REGIMIENTO INFANTERIA DE LINEA DE CANDAS Y LUANCO (1808-1811)www.arhca.es

 

 

ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN

 

            Creado y aprobado por la Junta Suprema de Asturias en la ciudad de Oviedo el 9 de julio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería Candás y Luanco, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. Juan González Cienfuegos, vizconde de San Pedro Mártir de la Vega del Rey[1], cargo para el que ha sido nombrado en igual fecha.

 

            Para la formación del Regimiento de Candás y Luanco se dispuso de los voluntarios que constituían la denominada División de Carreño, compuesta en su mayoría por mozos de los concejos de Carreño y Gozón. La organización o distribución inicial de la fuerza que serviría de base para la constitución del batallón fue la siguiente:

 

Cías

Cap.

Tte.

Subtte

Sgtºs 1ºs

Sgtºs 2ºs

Cabos

Tambor

Soldados

    

  1

1

-

2

 3

16

-

  92

    

  1

1

1

2

 4

  8

1

112

    

  2 (1)

1

-

1

 3

  8

-

119

    

  1

1

-

1

 2

  8

-

100

    (2)

  -

-

-

-

 -

-

-

-

    (2)

  -

-

-

-

 -

-

-

-

    

  1

-

-

1

 2

  8

-

 93

    (2)

  -

-

-

-

 -

-

-

-

    

  2 (1)

1

1

1

 4

  8

-

102

  10ª

  1 (1)

1

-

1

 2

  8

-

119

Total

  9

6

2

9

20

34

1

737

(1) Uno de los capitanes figuraba como agregado a la misma.    

(2) Sin datos sobre estas compañías

 

            La 1.ª compañía estaba compuesta en su totalidad por voluntarios del concejo de Carreño y la mandaba él capitán D. Manuel Bances, teniendo como subalterno al teniente D. Pedro Suárez Quirós, ambos naturales de Candás, capital del citado concejo de Carreño, y se hallaba el 11 de julio de 1808 en Vidiago (concejo de LLanes); la 2.ª compañía, formada por voluntarios del concejo de Gozón, estaba mandada por el capitán D. Mario Baldina del Carmen, procedente del Regimiento de Hibernia, auxiliado en sus funciones por el teniente D. Manuel Muñiz Carreño, de San Félix de Candás, y por el subteniente D. José Moriondo, el tambor de esta compañía provenía, asimismo, del Regimiento de Hibernia, hallándose acantonada el 15 de julio en Pimiango, también del concejo de Llanes; la 3.ª compañía, formada por mozos del concejo de Ribadesella, estaba mandada por el capitán D. José Rivera, natural de Gijón, figurando como agregado a la misma el capitán D. Manuel de Cienfuegos, de Pravia, y como teniente D. Juan González Villas, de Luanco (concejo de Gozón), se hallaba situada también en Vidiago; la 4.ª compañía, constituida por voluntarios de diversos concejos, estaba mandada por el capitán D. Sebastián Cuesta Ovín, natural de Torazo (concejo de Cabranes), figurando como teniente de la misma D. León Arenas, de Candás (Carreño), y se hallaba con fecha 14 de julio de 1808 en Molleda; la 7.ª compañía, compuesta por voluntarios de los concejos de Corvera, Carreño y Castrillón, la mandaba el capitán D. Manuel López de Grado, natural de Pravia; la 9.ª compañía, constituida en su mayoría por soldados provenientes del concejo de Colunga, la mandaba el capitán D. Francisco Argüelles, del concejo de Colunga, y figuraba como agregado a la misma el capitán D. Melchor Covián, también de Colunga, y como oficiales subalternos el teniente D. Juan García de Sampedro y el hermano de éste D. Pedro García, y se hallaba, con fecha 11 de julio de 1808, también en Vidiago y, por último, la 10.ª compañía, constituida por soldados de los concejos de Gozón y Llanes, estaba mandada por el teniente D. Manuel Río, de Nueva (concejo de Llanes), figurando como agregado a la misma el capitán D. José Lorenzo Salas, de Pravia, cuya compañía en julio de 1808 se encontraba destacada en Andrín (Llanes). No se de dispone, por el contrario, de datos relativos a la composición de la 5.ª, 6.ª y 8.ª compañías.       

 

            Pocos días más tarde, una vez formadas y completadas las respectivas compañías, recibe la orgánica como regimiento y se constituye como tal, según quedó establecido por dictamen presentado en la Junta Suprema de Asturias el 2 de junio de 1808 para la formación de los 20 regimientos, cuya estructura de organización se inspiraba en el viejo modelo del Regimiento Provincial de Oviedo. Por lo tanto, dicha orgánica quedó establecida en:

 

B       A       T       A       L       L       Ó       N

P L A N A   M A Y O R

C O M P A Ñ Í A S

 

            - Coronel

            - Sargento Mayor

            - 2 Ayudantes

            -  Abanderado (no se contempla)

            - 1 Capellán

            - 1 Cirujano

            - 1 Tambor Mayor

            - 1 Maestro Armero

  

  10 compañías, de las cuales una era de 

  Granaderos. Cada Compañía consta de:

 

               -   1 Capitán

               -   1 Teniente

               -   1 Subteniente

               -   1 ó 2 sargentos 1ºs.

               -   2 sargentos 2ºs.

               -   4 cabos 1ºs.

               -   4 cabos 2ºs.

               - 50 soldados (aprox.)  

 

            Nombres o denominaciones que ha ostentado desde su creación.

 

-          1808. Regimiento de Infantería de Candás y Luanco

-          1809. Regimiento de Infantería de Línea de Candás y Luanco

 

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            En el mes de julio de 1808, una vez concluida la formación del cuerpo, las tropas que habrían de constituir la masa para la formación del Regimiento de Candás y Luanco, que se encontraban distribuidas por distintos puntos del concejo de Llanes, son reunidas para someterlas a una intensa preparación militar a cargo de oficiales, sargentos y cabos de los regimientos Provincial de Oviedo e Hibernia destinados al regimiento con este objeto.  

 

            El 22 de agosto, los generales Blake y Acevedo se reúnen en León para tratar sobre el auxilio que Asturias debería prestar al ejército de Galicia. El día 29 el general Acevedo informa a Blake que ha dado orden para que las tropas asturianas, entre las que naturalmente se encuentra el Regimiento de Candás y Luanco, se reúnan en Llanes para verificar en dicho punto la organización de una división para ponerla a disposición del entonces denominado Ejército de Galicia.    

 

            En efecto, en septiembre de 1808 el Regimiento de Candás y Luanco es incorporado a la recién constituida División expedicionaria asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D. Vicente María de Acevedo cuya división, tal como se había convenido, debería incorporarse al Ejército, también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª división del expresado ejército al mando de teniente general D. Joaquín Blake y Joyes.

 

            El 22 de setiembre el brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la división, en presencia de los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor general de la misma–, pasa la primera revista de inspección a los regimientos de la división, entre los que se encontraba el de Candás y Luanco que, desde ese mismo momento, queda encuadrado en la 1.ª brigada que manda el jefe de escuadra (brigadier) de la Armada, D. Cayetano Valdés y Flórez.

 

            El 25 de septiembre la totalidad de los regimientos destinados a constituir la 3.ª División del Ejército de Galicia ya se encuentran acantonados en Llanes, en cuya localidad queda establecido el cuartel general divisionario. Este mismo día, el general Acevedo eleva a la Junta Suprema de Asturias un “Plan de reforma de los regimientos” para poner a los cuerpos de la división de su mando bajo el pie de igualdad a los de Línea del ejército al que pronto iban a unirse, para que en las maniobras no resulten los atrasos y pérdidas de tiempo que entorpecerían y perjudicarían notablemente el buen éxito de las operaciones.    

