REGIMIENTO INFANTERIA DE LINEA
DE CANDAS Y LUANCO (1808-1811)
ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN
Creado y aprobado por
Para la formación del Regimiento de
Candás y Luanco se dispuso de los voluntarios que constituían
Cías |
Cap. |
Tte. |
Subtte |
Sgtºs 1ºs |
Sgtºs 2ºs |
Cabos |
Tambor |
Soldados |
1ª |
1 |
1 |
- |
2 |
3 |
16 |
- |
92 |
2ª |
1 |
1 |
1 |
2 |
4 |
8 |
1 |
112 |
3ª |
2 (1) |
1 |
- |
1 |
3 |
8 |
- |
119 |
4ª |
1 |
1 |
- |
1 |
2 |
8 |
- |
100 |
5ª (2) |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
6ª (2) |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
7ª |
1 |
- |
- |
1 |
2 |
8 |
- |
93 |
8ª (2) |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
9ª |
2 (1) |
1 |
1 |
1 |
4 |
8 |
- |
102 |
10ª |
1 (1) |
1 |
- |
1 |
2 |
8 |
- |
119 |
Total |
9 |
6 |
2 |
9 |
20 |
34 |
1 |
737 |
(1) Uno de los capitanes figuraba como agregado
a la misma.
(2) Sin datos sobre estas compañías
La 1.ª compañía estaba compuesta en
su totalidad por voluntarios del concejo de Carreño y la mandaba él capitán D.
Manuel Bances, teniendo como subalterno al teniente D. Pedro Suárez Quirós,
ambos naturales de Candás, capital del citado concejo de Carreño, y se hallaba el
11 de julio de 1808 en Vidiago (concejo de LLanes); la 2.ª compañía, formada
por voluntarios del concejo de Gozón, estaba mandada por el capitán D. Mario
Baldina del Carmen, procedente del Regimiento de Hibernia, auxiliado en sus
funciones por el teniente D. Manuel Muñiz Carreño, de San Félix de Candás, y
por el subteniente D. José Moriondo, el tambor de esta compañía provenía,
asimismo, del Regimiento de Hibernia, hallándose acantonada el 15 de julio en
Pimiango, también del concejo de Llanes; la 3.ª compañía, formada por mozos del
concejo de Ribadesella, estaba mandada por el capitán D. José Rivera, natural
de Gijón, figurando como agregado a la misma el capitán D. Manuel de Cienfuegos,
de Pravia, y como teniente D. Juan González Villas, de Luanco (concejo de
Gozón), se hallaba situada también en Vidiago; la 4.ª compañía, constituida por
voluntarios de diversos concejos, estaba mandada por el capitán D. Sebastián
Cuesta Ovín, natural de Torazo (concejo de Cabranes), figurando como teniente
de
Pocos días más tarde, una vez
formadas y completadas las respectivas compañías, recibe la orgánica como
regimiento y se constituye como tal, según quedó establecido por dictamen
presentado en
B A
T A L
L Ó N |
|
P
L A N A M A Y O R |
C
O M P A Ñ Í A S |
- Coronel - Sargento Mayor - 2 Ayudantes -
Abanderado (no se contempla) - 1 Capellán - 1 Cirujano - 1 Tambor Mayor - 1 Maestro Armero |
10 compañías, de las cuales una era de Granaderos. Cada Compañía consta de: - 1
Capitán - 1 Teniente - 1 Subteniente - 1 ó 2 sargentos 1ºs. - 2 sargentos 2ºs. - 4 cabos 1ºs. - 4 cabos 2ºs. - 50
soldados (aprox.) |
Nombres
o denominaciones que ha ostentado desde su creación.
-
1808. Regimiento de Infantería
de Candás y Luanco
-
1809. Regimiento de
Infantería de Línea de Candás y Luanco
VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA
1808
En el mes de julio de 1808, una vez
concluida la formación del cuerpo, las tropas que habrían de constituir la masa
para la formación del Regimiento de Candás y Luanco, que se encontraban
distribuidas por distintos puntos del concejo de Llanes, son reunidas para someterlas
a una intensa preparación militar a cargo de oficiales, sargentos y cabos de
los regimientos Provincial de Oviedo e Hibernia destinados al regimiento con
este objeto.
El 22 de agosto, los generales Blake
y Acevedo se reúnen en León para tratar sobre el auxilio que Asturias debería
prestar al ejército de Galicia. El día 29 el general Acevedo informa a Blake
que ha dado orden para que las tropas asturianas, entre las que naturalmente se
encuentra el Regimiento de Candás y Luanco, se reúnan en Llanes para verificar
en dicho punto la organización de una división para ponerla a disposición del entonces
denominado Ejército de Galicia.
En
efecto, en septiembre de 1808 el Regimiento de Candás y Luanco es incorporado a
la recién constituida División expedicionaria
asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D. Vicente María de
Acevedo cuya división, tal como se había convenido, debería incorporarse al Ejército,
también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª división del expresado ejército
al mando de teniente general D. Joaquín Blake y Joyes.
El 22 de setiembre el brigadier D.
Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la división, en presencia de
los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor general de la misma–,
pasa la primera revista de inspección a los regimientos de la división, entre
los que se encontraba el de Candás y Luanco que, desde ese mismo momento, queda
encuadrado en la 1.ª brigada que manda el jefe de escuadra (brigadier) de la
Armada, D. Cayetano Valdés y Flórez.
El 25 de septiembre la totalidad de
los regimientos destinados a constituir
Aprobado el plan anterior, el Regimiento
de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos divisionarios, experimenta una
profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra,
quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo el pie de dos
batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de granaderos, creando
así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible y maniobrera.
La nueva orgánica del Regimiento de Candás y Luanco, según el “Plan de reforma”
propuesto por el general Acevedo, es la que se refleja en el cuadro siguiente:
PRIMER
BATALLÓN |
SEGUNDO
BATALLÓN |
P L A N A M A Y O R - Coronel - Sargento Mayor - Primer Ayudante - Abanderado - Capellán - Armero - Cirujano - Tambor Mayor - 6 Pífanos - Tambor de Órdenes |
P L A N A M A Y O R - Teniente
Coronel - 2 Ayudantes - Abanderado - Capellán - Cirujano - Armero - Tambor Mayor - 6 Pífanos - Tambor de Órdenes |
C O
M P A
Ñ Í A S |
Cada Compañía compuesta por: Oficiales
Tropa
- 1 Capitán -
1 Sargento 1º...........} - 1 Primer Teniente - 4 Sargentos 2ºs.…..} - 1 Segundo Teniente - 8 Cabos 1ºs.............} Total tropa: 100 hombres -
1 Subteniente - 8 Cabos 2ºs…….....} -
2 Tambores.............}
- 77
Soldados..............} |
El 29 de septiembre de de 1808 el
Regimiento de Candás y Luanco, una vez arreglado bajo el pie de dos batallones,
de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–, emprende la marcha
hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11 de octubre. En el
estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen el Ejército
expedicionario asturiano, circunstanciado por el general Llano Ponte, mayor general
de la división, en el cuartel general de Quincoces el 12 de octubre de 1808, el
Regimiento de Candás y Luanco presenta un total de 30 jefes y oficiales y 748 plazas
de fusil, lo que supone una merma considerable de efectivos (en torno al 25%) respecto
a la plantilla que, teóricamente, se había fijado por la orgánica anterior.
