REGIMIENTO DE CANGAS DE
ONIS – INFANTERÍA LIGERA
(1808-1810)
ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN
Creado y aprobado en la ciudad de
Oviedo el 8 de julio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de
Cangas de Onís, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza
teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. Salvador Escandón y Antayo, teniente
de fragata, quien, desde el mes anterior, venía desempeñando el cargo de sargento
mayor en el Regimiento de Llanes.
Para la
formación del Regimiento de Cangas de Onís se dispuso de la masa de voluntarios
que constituían las fuerzas que, al mando del sargento mayor, graduado de coronel,
del Regimiento de Llanes, D. Salvador Escandón y Antaño, se hallaban repartidas
por los puertos de montaña próximos a Cangas de Onís, con el cuartel general
establecido en El Ornín, punto próximo a la que otrora fuera la primera capital
del Reino de Asturias: Cangas de Onís. Las distribución de estas fuerzas, según
el estado de fuerza datado en Cangas de Onís el 10 de julio de 1808, fue la
siguiente:
Localidad |
Cap.s |
Ttes. |
Subttes |
Sarg.tºs 1.ºs y 2.ºs |
Tambores |
Cabos y soldados |
Total |
Cangas de Onís |
2 |
1 |
1 |
9 |
2 |
404 |
419 |
Dest. de Onís |
1 |
1 |
- |
3 |
- |
125 |
130 |
Ventaniella |
1 |
- |
- |
5 |
- |
110 |
116 |
Beza |
- |
- |
- |
1 |
- |
61 |
62 |
Arcenorio |
- |
1 |
- |
1 |
- |
50 |
52 |
Amieva |
- |
- |
- |
1 |
- |
63 |
64 |
Sobrefoz |
1 |
- |
- |
- |
- |
20 |
21 |
Fuerza total |
5 |
3 |
1 |
19 |
2 |
770 |
800 |
La
orgánica del Regimiento de Cangas de Onís, según dictamen presentado en
B A
T A L
L Ó N |
|
P
L A N A M A Y O R |
C
O M P A Ñ Í A S |
- Coronel - Sargento Mayor - 2 Ayudantes -
Abanderado (no se contempla) - 1 Capellán - 1 Cirujano - 1 Tambor Mayor - 1 Maestro Armero |
10 compañías, de las
cuales una era de Granaderos. Cada Compañía consta de: - 1 Capitán - 1 Teniente - 1 Subteniente - 1 ó 2 sargentos 1ºs. - 2 sargentos 2ºs. - 4 cabos 1ºs. - 4 cabos 2ºs. - 50
soldados (aprox.) |
Nombres
o denominaciones que ha tenido desde su creación:
- 1808.
Regimiento de Infantería de Cangas de Onís
- 1810.
Primer Batallón de Tropas Ligeras
- 1811.
Regimiento de Infantería “Voluntarios de Asturias”
- 1811.
Batallón de Infantería Ligera “Voluntarios de Asturias”
VICISITUDES,
CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA
1808
Pocos
días después de ser creado, según refleja el estado de fuerza fechado en Cangas
de Onís el 27 de julio de 1808, con el V.º B.º del coronel Escandón, el
Regimiento de Cangas de Onís, aún en proceso de formación, presenta un total de
525 plazas de fusil, ya que los 275 efectivos restantes se distribuyeron entre
otros cuerpos.
Una vez organizado, el Batallón de
Cangas de Onís, junto con el Ribadesella, es integrado en la nueva división
expedicionaria organizada por Ballesteros –ahora flamante mariscal de campo–
con el objeto de situarse frente a las fuerzas enemigas del general Bessieres establecidas
en el puerto de El Escudo. El 1º de octubre de 1808 el batallón se encuentra en
Llanes y el día 26 del mismo mes se halla sobre Reinosa. Posteriormente, la
división se retira a Asturias.
El 16 de noviembre de 1808 se ordena
al coronel del Regimiento de Cangas de Onís reúna las tropas acantonadas en
Ponga y Amieva y, una vez verificada la reunión, se ponga en marcha para el
puerto de Llanes, en cuyo punto quedará a la expectativa de recibir órdenes.
