Sorando Muzás, quien, dado mi extraordinario interés por esta enseña, ha tenido la gentileza de facilitarme las fotografías de la bandera, por lo que gracias a él –repito– ha sido posible incluirlas en esta monografía.
[3] En este estado, de fecha 15 de octubre de 1812, constan varios pagos realizados en los meses de agosto y septiembre a D. Pedro Norlasco, maestro sastre, a cuenta de la confección de vestuarios para el Regimiento de Oviedo (Cuaderno de Oficios de la Diputación, AHA).
[4] AHN. Consejos, 11995, exp. 38 (Cuaderno de acuerdos de la Junta de Asturias del mes de marzo de 1809).
[5] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del
color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este
tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en
cuanto a colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el
supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las
letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de
estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido
como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y
botones del uniforme del Cuerpo) que puede contemplarse en el primoroso retrato
de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, cuya condecoración
luce en la manga izquierda de
[6] Mucho se ha especulado
sobre la desaparición de estos instrumentos, pero la realidad es que al día de
hoy aún se desconocen las causas que motivaron la desaparición o disgregación
de la documentación, esencial, por otra parte, para conocer importantes
detalles acerca de la formación de los regimientos, vestuario de los mismos,
etc.