El 16 de Octubre las
tropas expedicionarias de Asturias, después de haber pasado revista de Comisario,
se reúnen con el Ejército de Galicia.
Una vez concertado el despliegue de las unidades, el general
en jefe del Ejército de Galicia dispone que el Regimiento de Candás y Luanco,
que se encontraba acantonado en Medina de Pomar, pase a ocupar Traspaderne y
sus inmediaciones al mando del mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós.
El día 19 de octubre sale de Traspaderne con dirección a su nuevo destino, fijado
en la circunferencia de una legua de las inmediaciones del cuartel general de
Quincoces.
En la mañana del 24 de octubre el
Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos de su brigada, se
pone en marcha para Respaldiza.
En el estado de organización y
fuerza disponible del Ejército de Galicia, ahora denominado “de la
Izquierda”, del 31 de octubre de 1808, el Regimiento de Candás y Luanco
presenta los mismos efectivos reflejados en el informe anterior. Según este
estado, el regimiento continúa encuadrado en la 1.ª brigada que manda el brigadier
Valdés y Flórez, destacada en Villaro.
Después de los ataques de Durango y
Villaro, en la noche del 1.º de
noviembre se retira a Villaro, continuando la marcha al día siguiente. En la
mañana del 3 de noviembre el Regimiento de Candás y Luanco, junto con las demás
cuerpos de la 1.ª brigada al mando del brigadier Valdés, se halla en el ataque
de Menagaray, viéndose seriamente comprometidas las fuerzas de caer prisioneras
del enemigo, si no fuera por la afortunada intervención de los cuerpos que
componían la 2.ª brigada que mandaba el general Bernaldo de Quirós que acudió
en su auxilio.
Por disposición de la Junta de
Asturias, el 7 de noviembre de 1808 D. Mariano Ordóñez Boraigua, marqués de
Villarias, en atención a sus méritos, pasa agregado en calidad de coronel al
Regimiento de Candás y Luanco.
El 7 de noviembre el general en jefe
del Ejército de la Izquierda dispone que la 4.ª división situada en las alturas
de Valmaseda pase a Sopuerta y que ésta se reemplace por cuatro regimientos
asturianos[2],
por lo que el general Acevedo destina para este cometido a los de Candás y
Luanco, Castropol, Luarca y Grado, a cuyos cuerpos se suma más tarde el
Provincial de Oviedo. El mando interino de toda la posición recae en el brigadier
D. Francisco Manglano, comandante del Regimiento de Oviedo. En la mañana del
día 8, ante el riesgo inminente de un ataque enemigo para recuperar la posición
de Valmaseda, el brigadier Valdés solicita al general en jefe el envío de
refuerzos, destinando para este cometido, justo en el momento que empezaba el
ataque enemigo, al Regimiento Hibernia-Asturiano, así como a varios voluntarios
y tiradores de Galicia. Considerando que, a pesar de los refuerzos, la defensa
de la posición no se podía sostener por mucho tiempo, se dispone la retirada
ordenada, repliegue que es sostenido sin
el menor contratiempo por dos compañías del valeroso Regimiento de Cangas de
Tineo, hasta que el último hombre pudo abandonar la villa atacada, a pesar de
estar expuestos a un intenso fuego enemigo.
Emprendida la retirada por el camino de Quintana, sobre la
una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los
Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las
tropas de Blake a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar
la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera acometer
el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado combate en
el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes de
hicieron prodigios de valor, fue rechazado en enemigo. Por la tarde el general
Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con
serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la
acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible
distinguir cualquier objeto. Entre las tropas asturianas se producen, sin
embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.
Al día siguiente, resuelto el
enemigo a concluir la acción emprendida el día anterior, decide acometer el ala
izquierda y se lanza al ataque directamente. Cae muerto el general Quirós, resultando
heridos de importancia los generales Acevedo y Valdés, así como el coronel del
Regimiento de Cangas de Tineo y los tenientes coroneles de los de Lena y
Provincial de Oviedo. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas que
ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el inesperado
movimiento del enemigo y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce
el desorden general y la completa dispersión. En la acción resultan heridos
también varios oficiales y soldados de los demás cuerpos asturianos, entre los
que, por supuesto, se encuentran algunos componentes del Regimiento de Candás y
Luanco.
No obstante lo anterior, el
Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos que intervinieron en
la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado subordinación, valor y
constancia en las demás circunstancias.
Derrumbadas las tropas asturianas,
algunas optan por tomar el camino de Santander con dirección a Aguilar de Campoó.
Entre los heridos, transportado en una carreta, iba el general Acevedo a quien,
por temor a que se produjera un ataque del enemigo que los perseguía, se tomó
la decisión de sacarle del carruaje y montarle en un mulo para así evitar que
cayera prisionero. Cuando ya se creían a salvo, en el pueblo de Quintanillas,
cerca de Aguilar, sorprendentemente son interceptados por cazadores de del
cuerpo que mandaba el coronel Tascher, quienes sin atender que el general
Acevedo es un Capitán General herido en campaña y que como tal se le debe
considerar prisionero de guerra, con el mayor desprecio a las reglas de la
guerra, es acuchillado del modo más cruel.
Puestos en ordenada retirada con
dirección al Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas
superiores, los maltrechos regimientos asturianos son interceptados en las
proximidades de la villa de Comillas por la vanguardia enemiga, que traba
combate con el Regimiento de Cangas de Tineo, que es el encargado de cubrir la
retirada, cuyo cuerpo se llena de gloria por la serenidad y denuedo demostrado
en el ataque, tras el cual regresa en triunfo a Comillas.
Acción de San Vicente de
Siguiendo la retirada general,
siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 las fuerzas
asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura
refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y
desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano Ponte decide
establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil
estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la
sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por
temor de ser atacado al día siguiente.