En el estado general de los cuerpos asturianos, remitido a
la inspección del Ejército por el capitán gneral de la provincia, datado en
Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Cangas de Onís –que
continúa arreglado bajo el pie de un sólo batallón– presenta una plantilla
regimental formada por 2 jefes, 20 oficiales y 518 individuos de tropa. El
armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de
instrucción se consideraba mediano.
1809
El 22 de febrero de 1809 el
Regimiento de Cangas de Onís se encuadra en la 1ª División que se halla situada
en la línea de Colombres al mando del general Ballesteros.
El 23 de marzo de 1809 se dispone
que las dos compañías del regimiento que se hallan destacadas en Colombres y
Cabrales, pasen a reunirse con su cuerpo. Una vez reunido el regimiento, 500
hombres son destacados a Ponga con el objeto de auxiliar las operaciones de
Porlier.
El 13 de abril de 1809 el Regimiento
de Cangas de Onís aparece desplegado en
Según el estado que manifiesta la fuerza
total del Regimiento de Infantería de Cangas de Onís, circunstanciado en Cangas
de Onís el 21 de abril de 1809 por el sargento mayor D. José Quiñones, con el
V.º B.º del coronel Escandón, el único batallón de que constaba el expresado
Regimiento de Cangas de Onís presentaba la orgánica siguiente:
P L A N A M A Y O R |
|||
Coronel
………………………………. D. Salvador Escandón y Antayo Sargento Mayor, el teniente coronel
.. D. José Quiñones Ayudante Mayor, el capitán graduado D. Pablo
Roda 2º Ayudante …………………………. D. Antonio Orvíz Buelga
Abanderado ………………………… D. D.
Domingo Antonio de Lastra Capellán …………………………….. D. Juan Fernández Vara Armero ……………………………… D. José Mijares Tambor Mayor ………………… …… D.
Manuel González |
|||
Cías. |
Capitanes |
Tenientes |
Subtenientes |
1.ª |
D. Felipe Noriega: en Oviedo |
D. Antonio García |
D. Francisco Masip de Busquet |
2.ª |
D. Manuel González de Candamo |
D. Francisco Canto y Unquera |
D. Antonio González |
3.ª |
D. Juan del Busto |
D. Vicente Cadanes |
Vacante |
4.ª |
D. Epifanio Lozano |
D. Rafael Rayón |
Vacante |
5.ª |
D. Jacobo Melendreras |
D. Jerónimo de la Granda |
D. José M.ª Alonso |
6.ª |
D. Valentín García Casares |
D. Rafael Díaz |
Vacante |
7.ª |
D. Manuel Buenav.ª López |
D. Gregorio Corrada |
D. José Alonso |
8.ª |
D. Gregorio Piñan |
D. Tomás Noriega |
D. Antonio López |
9.ª |
D. Vicente Cuevas |
Vacante |
Vacante |
10.ª |
D. José Martínez Ardines |
D. Antonio Losada |
D. Juan Muñíz |
|
Sgtºs 1ºs |
Sgtºs 2ºs |
Tambores |
Cabos 1ºs y 2ºs |
Soldados |
Fuerza total |
Presentes
y efectivos |
10 |
23 |
11 |
87 |
1.164 |
1.295 |
En el hospital |
- |
- |
- |
2 |
21 |
23 |
Comisionados por el Cuerpo |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Con licencia temporal |
- |
1 |
- |
- |
4 |
5 |
Ausentes sin permiso |
- |
- |
- |
- |
10 |
10 |
Total general |
10 |
24 |
11 |
89 |
1.199 |
1.333 |
Nota 1.ª
Coron.l D.n Salbador Escandon: era Teniente de Fragata y con
motivo de hallarse con licencia en esta Prov.ª quando se declaró la Guerra á la
Francia se presentó á
Sarg.º Mayor: D.n José Quiñones: era
Guardia de Corps y habiendo el cuerpo promovido al R.l Sitio del Escorial
tubieron orden para promover al R.l Sitio de Aranjuez, á las ordenes del
Mariscal del Imperio Francés, Dupont; por lo que todo el Cuerpo se dispersó y
siguió su marcha á esta Prov.ª de donde es natural y se presentó á
Ayud.e Mayor: D.n Pablo Roda: era Sarg.º
de Hibernia, y con el permiso de sus Gefes, é informe de ellos, presentó
memorial á S.A.S. en 6 de Junio de 808, la que tuvo á bien conferirle el empleo
de 2.º Ayud.e del Reg.tº de Llanes, y en 5 de Agosto del mismo fue promovido a
1.er Ayudante Mayor de este Reg.tº.