 

            Aprobado el plan anterior, el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos divisionarios, experimenta una profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra, quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible y maniobrera. La nueva orgánica del Regimiento de Candás y Luanco, según el “Plan de reforma” propuesto por el general Acevedo, es la que se refleja en el cuadro siguiente:

 

PRIMER BATALLÓN

SEGUNDO BATALLÓN

P  L A N A    M A Y O R

             - Coronel

             - Sargento Mayor

             - Primer Ayudante

             - Abanderado

             - Capellán

             - Armero

             - Cirujano

             - Tambor Mayor

             - 6 Pífanos

             - Tambor de Órdenes  

P  L A N A    M A Y O R

               - Teniente Coronel

               - 2 Ayudantes

               - Abanderado

               - Capellán

               - Cirujano

               - Armero

               - Tambor Mayor

               - 6 Pífanos

               - Tambor de Órdenes

 

           

C  O  M  P  A  Ñ  Í  A  S

Cada Compañía compuesta por:

                         Oficiales                                                Tropa

      -   1 Capitán                                        -   1 Sargento 1º...........}

      -   1 Primer Teniente                           -   4 Sargentos 2ºs.…..}      

      -   1 Segundo Teniente                        -   8 Cabos 1ºs.............}  Total tropa: 100 hombres

      -   1 Subteniente                                  -   8 Cabos 2ºs…….....}

                                                                  -   2 Tambores.............}

                                                                         - 77 Soldados..............}           

 

 

            El 29 de septiembre de de 1808 el Regimiento de Candás y Luanco, una vez arreglado bajo el pie de dos batallones, de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–, emprende la marcha hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11 de octubre. En el estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen el Ejército expedicionario asturiano, circunstanciado por el general Llano Ponte, mayor general de la división, en el cuartel general de Quincoces el 12 de octubre de 1808, el Regimiento de Candás y Luanco presenta un total de 30 jefes y oficiales y 748 plazas de fusil, lo que supone una merma considerable de efectivos (en torno al 25%) respecto a la plantilla que, teóricamente, se había fijado por la orgánica anterior.

 

            El 16 de Octubre las tropas expedicionarias de Asturias, después de haber pasado revista de Comisario, se reúnen con el Ejército de Galicia.  

 

            Una vez concertado el despliegue de las unidades, el general en jefe del Ejército de Galicia dispone que el Regimiento de Candás y Luanco, que se encontraba acantonado en Medina de Pomar, pase a ocupar Traspaderne y sus inmediaciones al mando del mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós. El día 19 de octubre sale de Traspaderne con dirección a su nuevo destino, fijado en la circunferencia de una legua de las inmediaciones del cuartel general de Quincoces.

 

            En la mañana del 24 de octubre el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos de su brigada, se pone en marcha para Respaldiza. 

 

            En el estado de organización y fuerza disponible del Ejército de Galicia, ahora denominado  “de la Izquierda”, del 31 de octubre de 1808, el Regimiento de Candás y Luanco presenta los mismos efectivos reflejados en el informe anterior. Según este estado, el regimiento continúa encuadrado en la 1.ª brigada que manda el brigadier Valdés y Flórez, destacada en Villaro.

 

            Después de los ataques de Durango y Villaro, en la noche  del 1.º de noviembre se retira a Villaro, continuando la marcha al día siguiente. En la mañana del 3 de noviembre el Regimiento de Candás y Luanco, junto con las demás cuerpos de la 1.ª brigada al mando del brigadier Valdés, se halla en el ataque de Menagaray, viéndose seriamente comprometidas las fuerzas de caer prisioneras del enemigo, si no fuera por la afortunada intervención de los cuerpos que componían la 2.ª brigada que mandaba el general Bernaldo de Quirós que acudió en su auxilio.

 

            Por disposición de la Junta de Asturias, el 7 de noviembre de 1808 D. Mariano Ordóñez Boraigua, marqués de Villarias, en atención a sus méritos, pasa agregado en calidad de coronel al Regimiento de Candás y Luanco.   

 

            El 7 de noviembre el general en jefe del Ejército de la Izquierda dispone que la 4.ª división situada en las alturas de Valmaseda pase a Sopuerta y que ésta se reemplace por cuatro regimientos asturianos[2], por lo que el general Acevedo destina para este cometido a los de Candás y Luanco, Castropol, Luarca y Grado, a cuyos cuerpos se suma más tarde el Provincial de Oviedo. El mando interino de toda la posición recae en el brigadier D. Francisco Manglano, comandante del Regimiento de Oviedo. En la mañana del día 8, ante el riesgo inminente de un ataque enemigo para recuperar la posición de Valmaseda, el brigadier Valdés solicita al general en jefe el envío de refuerzos, destinando para este cometido, justo en el momento que empezaba el ataque enemigo, al Regimiento Hibernia-Asturiano, así como a varios voluntarios y tiradores de Galicia. Considerando que, a pesar de los refuerzos, la defensa de la posición no se podía sostener por mucho tiempo, se dispone la retirada ordenada,  repliegue que es sostenido sin el menor contratiempo por dos compañías del valeroso Regimiento de Cangas de Tineo, hasta que el último hombre pudo abandonar la villa atacada, a pesar de estar expuestos a un intenso fuego enemigo.  

 

            Emprendida la retirada por el camino de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las tropas de Blake a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera acometer el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado combate en el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes de hicieron prodigios de valor, fue rechazado en enemigo. Por la tarde el general Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible distinguir cualquier objeto. Entre las tropas asturianas se producen, sin embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.

 

            Al día siguiente, resuelto el enemigo a concluir la acción emprendida el día anterior, decide acometer el ala izquierda y se lanza al ataque directamente. Cae muerto el general Quirós, resultando heridos de importancia los generales Acevedo y Valdés, así como el coronel del Regimiento de Cangas de Tineo y los tenientes coroneles de los de Lena y Provincial de Oviedo. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el inesperado movimiento del enemigo y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce el desorden general y la completa dispersión. En la acción resultan heridos también varios oficiales y soldados de los demás cuerpos asturianos, entre los que, por supuesto, se encuentran algunos componentes del Regimiento de Candás y Luanco.

 

            No obstante lo anterior, el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos que intervinieron en la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.

 

            Derrumbadas las tropas asturianas, algunas optan por tomar el camino de Santander con dirección a Aguilar de Campoó. Entre los heridos, transportado en una carreta, iba el general Acevedo a quien, por temor a que se produjera un ataque del enemigo que los perseguía, se tomó la decisión de sacarle del carruaje y montarle en un mulo para así evitar que cayera prisionero. Cuando ya se creían a salvo, en el pueblo de Quintanillas, cerca de Aguilar, sorprendentemente son interceptados por cazadores de del cuerpo que mandaba el coronel Tascher, quienes sin atender que el general Acevedo es un Capitán General herido en campaña y que como tal se le debe considerar prisionero de guerra, con el mayor desprecio a las reglas de la guerra, es acuchillado del modo más cruel.   

           

            Puestos en ordenada retirada con dirección al Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores, los maltrechos regimientos asturianos son interceptados en las proximidades de la villa de Comillas por la vanguardia enemiga, que traba combate con el Regimiento de Cangas de Tineo, que es el encargado de cubrir la retirada, cuyo cuerpo se llena de gloria por la serenidad y denuedo demostrado en el ataque, tras el cual regresa en triunfo a Comillas.