En la noche del 2 de diciembre de 1808
el Regimiento de Candás y Luanco llega a Infiesto. Su fuerza es de 300 hombres.
En el mes de diciembre, debido a los
fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte,
En la mañana del día 6 de diciembre dos
compañías del Regimiento de Candás y Luanco, desde el cantón de Infiesto salen
a cubrir los puertos de Tarna y San Isidro, con orden expresa de colocar
avanzadas en esos puntos. Su fuerza es de 5 oficiales y 116 efectivos, entre
sargentos, cabos y soldados. Antes de partir, el coronel D. Juan Cienfuegos
solicita 100 fusiles que le faltan a la tropa y que a los hombres que van a salir
a cubrir los puntos antes citados se les suministre de las prendas necesarias.
Días más tarde se le entregan 112 fusiles.
Según propuesta formulada por el
general interino de reforzar la división del general Ballesteros con nuevas
fuerzas, el 11 de diciembre de 1808
Tras el recuento general realizado a
las fuerzas asturianas el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Candás y
Luanco, que continúa formado por dos batallones, presenta una plantilla
regimental formada por 2 jefes, 32 oficiales y 400 efectivos. En la batalla de
Espinosa de los Monteros el Regimiento de Candás y Luanco había perdido, entre
muertos, heridos, dispersos y desaparecidos, aproximadamente, el 44,21% de los efectivos
respecto a la fuerza presente el 31 de octubre. El armamento, a pesar de los
avatares, se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de
instrucción se consideraba mediano.
1809
El 15 de enero, mientras el enemigo lanzaba un impetuoso
ataque contra las tropas del valeroso Regimiento de Villaviciosa, reforzado por
una compañía del Regimiento de Castropol, que defendía el paso sobre el puente
de Lley y las barcas de Narganes, sosteniéndose con tesón en el punto de Siejo,
el general Ballesteros dispone que el Regimiento de Candás y Luanco, junto con
el primer batallón del Regimiento de Cangas de Tineo, ambos al mando del coronel
de éste último, pase a reforzar el punto de Siejo. Una vez suspendido el fuego
y que el enemigo se retiraba a sus anteriores posiciones, el Regimiento de
Candás y Luanco, una vez relevado por el Regimiento de Navia, se retira al cuartel
general de Villanueva, manteniéndose sobre las armas hasta la mañana del día
16.
El 25 de enero de 1809, según comunicación
del capitán general, se nombra al teniente coronel D. José García Prada para
que pase a la villa de Avilés a filiar e instruir a los mozos últimamente
alistados para el reemplazo del Regimiento de Candás y Luanco.
El
general Ballesteros con el objeto de cortar los puestos enemigos que se
encontraban desplegados entre Molleda y San Pedro, en la mañana del 8 de
febrero decide atacarlos en sus propias posiciones. Según la orden de
operaciones redactada por el propio Ballesteros, el capitán D. Francisco Ruiz,
con 114 hombres del Regimiento de Candás y Luanco, cruzó la barca de Narganes,
y por el camino de San Pedro se dirigió a Camijanes para situarse frente al
enemigo. Todas la columnas deberían romper el fuego al rayar el alba, lo que en
efecto se verificó con tanto acierto, que el enemigo fue cogido entre cuatro
fuegos, pero defendiéndose con obstinación, dio lugar a que le llegasen nuevos
refuerzos. Conseguido el resultado de la empresa con las mayores ventajas y
viendo que se iba a empeñar una acción, de cuyas resultas no se podía responder
por la fatiga y situación de los regimientos asturianos, Ballesteros dispone la
retirada de todas las tropas por Unquera y Vilde. En Unquera el enemigo es
contenido por la artillería y las acertadas disposiciones del comandante del puesto
de Colombres, el coronel del Regimiento de Candás y Luanco, D. Juan González
Cienfuegos, vizconde de San Pedro Mártir.
El 22 de febrero de 1809 aparece
encuadrado en la 1.ª división, que se halla acantonada en Colombres bajo el mando del
general Ballesteros.
En el mes de abril de 1809, ante la
frágil situación en la que se encontraban las tropas francesas, circunstancia
ésta que podía deparar al intrépido denuedo de las tropas asturianas un día de
gloria, el general Ballesteros decide acometer la línea enemiga comprendida
entre los ríos Deva y Nansa, para cuyo objeto combina cinco columnas de ataque.
Según la orden de operaciones, la segunda columna mandada por el brigadier D.
Remigio O’Hara, con los regimientos de Candás y Luanco y Castropol, mandados
por sus respectivos coroneles, D. Juan González Cienfuegos y D. José María
Navia-Osorio, más dos compañías, una de granaderos y otra de fusileros, del
Infante D. Carlos, sería la encargada de forzar el puente de Camijanes y batir
a las fuerzas enemigas que lo defendían. La operación, bien planeada, empero,
fue suspendida por la dificultad que entrañaba salvar el río, muy crecido en
esa época debido a las intensas lluvias y copiosas nevadas de la estación invernal,
que impedía absolutamente el paso de las barcas. Una vez disminuido el cauce de
las aguas y tendido el puente de Llés, Ballesteros decide efectuar el ataque en
la mañana del día 29 de abril.
El ataque general, según
instrucciones cursadas a los jefes de los cuerpos respectivos, debería
efectuarse simultáneamente por todas las columnas en una extensión de tres
leguas, con la excepción de la que mandaba el coronel Rato, del Regimiento de
Villaviciosa, que seguía la marcha para caer sobre la retaguardia enemiga
situada en las barcas de Pesués.
Hecho fuerte el enemigo en Molleda,
es atacado impetuosamente por los tiradores de la columna con el objeto de
tenerle distraído para dar tiempo a que los refuerzos de los regimientos de
Cangas de Tineo y Villaviciosa llegasen a Pesués, momento en el que se ordena a
las compañías del Regimiento de Infiesto que carguen contra los franceses,
obligándoles a retirarse precipitadamente hasta Pesués, en cuyo punto fueron
sorprendidos y batidos completamente con la mayor bizarría por las fuerzas
mandadas por los coroneles Rato, del Regimiento de Villaviciosa, y Livesay, del
de Cangas de Tineo, que obligan al adversario, a pesar de la fuerte corriente,
a repasar el río. En esta acción los franceses sufren unas pérdidas considerables
en vidas humanas, tanto por ahogamiento como las producidas por el impetuoso fuego
de fusilería. Por su parte, el Regimiento de Candás y Luanco, encuadrado en la
columna que manda el Brigadier O’Hara, ataca con la mayor intrepidez la cabeza
del puente de Camijanes, desalojando y
arrojando del pueblo al enemigo, a pesar de la resistencia que éste opuso. En
la acción resultan heridos el jefe de la columna, el brigadier O’Hara; el coronel
del Regimiento de Candás y Luanco, D. Juan González Cienfuegos, así como varios soldados
del cuerpo de su mando.