Capitán de
Ten.e de
Sub.e de
Estado de los individuos del Exercito que
se hallan en este Regim.tº sirviendo, con motivo de la dispersión de los suyos
en los ataques de Rioseco y Espinosa.
Regimientos donde servían |
Sarg.s |
Tamb.s |
Cab.s |
Sold.s |
Total |
Rea.s Guard.s
Españolas …………………….. Real Cuerpo de
Artillería ……………………. Real Brigada
de Artillería …………………… Corona
………………………………………. Mallorca
……..……………………………… Princesa
……………………………………… Guadalajara
………………………………….. Asturias
……………………………………… Primero de
Cataluña ………………………… Zamora
………………………………………. |
- 2 2 - - - - - - - |
- - - - - - - - - - |
- - - - 1 2 1 1 1 - |
1
-
-
2
4
1
-
1
-
1 |
1 2 2 2 5 3 1 2 1 1 |
Total general
………………………………… |
4 |
- |
6 |
10 |
20 |
Se agregaron á este Reg.tº y sirven en el con motivo de la
dispersión del Exercito en los ataq.s de Rioseco y Espinosa los indiv.s que se
manifiestan en el estado anterior.
El soldado que se manifiesta en este
estado del Reg,º de la Princesa llamado Franc.º López, tiene causa formada por
orden del General D.n Fran.cº Ballesteros, por haber alvorotado una noche las
avanzadas, cuyo ind.º se halla preso en la carcel de esta villa.
___________
El 19 de mayo el General Ballesteros,
que es informado de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se
hallaba en peligro inminente de ser ocupada por fuerzas del mariscal Ney,
recibe el encargo del marqués de La Romana para que abandone la línea de
Colombres y “reúna cuantas fuerzas pueda,
y que obre según le parezca” para que, a marchas forzadas, de dirija a
Oviedo. A tal efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros dispone que el
Regimiento de Cangas de Onís, junto con los demás cuerpos de su mando, se
reagrupe en la capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se
presenta en Infiesto con el objeto de reorganizar las fuerzas que van llegando a la villa y, en
virtud de la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital del
Principado.
Una vez concentradas las tropas en
Infiesto, el general Ballesteros intenta organizar lo mejor posible los cuerpos
que deberán operar bajo su mando, entre los que, naturalmente, se encuentra el
Regimiento de Cangas de Onís, evacuado de Pajares el mes anterior.
Enterado el enemigo de los planes
del general Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet,
en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir
su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero advertido
Ballesteros que el mariscal Ney ya había entrado en Oviedo y que fuerzas
enemigas importantes se le echaban encima, decide mover sus unidades y en una
resuelta maniobra de distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las sitúa justo
en la retaguardia enemiga.
El 24 de mayo se combate sobre los
Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves. Ballesteros
despliega allí cuatro batallones y otro de reserva en San Juan de Parres, de
los cuales entran en acción los regimientos de Ribadesella y Villaviciosa,
cuyos cuerpos se baten con extraordinario valor, produciendo al enemigo
considerables bajas. Tanto por el desarrollo favorable de la acción táctica
como por la retirada sostenida por el intrépido Regimiento de Cangas de Onís, facilita
la salida de toda la división de Ballesteros con dirección a Covadonga, y salva
todas las tropas e impedimenta.
El día 25 de mayo el Regimiento de
Cangas de Onís, junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga,
en cuyo Santuario oculta la artillería –que más tarde será rescatada por el valeroso
capitán de la 1ª compañía del Regimiento de Cangas de Onís, D. Felipe Noriega,
con grande exposición de su vida– y, a través del puerto de Ventaniella,
emprende una arriesgada y agotadora marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí,
siguiendo el movimiento general, se retira a la villa de Potes con el objeto de
descansar y reponerse de las innumerables fatigas padecidas por tan larga
travesía. Tras aprovisionarse de algunas municiones de boca y guerra, sale de
nuevo hacia Santander.