 

            Acción de San Vicente de la Barquera. Reforzado el enemigo con tropas de infantería, caballería y artillería, en general Soult se revuelve contra Comillas con el objeto de aniquilar definitivamente las escasas tropas asturianas que aún quedaban por la zona, por lo que el 19 de noviembre de 1808, ante la superioridad numérica del enemigo, el general Llano Ponte decide replegarse sobre San Vicente de la Barquera por ofrecer esta plaza una privilegiada situación estratégica para establecer allí la defensa y poder contener al enemigo mientras se esperaran los refuerzos que pudieran llegar desde Asturias. Desgraciadamente, el plan concertado no resultó, ya que se cometió el inmenso error táctico de sostener el puente Maza, situado a espaldas de las tropas propias, lo que deja a éstas en una situación muy comprometida, lo que provocó que el Regimiento de Covadonga, que llegaba de refresco, fuese acometido impetuosamente por la artillería y caballería, causando el pánico y la dispersión entre las fuerzas que lo componían, contagio que cundió en los demás cuerpos que ocupaban la plaza, quedando así expedito el paso del puente para la progresión de las tropas  enemigas. En ese momento comenzaba a bajamar, lo que permitió a la infantería y caballería enemiga arrojarse a la ría y flanquear la derecha de las tropas española. La acción duró una hora, al término de la cual los cuerpos asturianos, deciden replegarse sobre Colombres.

 

            Siguiendo la retirada general, siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 las fuerzas asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano Ponte decide establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por temor de ser atacado al día siguiente.            

 

            En la noche del 2 de diciembre de 1808 el Regimiento de Candás y Luanco llega a Infiesto. Su fuerza es de 300 hombres.

 

            En el mes de diciembre, debido a los fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte, la Junta Suprema de Asturias decide relevarle del mando, por lo que designa al mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[3] para reorganizar las maltrechas unidades, poniendo a sus órdenes algunos de los regimientos de nueva planta que aún no habían salido a campaña. A tal fin, el general Ballesteros sale para Llanes, a cuya villa llega el 4 de diciembre al frente de 400 hombres del los regimientos de Covadonga y Fernando VII, consiguiendo en pocos días reunir en la villa de Colombres a los dispersos de los cuerpos asturianos, entre los que se encontraban los hombres del Regimiento de Candás y Luanco, a los que acantona en la citada localidad.

 

            En la mañana del día 6 de diciembre dos compañías del Regimiento de Candás y Luanco, desde el cantón de Infiesto salen a cubrir los puertos de Tarna y San Isidro, con orden expresa de colocar avanzadas en esos puntos. Su fuerza es de 5 oficiales y 116 efectivos, entre sargentos, cabos y soldados. Antes de partir, el coronel D. Juan Cienfuegos solicita 100 fusiles que le faltan a la tropa y que a los hombres que van a salir a cubrir los puntos antes citados se les suministre de las prendas necesarias. Días más tarde se le entregan 112 fusiles.

 

            Según propuesta formulada por el general interino de reforzar la división del general Ballesteros con nuevas fuerzas, el 11 de diciembre de 1808 la Junta Suprema de Asturias acuerda aprobar la determinación, por lo que da orden para que el Regimiento de Candás y Luanco, que en esos momentos constaba de 365 plazas de fusil, junto con tres compañías del de Pravia se acoplen a la citada división. El Regimiento de Candás y Luanco.    

 

            Tras el recuento general realizado a las fuerzas asturianas el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Candás y Luanco, que continúa formado por dos batallones, presenta una plantilla regimental formada por 2 jefes, 32 oficiales y 400 efectivos. En la batalla de Espinosa de los Monteros el Regimiento de Candás y Luanco había perdido, entre muertos, heridos, dispersos y desaparecidos, aproximadamente, el 44,21% de los efectivos respecto a la fuerza presente el 31 de octubre. El armamento, a pesar de los avatares, se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de instrucción se consideraba mediano.     

 

1809

 

            El 15 de enero, mientras el enemigo lanzaba un impetuoso ataque contra las tropas del valeroso Regimiento de Villaviciosa, reforzado por una compañía del Regimiento de Castropol, que defendía el paso sobre el puente de Lley y las barcas de Narganes, sosteniéndose con tesón en el punto de Siejo, el general Ballesteros dispone que el Regimiento de Candás y Luanco, junto con el primer batallón del Regimiento de Cangas de Tineo, ambos al mando del coronel de éste último, pase a reforzar el punto de Siejo. Una vez suspendido el fuego y que el enemigo se retiraba a sus anteriores posiciones, el Regimiento de Candás y Luanco, una vez relevado por el Regimiento de Navia, se retira al cuartel general de Villanueva, manteniéndose sobre las armas hasta la mañana del día 16.

 

            El 25 de enero de 1809, según comunicación del capitán general, se nombra al teniente coronel D. José García Prada para que pase a la villa de Avilés a filiar e instruir a los mozos últimamente alistados para el reemplazo del Regimiento de Candás y Luanco.   

       

            El general Ballesteros con el objeto de cortar los puestos enemigos que se encontraban desplegados entre Molleda y San Pedro, en la mañana del 8 de febrero decide atacarlos en sus propias posiciones. Según la orden de operaciones redactada por el propio Ballesteros, el capitán D. Francisco Ruiz, con 114 hombres del Regimiento de Candás y Luanco, cruzó la barca de Narganes, y por el camino de San Pedro se dirigió a Camijanes para situarse frente al enemigo. Todas la columnas deberían romper el fuego al rayar el alba, lo que en efecto se verificó con tanto acierto, que el enemigo fue cogido entre cuatro fuegos, pero defendiéndose con obstinación, dio lugar a que le llegasen nuevos refuerzos. Conseguido el resultado de la empresa con las mayores ventajas y viendo que se iba a empeñar una acción, de cuyas resultas no se podía responder por la fatiga y situación de los regimientos asturianos, Ballesteros dispone la retirada de todas las tropas por Unquera y Vilde. En Unquera el enemigo es contenido por la artillería y las acertadas disposiciones del comandante del puesto de Colombres, el coronel del Regimiento de Candás y Luanco, D. Juan González Cienfuegos, vizconde de San Pedro Mártir.  

 

            El 22 de febrero de 1809 aparece encuadrado en la 1.ª división, que se halla  acantonada en Colombres bajo el mando del general Ballesteros.  

 

            En el mes de abril de 1809, ante la frágil situación en la que se encontraban las tropas francesas, circunstancia ésta que podía deparar al intrépido denuedo de las tropas asturianas un día de gloria, el general Ballesteros decide acometer la línea enemiga comprendida entre los ríos Deva y Nansa, para cuyo objeto combina cinco columnas de ataque. Según la orden de operaciones, la segunda columna mandada por el brigadier D. Remigio O’Hara, con los regimientos de Candás y Luanco y Castropol, mandados por sus respectivos coroneles, D. Juan González Cienfuegos y D. José María Navia-Osorio, más dos compañías, una de granaderos y otra de fusileros, del Infante D. Carlos, sería la encargada de forzar el puente de Camijanes y batir a las fuerzas enemigas que lo defendían. La operación, bien planeada, empero, fue suspendida por la dificultad que entrañaba salvar el río, muy crecido en esa época debido a las intensas lluvias y copiosas nevadas de la estación invernal, que impedía absolutamente el paso de las barcas. Una vez disminuido el cauce de las aguas y tendido el puente de Llés, Ballesteros decide efectuar el ataque en la mañana del día 29 de abril.

 

            El ataque general, según instrucciones cursadas a los jefes de los cuerpos respectivos, debería efectuarse simultáneamente por todas las columnas en una extensión de tres leguas, con la excepción de la que mandaba el coronel Rato, del Regimiento de Villaviciosa, que seguía la marcha para caer sobre la retaguardia enemiga situada en las barcas de Pesués.