El
mismo día 30 de abril, el general Ballesteros desde el cuartel general de
Villanueva, recomienda al marqués de la Romana –ahora nuevo general en jefe del
Ejército de la Izquierda–, haga llegar a S. M. el singular mérito que han
contraído todos los jefes, oficiales y tropa de la división de su mando que
intervinieron en el ataque general contra el dispositivo enemigo. Todos,
absolutamente todos, cumplieron exactamente con su deber, por lo que el general
en jefe de la división les expresa las gracias a las que son acreedores por la subordinación
y valor con que han ejecutado sus órdenes.
Tras la reconquista del territorio anterior, el general
Ballesteros emplaza en él la vanguardia de la división, cubriendo sus avanzadas
la margen izquierda del Nansa, al tiempo que el cuartel general divisionario lo
establece en San Vicente de la Barquera.
Según el estado de fuerza del
Regimiento de Candás y Luanco, fechado en Abandames el 21 de abril de 1809 y
firmado por el Sargento Mayor D. Felipe Lussi, el regimiento presenta la
siguiente orgánica:
P L A N A M A Y O R |
Coronel: D. Juan González
Cienfuegos Teniente
Coronel: D. Antonio Fernández
Llana
Sargento Mayor: D.
Felipe Lussi
Ayudante 1º:
Vacante Otro
2º: D. Juan Berros
Subtte. de Bandera: Vacante
Capellán:
D. Juan Antonio Díaz
Otro: D. Lorenzo Gutiérrez
Cirujano:
Vacante
Maestro armero:
Presente Tambor
Mayor: Presente |
BON. |
CAPITANES |
TENIENTES |
SUBTENIENTES |
|
D. Juan Posada Mogroviejo |
D. Juan Doriga |
D. Nicolás Barrosa |
|
D. Antonio Posada Castillo |
D. Pedro González Villamil |
D. Hipólito Miranda |
1º |
D. Juan Miguel González Carral |
D. José Antonio Lavandera |
D. Manuel Chacón |
|
D. Rafael Mier |
D. José Toyos |
D. José María Poladura |
|
D. Pedro de la Torre |
D. Alberto Rodríguez |
D.Antonio Ramón Valdepares |
|
D. Toribio Morán |
D. José Cueto |
D. Santiago Miranda |
|
D. Juan González Villar |
D. Joaquín Alvarez Bayón |
D. José Antonio Fernández |
2º |
D. Juan Muñiz Bances |
D. Ramón Reguerín |
D. Alonso Martínez |
|
D. Pedro Texeiro Ruiz |
D. José María Cascos |
D. José Fernández Calzada |
|
D. Miguel Menéndez |
D. Francisco del Riego |
Sin provisión |
F U
E R Z
A E N R E V I S T A |
||||||
|
Sgtºs 1ºs |
Sgtºs 2ºs |
Cabos 1ºs |
Cabos 2ºs |
Soldados |
Fuerza total |
Presentes
y efectivos |
9 |
31 |
3 |
65 |
540 |
648 |
En los hospitales |
2 |
8 |
- |
23 |
315 |
350 |
Comisión fuera del Cuerpo |
- |
2 |
- |
2 |
3 |
7 |
Con licencia temporal |
- |
- |
- |
1 |
4 |
5 |
Ausentes sin permiso |
- |
- |
- |
1 |
62 |
63 |
|
|
|
|
|
|
1.073 |
Nota:-
Sirven en dicho Cuerpo el Teniente
Coronel D. Antonio Llana, Teniente agregado al Provincial de Oviedo; el Capitán
D. Antonio Posada, Guardia de Coros, vino escapado de Burgos; el Ayudante 2º D.
Juan Berros, que fue Sargento 1º del Provincial de Oviedo; el Teniente D. Juan
Doriga, Sargento 1º del mismo Provincial; el Subteniente D. Nicolás Barrosa,
Cabo de Marina: En el mismo Cuerpo y con iguales circunstancias sirven dos
sargentos, uno 1º y otro 2º que han servido en Africa y vinieron dispersos de
Santander; otro Sargento 1º disperso del Ferrol, Cabo de Batallón;
otro 1º vino disperso de Vizcaya, y era Cabo 1º de Guadalajara; otro 1º
D. Diego Castañón, cabo 1º del Inmemorial disperso de Bilbao; otro 2º, Cabo 2º
de Nápoles del Ferrol; otro 2º de Africa, de Bilbao; otro de Africa, Cabo 1º de
San Sebastián.
Nota:-
El Sargento Mayor actual fue Teniente de Granaderos del
Regimiento de Infantería de Línea de Navarra, y en la retirada de Vizcaya
solicitó colocación el en el Ejército de Asturias, con el requisito por escrito
del permiso de su Coronel: Que habiéndose incorporado las compañías de
Granaderos al Regimiento en Mansilla de las Mulas, fue hecho prisionero de
guerra, y en su viaje se fugó de los franceses en Vitoria, y se presentó en
Oviedo, y le dieron el presente empleo.
_________________
El 19 de mayo el mariscal Ney,
después de anular el día anterior la escasa resistencia que ofrecían las
exiguas tropas del sector de Grado que defendían el puente de Peñaflor, se
dirige con todos sus efectivos hacia la capital del Principado. Ante el
inesperado giro de los acontecimientos, el marqués de la Romana cursa orden
este mismo día a Ballesteros para que abandone la línea de Colombres y que, a
marchas forzadas, con todas las fuerzas disponibles se dirija a Oviedo. A tal
efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros ordena que el Regimiento de
Candás y Luanco, junto con los restantes cuerpos de su mando, se reagrupe en la
capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se presenta en
Infiesto con el objeto de reorganizar a las fuerzas bajo su mando y, en virtud
de la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital.
Enterado el enemigo de los planes del General
Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet, en su
empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir su
reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero informado
Ballesteros de la ocupación de Oviedo y que fuerzas importantes enemigas se le
echan encima, decide mover sus unidades y en una resuelta maniobra de
distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las posiciona justo en la
retaguardia enemiga.