Al no hallar referencia documental
alguna, se desconoce si realmente el Regimiento de Cangas de Onís llegó a
emprender con los demás cuerpos de la división la arriesgada marcha desde
Covadonga, a través del puerto de Ventaniella, a Potes (Santander), aunque lo
más probable es que no lo hiciera y que, desde el propio Santuario, después de
rescatar la artillería, haya regresado de nuevo a su base de partida en Cangas
de Onís.
Tras la sorprendente derrota y posterior
dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de
Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el general Ballesteros
embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa
del marqués de La Romana, ahora nuevo general en jefe del Ejército de la
Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas para reincorporarlas
de nuevo al citado ejército. En cumplimiento de esta orden, Ballesteros decide
establecer el cuartel general en la villa de Gijón.
Para cumplir con lo ordenado por el
marqués de La Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los
dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a
la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento,
para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la
jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El destino del Regimiento de
Cangas de Onís, según la orden anterior, se había fijado en Pravia.
El Regimiento de Cangas de Onís,
como consecuencia de no haber sido incluido en
En el mes de agosto de 1809 el
Regimiento de Cangas de Onís se hallaba acantonado entre Llanes y Colombres,
pero ante el inminente peligro de que los franceses pudieran irrumpir por este ultimo
lugar, se ordena que el Regimiento de Gijón salga a reforzar al destacamento de
Cangas de Onís que se hallaba en el punto de Colombres. El Regimiento de Gijón
no pudo llegar a tiempo al lugar de la amenaza, lo que provocó que el enemigo entrara
por este lugar sin la menor resistencia. A medida que el adversario avanzaba,
los soldados de Cangas de Onís se replegaban defendiéndose y tiroteándose hasta
Llanes, desde cuyo punto el enemigo pasó a Ribadesella. El día 21 de agosto el
Regimiento de Gijón alcanza Ribasedella, a cuya vista los franceses se retiran
precipitadamente, circunstancia que es aprovechada por las partidas de los
regimientos de Cangas de Onís y de Gijón para salir en su persecución. Este
mismo día los granaderos del Regimiento de Gijón sostienen un fuerte encuentro
con el enemigo a la entrada de Ribadesella, que es rechazado y perseguido por el
Regimiento de Cangas de Onís que se encontraba desplegado a la derecha.
El 19 de octubre de 1809, el general
Porlier, que se encontraba en Boñar, solicita al general Llano Ponte que le
envíe de refuerzo al Regimiento de Cangas de Onís. El jefe de la partida
destacada en Boñar, D. Andrés Marquesta, en el informe que rinde a Porlier el día 23 insiste, entre otras cosas,
sobre la conveniencia de que el Regimiento de Cangas de Onís venga a reforzar a
En el estado general de todos los
regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla
el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Cangas de Onís y
continua mandado por el coronel D. Salvador Escandón y Antayo.
1810
En sesión de
Como consecuencia de plan de reforma
de los cuerpos acordado por la Junta el 4 de abril de 1810, y como quiera que el
Regimiento de Cangas de Onís no se hallaba comprendido dentro de los cuerpos que
se pretendían reunir para formar con ellos cinco regimientos de nueva planta; se
acuerda que el batallón de Cangas de Onís se denomine de ahora en adelante “Primer
Batallón de Tropas Ligeras”. Debido a ciertas confusiones derivadas de la nueva
denominación, el 1º de junio de 1810 la Junta se resuelve que este nombre se le
ponga al Cuerpo Volante, lo que, en consecuencia, motivó que el brigadier
Bárcena el día 4 de este mismo mes apelara a la Junta exponiéndole la no
conveniencia de que al Cuerpo Volante se le denomine Primer Batallón de Tropas
Ligeras, toda vez que este nombre ya lo tiene asignado el Batallón de Cangas de
Onís, por lo que
En junio de 1810 el enemigo
sorprende en el concejo de Nava a un capitán y cuatro soldados del Batallón de
Cangas de Onís. Trasladados a Oviedo, los cinco prisioneros son conducidos a la
casa que ocupaba el general Bonet para someterlos a interrogatorio para,
posteriormente, ser pasados por las armas detrás del cercado del convento de
San Francisco.