            Hecho fuerte el enemigo en Molleda, es atacado impetuosamente por los tiradores de la columna con el objeto de tenerle distraído para dar tiempo a que los refuerzos de los regimientos de Cangas de Tineo y Villaviciosa llegasen a Pesués, momento en el que se ordena a las compañías del Regimiento de Infiesto que carguen contra los franceses, obligándoles a retirarse precipitadamente hasta Pesués, en cuyo punto fueron sorprendidos y batidos completamente con la mayor bizarría por las fuerzas mandadas por los coroneles Rato, del Regimiento de Villaviciosa, y Livesay, del de Cangas de Tineo, que obligan al adversario, a pesar de la fuerte corriente, a repasar el río. En esta acción los franceses sufren unas pérdidas considerables en vidas humanas, tanto por ahogamiento como las producidas por el impetuoso fuego de fusilería. Por su parte, el Regimiento de Candás y Luanco, encuadrado en la columna que manda el Brigadier O’Hara, ataca con la mayor intrepidez la cabeza del puente de Camijanes,  desalojando y arrojando del pueblo al enemigo, a pesar de la resistencia que éste opuso. En la acción resultan heridos el jefe de la columna, el brigadier O’Hara; el coronel del Regimiento de Candás y Luanco, D. Juan  González Cienfuegos, así como varios soldados del cuerpo de su mando.        

 

            El mismo día 30 de abril, el general Ballesteros desde el cuartel general de Villanueva, recomienda al marqués de la Romana –ahora nuevo general en jefe del Ejército de la Izquierda–, haga llegar a S. M. el singular mérito que han contraído todos los jefes, oficiales y tropa de la división de su mando que intervinieron en el ataque general contra el dispositivo enemigo. Todos, absolutamente todos, cumplieron exactamente con su deber, por lo que el general en jefe de la división les expresa las gracias a las que son acreedores por la subordinación y valor con que han ejecutado sus órdenes.

 

            Tras la reconquista del territorio anterior, el general Ballesteros emplaza en él la vanguardia de la división, cubriendo sus avanzadas la margen izquierda del Nansa, al tiempo que el cuartel general divisionario lo establece en San Vicente de la Barquera.

 

            Según el estado de fuerza del Regimiento de Candás y Luanco, fechado en Abandames el 21 de abril de 1809 y firmado por el Sargento Mayor D. Felipe Lussi, el regimiento presenta la siguiente orgánica:

 

 P   L  A  N  A     M  A  Y  O  R

 

               Coronel:                        D. Juan González Cienfuegos

                                       Teniente Coronel:         D. Antonio Fernández Llana

                                       Sargento Mayor:           D. Felipe Lussi

                                       Ayudante 1º:                 Vacante

                                       Otro 2º:                         D. Juan Berros

                                       Subtte. de Bandera:      Vacante

                                       Capellán:                      D. Juan Antonio Díaz

                                       Otro:                             D. Lorenzo Gutiérrez

                                       Cirujano:                      Vacante

                                       Maestro armero:           Presente

                                       Tambor Mayor:            Presente

 

 

 

 


BON.

CAPITANES

TENIENTES

SUBTENIENTES

 

D. Juan Posada Mogroviejo

D. Juan Doriga

D. Nicolás Barrosa

 

D. Antonio Posada Castillo

D. Pedro González Villamil

D. Hipólito Miranda

D. Juan Miguel González Carral

D. José Antonio Lavandera

D. Manuel Chacón

 

D. Rafael Mier

D. José Toyos

D. José María Poladura

 

D. Pedro de la Torre

D. Alberto Rodríguez

D.Antonio Ramón Valdepares

 

D. Toribio Morán

D. José Cueto

D. Santiago Miranda

 

D. Juan González Villar

D. Joaquín Alvarez Bayón

D. José Antonio Fernández

D. Juan Muñiz Bances

D. Ramón Reguerín

D. Alonso Martínez

 

D. Pedro Texeiro Ruiz

D. José María Cascos

D. José Fernández Calzada

 

D. Miguel Menéndez

D. Francisco del Riego

Sin provisión


 

F  U  E  R  Z  A    E N    R E V I S T A

 

Sgtºs 1ºs

Sgtºs 2ºs

Cabos 1ºs

Cabos 2ºs

Soldados

Fuerza  total

Presentes y efectivos

9

31

3

65

540

      648

En los hospitales

2

 8

-

23

315

      350

Comisión fuera del Cuerpo

-

 2

-

 2

   3

          7

Con licencia temporal

-

 -

-

 1

  4

          5

Ausentes sin permiso

-

 -

-

 1

 62

        63

 

 

 

 

 

 

   1.073

 

Nota:-

            Sirven en dicho Cuerpo el Teniente Coronel D. Antonio Llana, Teniente agregado al Provincial de Oviedo; el Capitán D. Antonio Posada, Guardia de Coros, vino escapado de Burgos; el Ayudante 2º D. Juan Berros, que fue Sargento 1º del Provincial de Oviedo; el Teniente D. Juan Doriga, Sargento 1º del mismo Provincial; el Subteniente D. Nicolás Barrosa, Cabo de Marina: En el mismo Cuerpo y con iguales circunstancias sirven dos sargentos, uno 1º y otro 2º que han servido en Africa y vinieron dispersos de Santander; otro Sargento 1º disperso del Ferrol, Cabo  de Batallón;  otro 1º vino disperso de Vizcaya, y era Cabo 1º de Guadalajara; otro 1º D. Diego Castañón, cabo 1º del Inmemorial disperso de Bilbao; otro 2º, Cabo 2º de Nápoles del Ferrol; otro 2º de Africa, de Bilbao; otro de Africa, Cabo 1º de San Sebastián.    

 

Nota:-

            El Sargento Mayor actual fue Teniente de Granaderos del Regimiento de Infantería de Línea de Navarra, y en la retirada de Vizcaya solicitó colocación el en el Ejército de Asturias, con el requisito por escrito del permiso de su Coronel: Que habiéndose incorporado las compañías de Granaderos al Regimiento en Mansilla de las Mulas, fue hecho prisionero de guerra, y en su viaje se fugó de los franceses en Vitoria, y se presentó en Oviedo, y le dieron el presente empleo. 

_________________

 

            El 19 de mayo el mariscal Ney, después de anular el día anterior la escasa resistencia que ofrecían las exiguas tropas del sector de Grado que defendían el puente de Peñaflor, se dirige con todos sus efectivos hacia la capital del Principado. Ante el inesperado giro de los acontecimientos, el marqués de la Romana cursa orden este mismo día a Ballesteros para que abandone la línea de Colombres y que, a marchas forzadas, con todas las fuerzas disponibles se dirija a Oviedo. A tal efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros ordena que el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los restantes cuerpos de su mando, se reagrupe en la capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se presenta en Infiesto con el objeto de reorganizar a las fuerzas bajo su mando y, en virtud de la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital.

 

             Enterado el enemigo de los planes del General Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet, en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero informado Ballesteros de la ocupación de Oviedo y que fuerzas importantes enemigas se le echan encima, decide mover sus unidades y en una resuelta maniobra de distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las posiciona justo en la retaguardia enemiga.

 

            El 24 de mayo se combate sobre los Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves, en cuya acción el enemigo sufre considerables bajas. Tanto por el desarrollo favorable de la acción táctica como por la retirada de la división al santuario de Covadonga, sostenida por el valeroso Regimiento de Cangas de Onís, se logran salvar todas las tropas e impedimenta. Al éxito de la acción, no cabe duda que también contribuyeron los hombres del Regimiento de Candás y Luanco. 

 

            El día 25 de mayo el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga y, a través del puerto de Ventaniella, emprende una arriesgada y agotadora marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento general, se retira a la villa de Potes con el objeto de descansar y reponerse de las innumerables fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse de algunas municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander.