El 24 de mayo se combate sobre los
Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves, en cuya
acción el enemigo sufre considerables bajas. Tanto por el desarrollo favorable
de la acción táctica como por la retirada de la división al santuario de
Covadonga, sostenida por el valeroso Regimiento de Cangas de Onís, se logran
salvar todas las tropas e impedimenta. Al éxito de la acción, no cabe duda que también
contribuyeron los hombres del Regimiento de Candás y Luanco.
El día 25 de mayo el Regimiento de
Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga
y, a través del puerto de Ventaniella, emprende una arriesgada y agotadora
marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento general, se
retira a la villa de Potes con el objeto de descansar y reponerse de las
innumerables fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse de
algunas municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander.
El 26 de mayo de 1809 el general
Ballesteros, con la incorporación de fuerzas importantes de caballería e
infantería de Porlier, recupera la iniciativa ofensiva; ocupa Cartes y desaloja
al enemigo de la importante plaza de Torrelavega, en cuya villa fija el cuartel
general divisionario y permanece a la expectativa de los movimientos que pueda efectuar
el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.
Planeada la reconquista de Santander, Ballesteros divide a
la división en tres columnas de ataque, una de cuyas columnas, en la noche del
día 9 de junio, se pone en movimiento para desalojar el reducto enemigo de
Peñacastillo, que se mantiene bien fortificado y artillado. El ataque a la
posición se verifica el día 10, pero es rechazado por la tenaz resistencia que
ofrecen sus defensores.
A las tres de la tarde del mismo día
10 será el propio general Ballesteros quien, al frente de sus hombres, tome la
posición fortificada de Peñacastillo y desaloje al enemigo de sus reductos,
obligándole a replegarse sobre Santander. Tras dejar una pequeña guarnición en
la posición reconquistada, Ballesteros se presenta ante las mismas puertas de
Santander y por medio de un audaz golpe de mano los cuerpos de la división
recuperan la plaza y toman a la bayoneta las baterías que la defienden.
Rehecho el enemigo de la derrota
anterior, regresa con renovado ímpetu; el día 11 recupera la posición de
Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición y, en la noche de este
mismo y madrugada del siguiente, el general Bonet decide atacar Santander, cuyo
ataque por sorpresa provoca la confusión entre las tropas asturianas que
ocupaban la plaza, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la
desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques tuvo la
división considerables pérdidas entre muertos, heridos y prisioneros.
Tras la sorprendente derrota y
posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña
de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el general
Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por
orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en jefe del
Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas
fuerzas al objeto de reincorporarlas al citado ejército.
En efecto, en cumplimiento de la
orden dada por la Romana, Ballesteros establece el cuartel general en Gijón. El
23 de junio de 1809, con el fin de reagrupar a los dispersos cuerpos de la
división, cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los
jueces del más exacto cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas
las tropas que se hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus
destinos. El destino del Regimiento de Candas y Luanco, según la orden
anterior, se había fijado en las propias villas de donde había tomando el
nombre: Candás y Luanco.
El
1.º de julio, una vez verificada la reunión de todas las unidades en el
campamento de Contrueces, al tiempo que se acomete una profunda reorganización
de los cuerpos, se somete a los mismos a una intensa instrucción militar. El
Regimiento de Candas y Luanco, al igual que los demás cuerpos de su división,
conforme al Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809[4],
queda arreglado bajo el pie de dos batallones de a 8 compañías.
Una vez concluida la reorganización
de la división, el Regimiento de Candás y Luanco debidamente pertrechado y
uniformado, abandona el 29 de julio el campamento de Gijón y parte hacia Oviedo.
El 1º de agosto sale de Oviedo con el total de la división con dirección al
Reino de León con el objeto de unirse, tal como estaba previsto, al Ejército de
la Izquierda que manda el marqués de la Romana.
Permanece acantonado en Otero de las
Dueñas (León), ocupándose en continuos ejercicios de instrucción y desde aquí,
a través de Santiago de las Villas, siguiendo el movimiento de la división, emprende
la marcha hacia Santander.
El 24 de agosto de 1809 el marqués de la Romana dispone la
organización definitiva del Ejército de la Izquierda, cuya 3.ª división debería
quedar constituida, precisamente, por los regimientos asturianos bajo el mando
del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros.
El 26 de agosto el Regimiento de Candás y Luanco, junto
con los demás cuerpos de la división, cae sobre Cabezón de la Sal y ataca
impetuosamente a un batallón del regimiento 119 francés en la altura del Monte
Cildá, al que hace varios prisioneros y obliga a retirarse en franca derrota.
Tras la acción la división se retira al Valle de Cabuérniga.
El marqués de la Romana cursa orden a Ballesteros para
que, con su división, se concentre en Astorga. En cumplimiento de la orden
anterior, la división se pone inmediatamente en marcha, dirigiéndose a
Barcenillas desde cuyo punto, atravesando por las montañas de Tarney, Potes y
el puerto de San Glorio, llega a León y de aquí sale para Astorga, en cuya
plaza se forman dos columnas con las compañías de granaderos y cazadores de
todos los cuerpos que conforman la división.
Sale de Astorga con dirección a la frontera de Portugal, y
en un movimiento de flanco por su izquierda cae sobre Benavente. El 28 de
septiembre las columnas de granaderos y cazadores atacan por sorpresa la
guarnición enemiga que defiende la plaza, Tras la acción de Benavente, la
división marcha, a través de Pozuelos, Tavara y Carbajales, sobre Zamora,
llegando a las inmediaciones de esta plaza a las 7 de la mañana del 1.º de
octubre.
El 2 de octubre la división se halla en el ataque a
Zamora, pero al no poder tomar la plaza por haber redoblado el enemigo su
defensa, se repliega de nuevo sobre Alcañices para, posteriormente, entrar en
Portugal y salir de nuevo a España por el Fuerte de la Concepción (Salamanca).
El 19 de octubre de 1809, en cumplimiento de la orden del
marqués de la Romana la división asturiana se incorpora en Tamames (Salamanca)
al Ejército de la Izquierda, mandado ahora por el duque del Parque[5].
El 23 de noviembre combate en la acción que tuvo lugar en Carpio,
cerca de Medina del Campo (Valladolid). El Regimiento de Candás y Luanco, al
igual que los demás cuerpos de la división, despliega en el centro. El enemigo,
ante el movimiento bien concertado de los españoles, que marchan con aplomo y
precisión admirables, se repliega hasta cerca de Medina del Campo. Reforzado
con caballería, el enemigo se lanza contra el ala derecha, dejando descubierto
el flanco de la división asturiana, que se vio acometida por los jinetes
franceses. El general Ballesteros hace desplegar entonces los últimos escalones
que, con fuego a quemarropa, hace retroceder al enemigo.