El 9 de agosto de 1810 el ahora Primer
Batallón de Tropas Ligeras, al mando de su coronel, ataca al enemigo entre
Colunga y Ribadesella, causándole importante número de bajas. El 14 de agosto, desde
Ceceda hasta Nuestra Señora de los Remedios, en el concejo de Nava, el coronel
Escandón con sus hombres del batallón de Cangas de Onís ataca y arrolla a los
franceses.
En este tiempo, el coronel Escandón
con sus valientes soldados del Primer Batallón de Tropas Ligeras se ha
mantenido siempre firme en medio de los montes de Covadonga, Infiesto y Cangas
de Onís, incomodando al enemigo allí donde éste se encontrara, sorprendiendo y
atacando las guarniciones repartidas por los concejos del litoral, tales como
Colunga, Ribadesella y Llanes.
Desde agosto
de 1810, la villa de Posada de Llanes se hallaba guarnecida por tropas del batallón
de Cangas de Onís. D. Ramón Collar, oficial que comandaba el destacamento de Cangas
de Onís, con su brigada y los demás oficiales que la componían, recibe elogios
del cura párroco de Posada –que envía informe favorable a la Junta– por el buen
comportamiento de todos los miembros de la partida durante su estancia en aquel
punto.
El 18 de
agosto de 1810 el coronel Escandón al frente del Batallón de Cangas de Onís
ataca cerca de Margolles a fuerzas enemigas superiores al mando del general
Valentín.
El 18 de
septiembre de 1810 el coronel Escandón con fuerzas del Batallón de Cangas de
Onís acude a La Isla, concejo de Colunga, con el objeto de proteger el
desembarco en la playa de La Espasa[3]
de un importante cargamento de artillería, municiones, armas y pertrechos
enviados por los británicos para su regimiento. Para apoyar la operación y
cubrir todos los puntos necesarios, el c oronel Escandón solicita ayuda a los
generales Castañón y Porlier, cuyo auxilio no llegó a verificarse, por lo que
en la noche de este mismo día, el coronel Escandón destina la 2ª y 5ª compañía
de su batallón, al mando de los capitanes D. Manuel Buenaventura López y D. Tomás
Noriega, respectivamente, para que, con las fuerzas de Porlier con que contaba
en esos momentos, entretuviesen al enemigo que se hallaba situado en Cangas de
Onís. La 4ª compañía, al mando del Capitán D. Valentín García Casares, con
otras fuerzas de la división de Castañón, debería ejecutar la misma operación
con la guarnición francesa del Infiesto. Asimismo, diferentes partidas fueron
enviadas a los puntos de Golondrón y La Campona, las primeras para cortar el
paso de Cangas al Infiesto, y las segundas para asegurar la retaguardia.
Una vez
cubiertos todos los puntos, a las 12 de la noche del mismo día 18, el coronel
Escandón con el sargento mayor D. Gonzalo Bernaldo de Quirós y los 130 hombres
restantes del Batallón de Cangas de Onís, se pone en marcha desde el campo del
collado de Landrín (Cangas de Onís), para las alturas de Colunga, Caravia y
Berbes, dejando el trayecto coronado de puestos de centinela y tambores con el
objeto de disimular el movimiento. El teniente coronel D. José Quiñones, con
180 hombres, debería unirse a las fuerzas anteriores en los puntos antes
señalados, lo que verifica con prontitud a las 6 de la mañana del día 19. Inmediatamente,
el teniente coronel Quiñones con 130 hombres es enviado a distraer al enemigo
que se encontraba en Colunga, mientras el sargento mayor Bernaldo de Quirós con
120 hombres lo hace con los de Berbes, quedando el resto de la fuerza para
cubrir el centro durante la operación que, por premura, debía activarse.
Dadas las
órdenes oportunas, se rompe el fuego por el flanco izquierdo de Colunga, al que
inmediatamente siguió por el flanco derecho y el centro que el enemigo tenía
cubiertos. Fue tan viva y acertada la carga, que desde las 7 de la mañana, en
que se inició el fuego, hasta poco más de las 8, se consiguió encerrar al
enemigo en sus fortificaciones, creyendo que eran atacados por fuerzas
superiores. Valiéndose de esta oportuna ocasión, con paisanos de los pueblos
inmediatos que voluntariamente se prestaron para este trabajo, se consiguió
desembarcar toda la artillería, los fusiles, municiones y demás impedimenta,
que sin pérdida de tiempo los condujeron a brazos hasta el pueblo de Cofiño,
distante dos leguas del lugar del desembarco. A las 12 de aquella misma mañana
la tropa del Batallón de Cangas de Onís que intervino en tan importante acción,
efectúa el repliegue sobre Cofiño.