 

            El 26 de mayo de 1809 el general Ballesteros, con la incorporación de fuerzas importantes de caballería e infantería de Porlier, recupera la iniciativa ofensiva; ocupa Cartes y desaloja al enemigo de la importante plaza de Torrelavega, en cuya villa fija el cuartel general divisionario y permanece a la expectativa de los movimientos que pueda efectuar el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.

 

            Planeada la reconquista de Santander, Ballesteros divide a la división en tres columnas de ataque, una de cuyas columnas, en la noche del día 9 de junio, se pone en movimiento para desalojar el reducto enemigo de Peñacastillo, que se mantiene bien fortificado y artillado. El ataque a la posición se verifica el día 10, pero es rechazado por la tenaz resistencia que ofrecen sus defensores.  

 

            A las tres de la tarde del mismo día 10 será el propio general Ballesteros quien, al frente de sus hombres, tome la posición fortificada de Peñacastillo y desaloje al enemigo de sus reductos, obligándole a replegarse sobre Santander. Tras dejar una pequeña guarnición en la posición reconquistada, Ballesteros se presenta ante las mismas puertas de Santander y por medio de un audaz golpe de mano los cuerpos de la división recuperan la plaza y toman a la bayoneta las baterías que la defienden.

 

            Rehecho el enemigo de la derrota anterior, regresa con renovado ímpetu; el día 11 recupera la posición de Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición y, en la noche de este mismo y madrugada del siguiente, el general Bonet decide atacar Santander, cuyo ataque por sorpresa provoca la confusión entre las tropas asturianas que ocupaban la plaza, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques tuvo la división considerables pérdidas entre muertos, heridos y prisioneros.

 

            Tras la sorprendente derrota y posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el general Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas al objeto de reincorporarlas al citado ejército.

            En efecto, en cumplimiento de la orden dada por la Romana, Ballesteros establece el cuartel general en Gijón. El 23 de junio de 1809, con el fin de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El destino del Regimiento de Candas y Luanco, según la orden anterior, se había fijado en las propias villas de donde había tomando el nombre: Candás y Luanco.

 

            El 1.º de julio, una vez verificada la reunión de todas las unidades en el campamento de Contrueces, al tiempo que se acomete una profunda reorganización de los cuerpos, se somete a los mismos a una intensa instrucción militar. El Regimiento de Candas y Luanco, al igual que los demás cuerpos de su división, conforme al Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809[4], queda arreglado bajo el pie de dos batallones de a 8 compañías.

 

            Una vez concluida la reorganización de la división, el Regimiento de Candás y Luanco debidamente pertrechado y uniformado, abandona el 29 de julio el campamento de Gijón y parte hacia Oviedo. El 1º de agosto sale de Oviedo con el total de la división con dirección al Reino de León con el objeto de unirse, tal como estaba previsto, al Ejército de la Izquierda que manda el marqués de la Romana.

 

            Permanece acantonado en Otero de las Dueñas (León), ocupándose en continuos ejercicios de instrucción y desde aquí, a través de Santiago de las Villas, siguiendo el movimiento de la división, emprende la marcha hacia Santander.

 

            El 24 de agosto de 1809 el marqués de la Romana dispone la organización definitiva del Ejército de la Izquierda, cuya 3.ª división debería quedar constituida, precisamente, por los regimientos asturianos bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros.   

 

            El 26 de agosto el Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos de la división, cae sobre Cabezón de la Sal y ataca impetuosamente a un batallón del regimiento 119 francés en la altura del Monte Cildá, al que hace varios prisioneros y obliga a retirarse en franca derrota. Tras la acción la división se retira al Valle de Cabuérniga. 

 

            El marqués de la Romana cursa orden a Ballesteros para que, con su división, se concentre en Astorga. En cumplimiento de la orden anterior, la división se pone inmediatamente en marcha, dirigiéndose a Barcenillas desde cuyo punto, atravesando por las montañas de Tarney, Potes y el puerto de San Glorio, llega a León y de aquí sale para Astorga, en cuya plaza se forman dos columnas con las compañías de granaderos y cazadores de todos los cuerpos que conforman la división.

            Sale de Astorga con dirección a la frontera de Portugal, y en un movimiento de flanco por su izquierda cae sobre Benavente. El 28 de septiembre las columnas de granaderos y cazadores atacan por sorpresa la guarnición enemiga que defiende la plaza, Tras la acción de Benavente, la división marcha, a través de Pozuelos, Tavara y Carbajales, sobre Zamora, llegando a las inmediaciones de esta plaza a las 7 de la mañana del 1.º de octubre.

 

            El 2 de octubre la división se halla en el ataque a Zamora, pero al no poder tomar la plaza por haber redoblado el enemigo su defensa, se repliega de nuevo sobre Alcañices para, posteriormente, entrar en Portugal y salir de nuevo a España por el Fuerte de la Concepción (Salamanca).

 

            El 19 de octubre de 1809, en cumplimiento de la orden del marqués de la Romana la división asturiana se incorpora en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquierda, mandado ahora por el duque del Parque[5].

 

            El 23 de noviembre combate en la acción que tuvo lugar en Carpio, cerca de Medina del Campo (Valladolid). El Regimiento de Candás y Luanco, al igual que los demás cuerpos de la división, despliega en el centro. El enemigo, ante el movimiento bien concertado de los españoles, que marchan con aplomo y precisión admirables, se repliega hasta cerca de Medina del Campo. Reforzado con caballería, el enemigo se lanza contra el ala derecha, dejando descubierto el flanco de la división asturiana, que se vio acometida por los jinetes franceses. El general Ballesteros hace desplegar entonces los últimos escalones que, con fuego a quemarropa, hace retroceder al enemigo.

 

            El 28 de noviembre se retira a Alba de Tormes, en cuyo punto la división sufre una general dispersión y escasas bajas. El Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos dispersos, se reagrupa con su división en Ciudad Rodrigo. Una vez verificada la reunión de todos los regimientos, parte para los cantones de Sierra de Gata (Cáceres) y fija el cuartel general en San Martín de Trevejo. Sin concluir el año, sale de nuevo para Portugal.

 

1810

 

            La división con la totalidad de los 10 regimientos que la componían, el día 14 de enero se pone en movimiento desde sus cantones de la Sierra de Gata con dirección a la plaza de Badajoz a través de las provincias portuguesas de Bara Alta y El Alentejo.

 

            Permanece en Portugal por espacio de dos meses, entrando el 7 de marzo de nuevo en España por Badajoz, en cuya plaza queda la división a la expectativa de recibir órdenes del mando. El 9 sale para Olivenza. 

 

              Después de algunas dificultades, el duque del Parque resigna el mando del Ejército de la Izquierda y nuevamente se nombra para el mismo al marqués de la Romana quien, una vez asumido el mando, acomete una profunda reorganización de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos a una disciplina más rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas unidades más compactas y aguerridas.

            El 20 de marzo sale de Nogales con dirección a Zafra (Badajoz) y el día 21 se halla en Monesterio.

 

            El 24 de marzo, hallándose reunida la división de Ballesteros con la primera de Extremadura, se dispone atacar al enemigo en Santa Olalla. Se forman varias columnas que deberían salir desde Cala en la misma noche de este día, mientras que otras lo harían en la madrugada del día 25. Tan pronto empezaron a salir, tuvo que suspenderse la  marcha debido al fuerte temporal desatado a las dos de la madrugada. A las ocho aclaró un poco y la columna pudo ponerse en movimiento con dirección a Santa Olalla, a cuyo punto llega a las dos y media, siendo informado allí que los franceses habían salido para el Ronquillo a las siete. Con el objeto de incomodar al enemigo, aquella misma noche se despachan guerrillas al Ronquillo, mientras que los demás cuerpos de la División se adelantan hasta dos leguas del citado pueblo. Las  tres guerrillas al mando del sargento mayor del Regimiento de Covadonga, D. Felipe Villamil, unidas al sargento mayor del Regimiento de Lena, D. Jaime Butler, que también se adelantó con su regimiento, rompen el fuego a las diez de la noche, el cual duró sin interrupción hasta la llegada del resto de la división, verificada a las seis de la mañana del día 26. A las 9, continuando el combate, se observó con claridad que el enemigo se ponía en retirada hasta repasado el río Huelva, en cuyo punto se hizo fuerte revolviéndose de nuevo contra la división, pero es contenido por el valeroso Regimiento de Cangas de Tineo, así como por otras partidas de diferentes cuerpos, entre ellos el de Candás y Luanco, que, dando muestras de gran valor, se batieron en línea por espacio de tres horas, en que es rechazado el enemigo. Tras la acción se dio a la tropa el merecido descanso.        