El 28 de noviembre se retira a Alba
de Tormes, en cuyo punto la división sufre una general dispersión y escasas
bajas. El Regimiento de Candás y Luanco, junto con los demás cuerpos dispersos,
se reagrupa con su división en Ciudad Rodrigo. Una vez verificada la reunión de
todos los regimientos, parte para los cantones de Sierra de Gata (Cáceres) y fija
el cuartel general en San Martín de Trevejo. Sin concluir el año, sale de nuevo
para Portugal.
1810
La división con la totalidad de los
10 regimientos que la componían, el día 14 de enero se pone en movimiento desde
sus cantones de la Sierra de Gata con dirección a la plaza de Badajoz a través
de las provincias portuguesas de Bara Alta y El Alentejo.
Permanece en Portugal por espacio de
dos meses, entrando el 7 de marzo de nuevo en España por Badajoz, en cuya plaza
queda la división a la expectativa de recibir órdenes del mando. El 9 sale para
Olivenza.
Después de algunas dificultades, el duque del Parque resigna el mando
del Ejército de la Izquierda y nuevamente se nombra para el mismo al marqués de
la Romana quien, una vez asumido el mando, acomete una profunda reorganización
de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos a una disciplina más
rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas unidades más
compactas y aguerridas.
El 20 de marzo sale de Nogales con
dirección a Zafra (Badajoz) y el día 21 se halla en Monesterio.
El 24 de marzo, hallándose reunida
la división de Ballesteros con la primera de Extremadura, se dispone atacar al
enemigo en Santa Olalla. Se forman varias columnas que deberían salir desde
Cala en la misma noche de este día, mientras que otras lo harían en la
madrugada del día 25. Tan pronto empezaron a salir, tuvo que suspenderse
la marcha debido al fuerte temporal
desatado a las dos de
El 15 de abril interviene en la
acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal Mortier.
Retirada a la Sierra de Aracena.
El 26 de mayo asiste a la sorpresa y
ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva).
En los estados de fuerza de fecha 15
de junio de 1810 correspondientes al Ejército de la Izquierda de operaciones en
Extremadura, el Regimiento de Candás y Luanco se halla dividido en dos
batallones, aunque no expresa la fuerza efectiva con que contaba en esos
momentos. Continúa encuadrado orgánicamente en la 3ª división que manda el mariscal
de campo D. Francisco Ballesteros.
En el mes de junio de 1810 la división
vuelve a sufrir otra reorganización en Fregenal de la Sierra (Badajoz),
quedando ahora compuesta por sólo cinco regimientos de los diez que,
inicialmente, la conformaban.
El 1º de julio de 1810, según el
estado de fuerza disponible de la 3.ª división que se hallaba en Olivenza, el
Regimiento de Candás y Luanco ya no consta ni figura como cuerpo integrante de
la citada división.
Por aplicación del Reglamento del
Consejo de Regencia de 1º de julio de 1810, el Regimiento de Candás y Luanco es
declarado de “Línea”, bajo el pie de dos batallones, con proporción a los
efectivos disponibles con los que contaba en esos momentos. Aunque,
teóricamente, desde el 1.º de octubre de 1808 la orgánica del regimiento era de
dos batallones, la reforma dispuesta por el Consejo de Regencia, empero, no
pudo llevarse a efecto por falta de efectivos, ya que tras la profunda
reorganización llevada a efecto en Fregenal de la Sierra, el Regimiento de
Candás y Luanco había quedado prácticamente reducido a cuadro, por lo que
recibe orden del marqués de la Romana de trasladarse a Galicia con el objeto de
ser reemplazado. En efecto, por Orden del 25 al 26 del Ejército de la
Izquierda, fechada en el cuartel general de Badajoz el 23 de julio de 1810, se
da a conocer la nueva organización de las divisiones de él dependientes[6].
Como consecuencia de lo anterior, tal como estaba previsto, el cuadro del Regimiento
de Candás y Luanco, regresa a Galicia.
Tras la llegada a Galicia, el cuadro
del Regimiento de Candás y Luanco y los escasos efectivos que lo componían, queda
acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo a la expectativa del destino
que se le pueda dar. En el estado de fuerza fechado en La Coruña el 22 de
agosto de 1810, el Regimiento presenta los efectivos que refleja el siguiente
cuadro:
Regimiento de Candás y Luanco |
Fuerza |
Totales |
Plana Mayor Coronel Teniente Coronel Sargento Mayor Ayudante Capellanes Cirujano Tambor Mayor Oficiales Capitanes 1ºs. Capitanes 2ºs. Tenientes Subtenientes Tropa Sargentos 1ºs. Sargentos 2ºs. Cabos y Tambores Soldados |
1
1
1
2
2
1
1
2
7
9 14
9 22 51 46 |
9 32 128 |
T O T A L |
169 |
En septiembre de 1810 el cuadro del Regimiento continuaba,
sin actividad alguna, radicado en la provincia de Mondoñedo (posiblemente en la
plaza de Ribadeo).
Como consecuencia del deplorable
estado que presentan los cuadros asturianos que se hallan acantonados en la
guarnición en Galicia, entre los que se encuentra el de Candás y Luanco; el 12
de septiembre de 1810 la Junta de Asturias, con aquiescencia del marqués de La
Romana, acuerda señalar los puntos del Principado donde deberán concentrarse
para proceder a su reorganización. Así, el 18 de este mismo mes la Junta
dispone que los cinco cuadros se acantonen en Castropol, Navia, Luarca, Pola de
Allande y Pola de Somiedo. Se ignora cuál de los puntos anteriormente citados le
fue el asignado al cuadro del Regimiento de Candás y Luanco, aunque todo parece
indicar que se halló en la línea del Navia (territorio comprendido entre los
ríos Navia y Eo).
Un mes más tarde, el 25 de octubre la Junta de Asturias
pone de relieve los inconvenientes que puede causar en las actuales
circunstancias el arreglo de los cuerpos contemplado en el Reglamento del 1º de
julio de 1810 (resultaba imposible la recluta de efectivos para completar las
unidades), por lo que la situación de los “cuadros” continuó en la misma
situación de inactividad.
El ministro de la Guerra, por orden
de 6 de diciembre de 1810, comunica a
Por R. O. de 16 de diciembre de 1810,
el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis
ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a
denominarse 6-º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de
Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra
en Asturias. Con motivo de este arreglo, el cuadro del Regimiento de Infantería
de Línea de Candás y Luanco queda adscrito a la Subinspección de Galicia.