A las 12
de la noche del mismo día 19 el Coronel Escandón se pone en marcha y las 6 de
la mañana del día 20 consigue llegar a Gradea sin novedad, justo en el momento
en que el enemigo trataba, aunque ya tarde, de cortarle ocupando el paso
forzoso del Golondrón. Habiendo descansando unas horas en Gradea, a las 5 de la
tarde sale para el lugar de Cazo, a donde llega con el referido convoy sin
novedad tres horas más tarde.
El 17 de
octubre de 1810, con el objeto de atacar a la guarnición francesa destacada en la villa de Gijón, a las 12,00 horas
fondea en su ensenada una importante escuadra formada por varios buques de
guerra anglo-españoles al mando del mariscal de campo D. Mariano Renovales. En
la mañana de este mismo día el Batallón de Cangas de Onís, con sus 80 caballos,
es destinado a observar los movimientos que pudiera efectuar el enemigo con la
intención de proteger por la costa las operaciones del desembarco anfibio. El Batallón
de Cangas de Onís y dos compañías del 1º Cántabro serán, a la señal convenida, las
fuerzas encargadas de romper el fuego, para lo cual se distribuyen según la
orden de operaciones siguiente:
1. El camino de Avilés quedará cubierto por
fuerzas del Regimiento de Cangas de Onís al mando del teniente D. José
Martínez.
2. De la protección del camino de Oviedo se
encargará el subteniente D. Gaspar Rodríguez, también del Regimiento de
Cangas de Onís.
3. El
frente de la estacada, el que mayor peligro arrostra, lo defenderá la compañía de granaderos del 1º Cántabro al
mando de su capitán D. Miguel Cosío.
4. La
Puerta de la Villa, elegida como centro de apoyo y coordinación de las operaciones, será ocupada por las fuerzas
que componen la reserva al mando del teniente coronel D. José Quiñones, del
Regimiento de Cangas de Onís.
Roto el
fuego, éste se empeñó con vigor, lo que hizo que el enemigo se aprovechara de
la artillería en profundidad, mientras que la caballería se lanzaba a la carga
sobre las fuerzas de reserva que defendían la Puerta de la Villa al mando del teniente
coronel D. José Quiñones. En esta acción se distinguieron notablemente el sargento
mayor D. Gonzalo Bernaldo de Quirós; los capitanes D. Valentín García Casares y
D. Gregorio Piñán; los tenientes D. Vicente Cadanes y D. José Martínez Ardines,
así como el sargento 1º D. Francisco del Valle, todos ellos pertenecientes al
Regimiento de Cangas de Onís.
Durante
el desarrollo de la acción táctica anterior, la escuadra no efectuó movimiento
alguno, por lo que las fuerzas terrestres deciden retirarse, momento que es
aprovechado por el general Porlier para, con dos ayudantes, subir a bordo del
buque insignia para conferenciar con Renovales sobre la maniobra a ejecutar y
asegurar con ello el éxito de
La señal
de ataque es transmitida el día 18 desde la propia escuadra, lo que motivó que las tropas cántabras –que se
encontraban desplegadas en la altura de “el Romeral”– rompieran el fuego,
mientras que el Batallón de Cangas de Onís se situaba delante de Castiello. Por
otro lado, el bergantín “Puerto Mahón”, que se hallaba fondeado a la entrada de
la barra del puerto, abre fuego sobre la batería (¿de Arnao?) para anular su
artillería, momento que es aprovechado por Renovales para verificar el
desembarco de sus tropas por Arnao, lo que provocó que el enemigo abandonara
Gijón antes de que las fuerzas de desembarco (1.200 soldados españoles y 800
británicos, éstos, en su mayoría, pertenecientes a un batallón de infantería de
marina de desembarco) pudiera reunirse con las terrestres para, conjuntamente,
tomar parte en la acción.