 

            El 15 de abril interviene en la acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal Mortier. Retirada a la Sierra de Aracena.

 

            El 26 de mayo asiste a la sorpresa y ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva).

 

            En los estados de fuerza de fecha 15 de junio de 1810 correspondientes al Ejército de la Izquierda de operaciones en Extremadura, el Regimiento de Candás y Luanco se halla dividido en dos batallones, aunque no expresa la fuerza efectiva con que contaba en esos momentos. Continúa encuadrado orgánicamente en la 3ª división que manda el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros. 

 

            En el mes de junio de 1810 la división vuelve a sufrir otra reorganización en Fregenal de la Sierra (Badajoz), quedando ahora compuesta por sólo cinco regimientos de los diez que, inicialmente, la conformaban.

 

            El 1º de julio de 1810, según el estado de fuerza disponible de la 3.ª división que se hallaba en Olivenza, el Regimiento de Candás y Luanco ya no consta ni figura como cuerpo integrante de la citada división.

 

            Por aplicación del Reglamento del Consejo de Regencia de 1º de julio de 1810, el Regimiento de Candás y Luanco es declarado de “Línea”, bajo el pie de dos batallones, con proporción a los efectivos disponibles con los que contaba en esos momentos. Aunque, teóricamente, desde el 1.º de octubre de 1808 la orgánica del regimiento era de dos batallones, la reforma dispuesta por el Consejo de Regencia, empero, no pudo llevarse a efecto por falta de efectivos, ya que tras la profunda reorganización llevada a efecto en Fregenal de la Sierra, el Regimiento de Candás y Luanco había quedado prácticamente reducido a cuadro, por lo que recibe orden del marqués de la Romana de trasladarse a Galicia con el objeto de ser reemplazado. En efecto, por Orden del 25 al 26 del Ejército de la Izquierda, fechada en el cuartel general de Badajoz el 23 de julio de 1810, se da a conocer la nueva organización de las divisiones de él dependientes[6]. Como consecuencia de lo anterior, tal como estaba previsto, el cuadro del Regimiento de Candás y Luanco, regresa a Galicia.

 

            Tras la llegada a Galicia, el cuadro del Regimiento de Candás y Luanco y los escasos efectivos que lo componían, queda acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo a la expectativa del destino que se le pueda dar. En el estado de fuerza fechado en La Coruña el 22 de agosto de 1810, el Regimiento presenta los efectivos que refleja el siguiente cuadro:

 

Regimiento de Candás y Luanco

Fuerza

Totales

Plana Mayor

  Coronel

  Teniente Coronel

  Sargento Mayor

  Ayudante

  Capellanes

  Cirujano

  Tambor Mayor

Oficiales

  Capitanes 1ºs.

  Capitanes 2ºs.

  Tenientes

  Subtenientes

Tropa

  Sargentos 1ºs.

  Sargentos 2ºs.

  Cabos y Tambores

  Soldados

 

  1

  1

  1

  2

  2

  1

  1

 

  2

  7

  9

14

 

 

  9

22

51

46

 

 

 

 

 

 

 

    9

 

 

 

 

 

 32

 

 

 

 

128

  T O T A L

      169

 

            En septiembre de 1810 el cuadro del Regimiento continuaba, sin actividad alguna, radicado en la provincia de Mondoñedo (posiblemente en la plaza de Ribadeo).

 

            Como consecuencia del deplorable estado que presentan los cuadros asturianos que se hallan acantonados en la guarnición en Galicia, entre los que se encuentra el de Candás y Luanco; el 12 de septiembre de 1810 la Junta de Asturias, con aquiescencia del marqués de La Romana, acuerda señalar los puntos del Principado donde deberán concentrarse para proceder a su reorganización. Así, el 18 de este mismo mes la Junta dispone que los cinco cuadros se acantonen en Castropol, Navia, Luarca, Pola de Allande y Pola de Somiedo. Se ignora cuál de los puntos anteriormente citados le fue el asignado al cuadro del Regimiento de Candás y Luanco, aunque todo parece indicar que se halló en la línea del Navia (territorio comprendido entre los ríos Navia y Eo).     

            Un mes más tarde, el 25 de octubre la Junta de Asturias pone de relieve los inconvenientes que puede causar en las actuales circunstancias el arreglo de los cuerpos contemplado en el Reglamento del 1º de julio de 1810 (resultaba imposible la recluta de efectivos para completar las unidades), por lo que la situación de los “cuadros” continuó en la misma situación de inactividad.   

 

            El ministro de la Guerra, por orden de 6 de diciembre de 1810, comunica a la Junta Superior de Gobierno, Observación, Armamento y Defensa del Principado que, en nombre de S. M.. el Consejo de Regencia “… quedó enterado de la llegada de los cinco regimientos en quadro [entre ellos, el de Candás y Luanco] por disposición del marqués de la Romana”[7].

 

            Por R. O. de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6-º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Con motivo de este arreglo, el cuadro del Regimiento de Infantería de Línea de Candás y Luanco queda adscrito a la Subinspección de Galicia.  

 

         El Brigadier D. Jaime Mª de Carvajal informa a la Junta de Asturias de su nombramiento como Comandante general de Reserva y de hallarse al mando de los cuadros de los Regimientos de Candás y Luanco, Villaviciosa, Covadonga y Provincial de Oviedo, por lo que solicita su conformidad para proceder a la reorganización de los mencionados cuerpos. La Junta, después de agradecerle sus buenos deseos de contribuir a expulsar al enemigo del suelo patrio, acuerda solicitarle que incluya la comisión e instrucciones, acompañando, además, un estado de la fuerza disponible, ya que empeñada como está –se le dice– la provincia en una lucha continua con el enemigo, es del mayor interés organizar las fuerzas e imbuirlas de la verdadera disciplina y obediencia para que las acciones de guerra correspondan a la sagrada obligación en que se hallan constituidas.      

 

            En 1810 figuraban en el cuadro del Regimiento de Candás y Luanco los jefes y oficiales siguientes:

 

            - Coronel, D. Juan González Cienfuegos

            - Teniente coronel graduado, D. Francisco Camilleri (o Caminero)[8].     

            - Teniente, graduado de capitán, D. Pedro González Villamil.  

            - Teniente D. Joaquín Alvarez Bayón.   

            - Teniente,  D. Juan García Doriga.

1811

 

            Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, por fin se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos, por lo que el general en jefe del 6.º Ejército, según orden reservada fechada en La Coruña el 27 de febrero de 1809, dispone que las tropas que se hallan en Asturias se replieguen a la orilla izquierda del Navia, con dos partidas fuertes y movibles sobre el Narcea, con el objeto de proceder a su arreglo y dotarlas de la disciplina necesaria. En cumplimiento de esta orden, el 28 de febrero el comandante general en 2.º jefe del Principado de Asturias, desde el cuartel general establecido en Villavaler, eleva a la Junta un oficio en el que expone la necesidad de que todas las tropas existentes en el Principado, con el deseo de darles la organización conveniente, se concentren entre los ríos Navia y Eo para verificar la reorganización. El 3 de marzo la Junta aprueba el acantonamiento de las tropas y, por lo tanto, la reorganización de los regimientos cuya reforma, no obstante, sigue tropezando con serios inconvenientes para su conclusión.