El Brigadier D. Jaime Mª de Carvajal informa a la Junta de
Asturias de su nombramiento como Comandante general de Reserva y de hallarse al
mando de los cuadros de los Regimientos de Candás y Luanco, Villaviciosa,
Covadonga y Provincial de Oviedo, por lo que solicita su conformidad para
proceder a la reorganización de los mencionados cuerpos. La Junta, después de
agradecerle sus buenos deseos de contribuir a expulsar al enemigo del suelo
patrio, acuerda solicitarle que incluya la comisión e instrucciones, acompañando,
además, un estado de la fuerza disponible, ya que empeñada como está –se le
dice– la provincia en una lucha continua con el enemigo, es del mayor interés
organizar las fuerzas e imbuirlas de la verdadera disciplina y obediencia para
que las acciones de guerra correspondan a la sagrada obligación en que se
hallan constituidas.
En 1810 figuraban en el cuadro del
Regimiento de Candás y Luanco los jefes y oficiales siguientes:
-
Coronel, D. Juan González Cienfuegos
-
Teniente coronel graduado, D. Francisco Camilleri (o Caminero)[8].
-
Teniente, graduado de capitán, D. Pedro González Villamil.
-
Teniente D. Joaquín Alvarez Bayón.
-
Teniente, D. Juan García Doriga.
1811
Después de varios meses de
aplazamientos, no exentos de dificultad, por fin se decide acometer la tan
ansiada reforma de los cuerpos asturianos, por lo que el general en jefe del 6.º
Ejército, según orden reservada fechada en La Coruña el 27 de febrero de 1809,
dispone que las tropas que se hallan en Asturias se replieguen a la orilla
izquierda del Navia, con dos partidas fuertes y movibles sobre el Narcea, con
el objeto de proceder a su arreglo y dotarlas de la disciplina necesaria. En
cumplimiento de esta orden, el 28 de febrero el comandante general en 2.º jefe
del Principado de Asturias, desde el cuartel general establecido en Villavaler,
eleva a la Junta un oficio en el que expone la necesidad de que todas las
tropas existentes en el Principado, con el deseo de darles la organización
conveniente, se concentren entre los ríos Navia y Eo para verificar
Pasa el tiempo y no se hace nada, ya
que desde que las tropas se acantonaron entre los ríos Eo y Navia para llevar a
efecto el arreglo, la tan anunciada reorganización no llegó a verificarse, por
lo que la eficacia operativa del Regimiento de Candás y Luanco durante este
tiempo, aparte de carecer de una estructura organizativa sólida y no disponer
de vestuario adecuado, era muy reducida, por lo que la capacidad combativa del
cuerpo resultaba prácticamente nula.
Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas
aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete
la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyos exiguos
efectivos se refunden días más tarde en tres cuerpos de nueva planta que
retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. Los escasos efectivos del Regimiento de
Candas y Luanco se integran en el recién constituido Regimiento “2.º de
Asturias”, cuerpo que con el transcurrir de los años siguientes estaría llamado
a protagonizar importantes días de gloria para las armas de España.
Cuando en julio de 1808 se forma el Regimiento de Candás y
Luanco, naturalmente que recibió su
enseña. Se trata de una bandera de batallón sobrante del Regimiento Provincial
de Oviedo, que se encontraba depositada en la Caja regimental del expresado
cuerpo, y con ella combatió en todas cuantas acciones de guerra intervino esta
gloriosa unidad militar asturiana de Candás y Luanco hasta su integración en
1811 en el recién constituido Regimiento “2.º de Asturias”.
Actualmente la enseña se encuentra depositada en el Museo
del Ejército, en cuyo catálogo aparecía inventariada con el nº 21.160 y con la
escueta descripción: “Bandera blanca, es del Cristo de Candás. No
se puede describir dado su deterioro”. Gracias a la encomiable labor
que D. Luis Sorando en pro de nuestras gloriosas banderas, la descripción
anterior, muy acertadamente, ha sido corregida. La descripción correcta de la bandera
responde, por lo tanto, a las características siguientes:
De tafetán blanco. En el anverso figura el aspa de Borgoña
o San Andrés de seda roja, rematada en sus extremos con sendos escudos bordados
en los que, sobre campo azul, figura la Cruz de los Ángeles, sostenida por dos
ángeles de carnación vestidos de blanco. Al timbre, corona ducal o real
abierta. En el reverso figura también el aspa de Borgoña y los blasones antes
descritos, pero invertidos respecto al anverso. Tanto el asta como la moharra,
no son las originales.
Las dimensiones primigenias de esta enseña fueron:
Alto:
Ancho:
En
la actualidad, debido al deterioro sufrido por el paño, sus medidas quedaron
reducidas a
El estado de conservación, dentro de lo que se podía esperar, se
considera regular. Debido a la prolongada exposición (103 años), enrollada
sobre su propia asta, ante los pies del Cristo de Candás, sometida, por tanto,
a la acción permanente del humo y fuego de las velas, perjudicó notablemente el
paño del anverso, haciendo que éste presente un aspecto sucio o grasiento, de
una tonalidad ocre-parduzco. El reverso, al encontrarse mejor resguardado, el
proceso de degradación ejercido sobre los colores hizo que éste fuese más
atenuado.
Mantiene completa el aspa de
Borgoña, así como los dos escudos regimentales próximos al asta. Está rota o
rasgada por algunos sitios y le faltan varios trozos del paño original, así
como los dos escudos del batiente, cuyo resultante se ha montado sobre una nueva tela de 1,74 x
Terminada la campaña, la enseña vuelve a manos del
Provincial de Oviedo hasta que en mayo de 1816, como consecuencia de
La secuencia cronológica de dicha entrega al Museo
instalado en el histórico Alcázar de
Toledo, ha sido la siguiente:
-
A instancias de D.
Luis Bermúdez de Castro, a principios del año 1919 se realizan diversas
gestiones encaminadas a recuperar las banderas de los distintos regimientos
asturianos que combatieron en la Guerra de la Independencia, entre las que se
encontraba la que perteneció al de Candás y Luanco. Por este motivo, el general
Bermúdez de Castro se entrevista con el párroco de Candás, que le prometió no
poner dificultad alguna en relación con la cesión de la bandera, por lo que se
solicita al entonces obispo de la Diócesis de Oviedo autorización para que la
enseña sea conservada en el Museo Militar de Infantería, en calidad de
depósito, conservando el derecho de propiedad que tiene sobre ella la parroquia
mencionada. El obispo, en consecuencia, autoriza la cesión, en depósito claro está,
de la bandera.