 

            Pasa el tiempo y no se hace nada, ya que desde que las tropas se acantonaron entre los ríos Eo y Navia para llevar a efecto el arreglo, la tan anunciada reorganización no llegó a verificarse, por lo que la eficacia operativa del Regimiento de Candás y Luanco durante este tiempo, aparte de carecer de una estructura organizativa sólida y no disponer de vestuario adecuado, era muy reducida, por lo que la capacidad combativa del cuerpo resultaba prácticamente nula.

 

            Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyos exiguos efectivos se refunden días más tarde en tres cuerpos de nueva planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. Los escasos efectivos del Regimiento de Candas y Luanco se integran en el recién constituido Regimiento “2.º de Asturias”, cuerpo que con el transcurrir de los años siguientes estaría llamado a protagonizar importantes días de gloria para las armas de España.  

 

 

LA BANDERA DEL REGIMIENTO

 

            Cuando en julio de 1808 se forma el Regimiento de Candás y Luanco, naturalmente       que recibió su enseña. Se trata de una bandera de batallón sobrante del Regimiento Provincial de Oviedo, que se encontraba depositada en la Caja regimental del expresado cuerpo, y con ella combatió en todas cuantas acciones de guerra intervino esta gloriosa unidad militar asturiana de Candás y Luanco hasta su integración en 1811 en el recién constituido Regimiento “2.º de Asturias”.

 

            Actualmente la enseña se encuentra depositada en el Museo del Ejército, en cuyo catálogo aparecía inventariada con el nº 21.160 y con la escueta descripción: “Bandera blanca, es del Cristo de Candás. No se puede describir dado su deterioro”. Gracias a la encomiable labor que D. Luis Sorando en pro de nuestras gloriosas banderas, la descripción anterior, muy acertadamente, ha sido corregida. La descripción correcta de la bandera responde, por lo tanto, a las características siguientes:

   

            De tafetán blanco. En el anverso figura el aspa de Borgoña o San Andrés de seda roja, rematada en sus extremos con sendos escudos bordados en los que, sobre campo azul, figura la Cruz de los Ángeles, sostenida por dos ángeles de carnación vestidos de blanco. Al timbre, corona ducal o real abierta. En el reverso figura también el aspa de Borgoña y los blasones antes descritos, pero invertidos respecto al anverso. Tanto el asta como la moharra, no son las originales. 

           

            Las dimensiones primigenias de esta enseña fueron: 

           

            Alto:    1.750 mm.

            Ancho: 1.750 mm.  

 

            En la actualidad, debido al deterioro sufrido por el paño, sus medidas quedaron reducidas a 1.740 mm. de alto, y 1.600 mm. de ancho.   

            El estado de conservación, dentro de lo que se podía esperar, se considera regular. Debido a la prolongada exposición (103 años), enrollada sobre su propia asta, ante los pies del Cristo de Candás, sometida, por tanto, a la acción permanente del humo y fuego de las velas, perjudicó notablemente el paño del anverso, haciendo que éste presente un aspecto sucio o grasiento, de una tonalidad ocre-parduzco. El reverso, al encontrarse mejor resguardado, el proceso de degradación ejercido sobre los colores hizo que éste fuese más atenuado. 

 

            Mantiene completa el aspa de Borgoña, así como los dos escudos regimentales próximos al asta. Está rota o rasgada por algunos sitios y le faltan varios trozos del paño original, así como los dos escudos del batiente, cuyo resultante se ha montado sobre una nueva tela de 1,74 x 1,60 m., lo que facilita un mejor soporte de subsistencia para la propia enseña.  

 

            Terminada la campaña, la enseña vuelve a manos del Provincial de Oviedo hasta que en mayo de 1816, como consecuencia de la R. O. del 15 de junio de 1815, es llevada a Candás por su antiguo coronel, ahora conde de Marcel Peñalba, surgiendo entonces el problema que el Ayuntamiento de Gozón reclamó, como era natural, sus derechos a poder conservar la enseña, por lo que la solemne ceremonia de recepción tuvo que posponerse hasta el 23 de julio por temor a la reacción de los vecinos de Luanco. Poco después pasó de manos del Ayuntamiento de Carreño (Candás) a la iglesia parroquial, siendo colocada a los pies del Santísimo Cristo, hasta que en 1919, a solicitud de D. Luis Bermúdez de Castro, gobernador militar de Asturias a la sazón, el Obispo de Oviedo confió su custodia "en depósito” al Museo de Infantería de Toledo (hoy Museo del Ejército).

 

            La secuencia cronológica de dicha entrega al Museo instalado en el histórico  Alcázar de Toledo, ha sido la siguiente:

 

-          A instancias de D. Luis Bermúdez de Castro, a principios del año 1919 se realizan diversas gestiones encaminadas a recuperar las banderas de los distintos regimientos asturianos que combatieron en la Guerra de la Independencia, entre las que se encontraba la que perteneció al de Candás y Luanco. Por este motivo, el general Bermúdez de Castro se entrevista con el párroco de Candás, que le prometió no poner dificultad alguna en relación con la cesión de la bandera, por lo que se solicita al entonces obispo de la Diócesis de Oviedo autorización para que la enseña sea conservada en el Museo Militar de Infantería, en calidad de depósito, conservando el derecho de propiedad que tiene sobre ella la parroquia mencionada. El obispo, en consecuencia, autoriza la cesión, en depósito claro está, de la bandera.

 

-          Por Orden de la Plaza de 1º de diciembre de 1919, se hace público el ofrecimiento del obispo de la Diócesis de Oviedo de la bandera depositada en la iglesia de Candás.

 

-          El 2 de diciembre, el gobernador militar de Asturias comisiona a su ayudante de campo para que se dirija a Candás a recoger la bandera, depositándola a su regreso en el Regimiento del Príncipe nº 3 por ser el más antiguo de la guarnición de Asturias.

 

-          Se comisiona a los tenientes de los regimientos que guarnecen Asturias: Príncipe nº 3 (Oviedo), D. Angel Antón García del Pozo y Tarragona nº 78 (Gijón), D. Ricardo García Rivas, para que trasladen la bandera al Alcázar de Toledo.

 

-          El día 8 de diciembre de 1919, festividad de La Inmaculada Concepción, Patrona del Arma de Infantería, la bandera del Regimiento de Candás y Luanco, acompañada por la enseña de la Academia de Infantería, hace su entrada con los honores de ordenanza en el patio de armas del Alcázar de Toledo y ambas enseñas pasan a ocupar su puesto en la formación para asistir al sacrificio de la Misa, terminado el cual la bandera del Regimiento de Candás y Luanco es conducida hasta la puerta del museo, en donde, después del saludo reglamentario, queda depositada en el citado museo.

 

 

Antigua bandera de batallón, sobrante del Regimiento Provincial de Oviedo, entregada en 1808 al Regimiento de Candás y Luanco (anverso).

Reverso de la bandera

 

 

Uniformes

 

            En setiembre de 1808 el Regimiento de Candás y Luanco fue uno de los cuerpos que formó parte de la recientemente constituida división expedicionaria asturiana que, al mando del general D. Vicente María Acevedo, debería salir del Principado para unirse al Ejército de Galicia que operaba en la campaña Vizcaya, motivo por el cual, parece ser, fue una de las unidades a la que le fueron suministradas diversas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme básicamente se componía de casaca o chaqueta corta de paño pardo, con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba de tropas ligeras); un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o fatiga de lino o lienzo cruzo, posiblemente con cuello y vueltas también de color grana o verde. Como prenda de cabeza, parece ser que usaron sombrero redondo, bien de los fabricados en el Real Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes. Sin embargo, consideran do la escasez de sombreros, la Junta Suprema acuerda el 19 de octubre de 1808 que a los soldados que se están vistiendo se les provea de gorros de manga. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando en Oviedo para incorporarlos al Ejército de Galicia.

 

            Tras el descalabro sufrido por la división Acevedo en Espinosa de los Monteros en noviembre de 1808, algunos regimientos que regresaron a Asturias –muy reducidos de personal por las bajas sufridas y la dispersión de muchos de sus efectivos–, recibieron, mediante sorteo realizado por la inspección del Ejército, uniformes de color rojo de procedencia británica recibidos en Asturias en febrero de 1809. Se desconoce           –y tampoco de tiene constancia de ello– si el Regimiento de Candás y Luanco resultó favorecido en el sorteo y, por lo tanto, si llegó o no a vestirse con tales prendas de vestuario.

 

            El 17 de julio de 1809 el Regimiento de Candás y Luanco, al igual que el resto de los cuerpos que formaron la recién organizada división asturiana, que ahora manda el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, recibe en el campamento de Contrueces (Gijón) nuevo armamento y vestuario de procedencia británica, enviado a los asturianos a través de la Junta de Sevilla. El vestuario lo componían casaca blanca, cuello, vuelta y  vivos encarnados, forro blanco y botón dorado; calzón corto de lo mismo y gorro blanco con vuelta encarnada. En el botón, parece ser, figuraba la inscripción “CANDAS  / Y / LUANCO” (en tres líneas).

 

             Tras su salida de Extremadura y posterior llegada a Galicia, se desconoce qué uniforme pudo usar el cuadro y los escasos efectivos del Regimiento de Candás y Luanco; si éste le fue suministrado en la región extremeña o, por el contrario, si lo recibió en Galicia, aunque por los indicios que se tienen, todo hace apuntar que en la primavera de 1811, estando acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo, le fue entregado vestuario compuesto de casaca de paño “cortada a la española” (se desconoce si el paño era azul o pardo), con vueltas grana y forro de lienzo crudo del país (caserillo); pantalones y botines también de lienzo crudo y camisas de crea de Irlanda. Las casacas, a juzgar por lo expresado en sesión de la Junta Superior de Asturias celebrada el 31 de marzo de 1811, deberían presentar “solidez del cosido y cumplida duración”, ya que hasta ahora “eran cortas, angostas y mal cosidas, ni tenían la duración necesaria ni abrigo preciso del soldado”.

 

Recompensas

 

            Mención aparte merece el capítulo dedicado a los premios y recompensas recibidas por los componentes del Regimiento de Candás y Luanco por su participación en las batallas y acciones de guerra que les cupo el honor de intervenir. Por orden cronológico de fecha de creación, se incluyen las siguientes:  

 

Escudo de Distinción al Valor en Asturias

 

            Para enaltecer el valor de los cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres, la Junta Suprema de Asturias comisiona a D. Juan María de Mier para visitar el cuartel general divisionario y hacer extensivas a su general en jefe, jefes, oficiales y tropa las gracias de Su Alteza Serenísima (nombre otorgado a la Junta) por los distinguidos servicios prestados a la Patria. A tal fin, el 20 de mayo el representante de la Junta es recibido en el cuartel general con los honores de Ordenanza y acto seguido, tras pasar revista a las tropas, que formadas en orden de parada y con su general al frente, promete hacerles llegar la recompensa a la que se han hecho acreedores por su valor, constancia y patriotismo.           

 

         Como consecuencia de lo anterior, la Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante el ataque general efectuado el 15 de enero de 1809 contra el citado dispositivo por fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de distinción denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de abril de 1809, así como a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809.

 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[9] 

 

 

 

 

Cruz del Ejército de la Izquierda

            Es como la de Albuera; lleva la palabra “Izquierda” en la orla y en el centro el escudo de Galicia, un copón de oro sobre campo azul sembrado de cruces. La cinta es encarnada con filetes amarillos anchos. Fue creada el 14 de mayo de 1815 para premiar el celo, valor y denuedo del Ejército de Galicia, posteriormente llamado de la Izquierda. Por Real Orden de 25 de junio siguiente se permitió a los naturales de Asturias que tuviesen derecho a esta cruz que pusiesen en ella las armas del Principado en lugar de las de Galicia.

            Por cédula de 10 de junio de 1815 expedida por el teniente general Ballesteros y dirigida al capitán general D. Joaquín Blake, se aclara que la Cruz instituida por R. O. de 14 de mayo del mismo año, se concede, además, por “su valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra tuvieron en Rioseco, Sornosa [Zornoza], Guenes [Güeñes].

 

Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

            Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo].

Medalla y Escudo de Distinción de Medina del Campo

 

            Creada por R.O. de 2 de julio de 1815 para premiar a las tropas que tomaron parte en esta gloriosa acción rechazando, batiendo y persiguiendo al Ejército enemigo. Tiene forma elíptica, esmaltada de blanco, en cuyo centro lleva una corona triunfal de color verde; alrededor y con letras de amaranto, se inscribe “Al valor Medina del Campo noviembre 23 de 1809”. Cuelga de cinta blanca con filetes estrechos de color verde.

            Inicialmente, existió en formato de Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando VII, se convirtió en medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que presenta la medalla, con única la salvedad que el diseño que ha llegado a nuestras manos dice: “Al valor Medina del Campo – 1809”.



[1] Más tarde conde de Marcel Peñalba.

[2] ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del levantamiento de Asturias en 1808. Edición de Silverio Cañada., Gijón, 1988, en la pág. 187, dice que fueron los Regimientos de Hibernia, Castropol, Candás y Luanco, Grado, Cangas de Tineo y Provincial de Oviedo. Esto no ha sido así, ya que el  parte  rendido por el propio general Acevedo el día 10 de noviembre desde el cuartel general de Espinosa de los Monteros, dice: “… nombré á los de Castropol, Luarca, Candás y Grado, como que estaban menos fatigados. No pareciendo suficiente número el de los 4 regimientos, añadí al momento el provincial de Oviedo, y dispuse que su comandante el brigadier D. Francisco Manglano tomase el mando interino de toda la posición.” Por lo tanto, se descuelgan de la relación los regimientos de Hibernia (que, durante el ataque enemigo, acudió a reforzar a los anteriores) y el de Cangas de Tineo (encargado de sostener la rerirada) citados por Valdés  (Inserto en el Diario de La Coruña, nº 164, de 1º de diciembre de 1808,  pp. 653-656).  

[3] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida tras la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado Comandante General del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3ª división del Ejército de la Izquierda.

[4] Este Reglamento fija el pie y la fuerza de los regimientos de nueva creación, tanto de Línea como Ligeros y de Milicias Provinciales, debiendo constar cada unote 2 batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las seis restantes de fusileros. Respecto a la anterior organización, se reduce la plantilla de tambores y pífanos en los batallones  y compañías, elevándose a 120 el número de soldados por compañía. Los cuerpos asturianos arreglados conforme a dicho Reglamento nunca llegaron a superar, ya que las disponibilidades de fuerza no lo permitían, el número de plazas fijadas para cada regimiento.   

[5] El Teniente General D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casona en el concejo de Castropol.

[6] Diario de La Coruña, nº 230, de 18 de agosto de 1810.

[7] AHA, libro 129, pág. 27 vtª.

[8] Se encontraba en Navia y procedía, parece ser, el 1.º batallón  de Maceda.

[9] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo) que puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, cuya condecoración luce en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.