-
Por Orden de la Plaza
de 1º de diciembre de 1919, se hace público el ofrecimiento del obispo de la
Diócesis de Oviedo de la bandera depositada en la iglesia de Candás.
-
El 2 de diciembre, el
gobernador militar de Asturias comisiona a su ayudante de campo para que se dirija
a Candás a recoger la bandera, depositándola a su regreso en el Regimiento del
Príncipe nº 3 por ser el más antiguo de la guarnición de Asturias.
-
Se comisiona a los
tenientes de los regimientos que guarnecen Asturias: Príncipe nº 3 (Oviedo), D.
Angel Antón García del Pozo y Tarragona nº 78 (Gijón), D. Ricardo García Rivas,
para que trasladen la bandera al Alcázar de Toledo.
-
El día 8 de diciembre
de 1919, festividad de
Antigua bandera de batallón, sobrante
del Regimiento Provincial de Oviedo, entregada en 1808 al Regimiento de Candás
y Luanco (anverso).
Reverso de la bandera
Uniformes
En setiembre de 1808 el Regimiento
de Candás y Luanco fue uno de los cuerpos que formó parte de la recientemente
constituida división expedicionaria asturiana que, al mando del general D.
Vicente María Acevedo, debería salir del Principado para unirse al Ejército de
Galicia que operaba en
Tras el descalabro sufrido por
El 17 de julio de 1809 el Regimiento
de Candás y Luanco, al igual que el resto de los cuerpos que formaron la recién
organizada división asturiana, que ahora manda el mariscal de campo D.
Francisco Ballesteros, recibe en el campamento de Contrueces (Gijón) nuevo
armamento y vestuario de procedencia británica, enviado a los asturianos a
través de la Junta de Sevilla. El vestuario lo componían casaca blanca, cuello,
vuelta y vivos encarnados, forro blanco
y botón dorado; calzón corto de lo mismo y gorro blanco con vuelta encarnada.
En el botón, parece ser, figuraba la inscripción “CANDAS / Y / LUANCO” (en
tres líneas).
Tras su salida de Extremadura y posterior
llegada a Galicia, se desconoce qué uniforme pudo usar el cuadro y los escasos
efectivos del Regimiento de Candás y Luanco; si éste le fue suministrado en la
región extremeña o, por el contrario, si lo recibió en Galicia, aunque por los
indicios que se tienen, todo hace apuntar que en la primavera de 1811, estando
acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo, le fue entregado vestuario
compuesto de casaca de paño “cortada a la
española” (se desconoce si el paño era azul o pardo), con vueltas grana y
forro de lienzo crudo del país (caserillo); pantalones y botines también de
lienzo crudo y camisas de crea de Irlanda. Las casacas, a juzgar por lo
expresado en sesión de
Recompensas
Mención aparte
merece el capítulo dedicado a los premios y recompensas recibidas por los
componentes del Regimiento de Candás y Luanco por su participación en las
batallas y acciones de guerra que les cupo el honor de intervenir. Por orden
cronológico de fecha de creación, se incluyen las siguientes:
Escudo de Distinción al Valor en Asturias
Para enaltecer el valor de los
cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres,
Como consecuencia de lo anterior,
Dicho escudo, para llevar bordado en
la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza
circular de paño o lino blanco, de
Cruz del Ejército de la Izquierda
Es como
Por cédula de 10 de junio de 1815
expedida por el teniente general Ballesteros y dirigida al capitán general D.
Joaquín Blake, se aclara que la Cruz instituida por R. O. de 14 de mayo del
mismo año, se concede, además, por “su
valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra tuvieron
en Rioseco, Sornosa [Zornoza], Guenes
[Güeñes]”.
Cruz de Distinción del Ejército Asturiano
Creada por Real Orden de 4 de junio
de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se
condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos
aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los
que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el
Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á
pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos
enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con
mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.
La
cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un
triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular,
en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
Medalla y Escudo de Distinción de Medina del Campo
Creada por R.O. de 2 de julio de
1815 para premiar a las tropas que tomaron parte en esta gloriosa acción rechazando,
batiendo y persiguiendo al Ejército enemigo. Tiene forma elíptica, esmaltada de
blanco, en cuyo centro lleva una corona triunfal de color verde; alrededor y
con letras de amaranto, se inscribe “Al
valor Medina del Campo noviembre 23 de
Inicialmente,
existió en formato de Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando
VII, se convirtió en medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que
presenta la medalla, con única la salvedad que el diseño que ha llegado a
nuestras manos dice: “Al valor Medina del
Campo –
[1] Más tarde conde de Marcel Peñalba.
[2]
ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del
levantamiento de Asturias en 1808. Edición de Silverio Cañada., Gijón,
1988, en la pág. 187, dice que fueron los Regimientos de Hibernia, Castropol,
Candás y Luanco, Grado, Cangas de Tineo y Provincial de Oviedo. Esto no ha sido
así, ya que el parte rendido por el propio general Acevedo el día
10 de noviembre desde el cuartel general de Espinosa de los Monteros, dice: “… nombré á los de Castropol, Luarca, Candás
y Grado, como que estaban menos fatigados. No pareciendo suficiente número el
de los 4 regimientos, añadí al momento el provincial de Oviedo, y dispuse que
su comandante el brigadier D. Francisco Manglano tomase el mando interino de
toda
[3] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida tras la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado Comandante General del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3ª división del Ejército de la Izquierda.
[4] Este Reglamento fija el pie y la fuerza de los regimientos de nueva creación, tanto de Línea como Ligeros y de Milicias Provinciales, debiendo constar cada unote 2 batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las seis restantes de fusileros. Respecto a la anterior organización, se reduce la plantilla de tambores y pífanos en los batallones y compañías, elevándose a 120 el número de soldados por compañía. Los cuerpos asturianos arreglados conforme a dicho Reglamento nunca llegaron a superar, ya que las disponibilidades de fuerza no lo permitían, el número de plazas fijadas para cada regimiento.
[5] El Teniente General D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casona en el concejo de Castropol.
[6] Diario de La Coruña, nº 230, de 18 de agosto de 1810.
[7] AHA, libro 129, pág. 27 vtª.
[8] Se encontraba en Navia y procedía, parece ser, el 1.º batallón de Maceda.
[9] Este
mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del
uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares,
al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a colores se refiere,
admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se
borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben
ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa).
En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de
seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo) que
puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales
Guardias Españolas, cuya condecoración luce en la manga izquierda de