Replegado
el enemigo sobre las alturas de Puga, recibe nuevos refuerzos y resuelve cargar
contra las tropas españolas que les perseguían, teniendo éstos que ceder ante
la superioridad enemiga y replegarse sobre Contrueces, en cuyo punto el enemigo
es contenido por las guerrillas del Batallón de Cangas de Onís que formaban
El 6 de
noviembre de 1810 el enemigo, en número de 156 hombres, sale de la villa de
Llanes con la intención de atacar a la
partida del subteniente Balmori, del Batallón de Cangas de Onís, que se hallaba
situada en un pueblo inmediato. El subteniente Balmori dispone que saliesen las
guerrillas a su encuentro las que, una vez divisado el enemigo, se apostaron,
rompiendo el fuego por una y otra parte. Entre tanto, Balmori con el resto de
las fuerzas que componían la partida, hizo movimiento hacia la retaguardia
enemiga con intención de cortarlos, lo que provocó que el enemigo se pusiese en
precipitada fuga. El comandante general en segundo jefe del Principado
recomienda el mérito contraído por este oficial.
El 11 de
noviembre de 1810 el teniente coronel D. José Quiñones sostiene un encuentro
con el enemigo en el puente de Vales, logrando su dispersión a pesar de ser reforzado
por fuerzas de la guarnición de Llanes.
Por R. O.
de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas
españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la
Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6º Ejército, que comprende a
Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos
subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Como consecuencia de la
orden anterior el Batallón de Cangas de Onís, cuya disolución ya se
contemplaba, aparece citado en el Estado Militar de España para el año de 1811
como cuerpo de tropas ligeras –que en realidad lo era– encuadrado en la
Subinspección de Asturias, dependiente, claro está, del 6º Ejército.
1811
En la tarde del 10 de febrero de 1811 el capitán del
Batallón de Cangas de Onis, D. Gregorio Piñán, en funciones de comandante de
observación sobre la costa, sale con su compañía con instrucciones de atacar a
la mañana siguiente a la guarnición enemiga de Llanes. El día 11 el capitán
Piñán destaca tres pequeñas guerrillas, dejando ocultas las restantes fuerzas
con el objeto de que el enemigo presentase su cuerpo para conseguir las mayores
ventajas que las que ofrece el encerrarse en las fortificaciones. En efecto,
salió al encuentro toda la guarnición de Llanes, unos 250 hombres, iniciándose
el fuego por una y otra parte por espacio de tres horas, sin hacer retroceder
más que a las guerrillas, consiguiendo la compañía del Regimiento de Cangas de
Onís, a pesar de la tenaz resistencia que opuso el enemigo, rechazarlo hasta
sus fuertes. El enemigo quedó batido y el honor de las armas de la compañía
bien puesto. Tras la acción, la compañía se retira a Beloncio con el objeto de municionarse
y descansar unos días, partiendo para Ribadesella el día 15.
Como
consecuencia del lamentable estado que presentaban los cuerpos que componían la
guarnición del Principado de Asturias, debido fundamentalmente al desgaste
provocado por la dura y prolongada campaña, se pone de manifiesto la necesidad
perentoria de acometer una profunda reorganización de los regimientos
asturianos, ya que su eficacia era escasa y su inacción la nota dominante. Con
el objeto de darles la organización conveniente para que sirvan con la utilidad
posible; el 28 de febrero de 1811 el mariscal de campo D. Francisco Xavier
Losada, a la sazón comandante general en 2º de las Armas del Principado de
Asturias, comunica a
Después
de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, parece que, por
fin, se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el
tercero y definitivo intento que se hace desde 1809).
Como resultado
de la reforma ordenada por el general en jefe del 6º Ejército, el 1º de marzo
de 1811 se crea el Regimiento de Infantería “Voluntarios de Asturias”, bajo el
pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno y una fuerza teórica de
1.000 hombres. Para la formación y organización del nuevo regimiento, verificada
entre el 11 y 14 de abril de 1811, se dispuso de los efectivos que constituían
el extinguido Batallón de Cangas de Onís. Más tarde, los “Voluntarios de
Asturias” se transforma en batallón “Ligero”,
bajo el pie de un único batallón de a seis compañías de 120 hombres cada una,
con lo cual, en cierta medida, retorna a sus orígenes.
El
Regimiento de “Voluntarios de Asturias”, al mando de su bizarro coronel, D.
Fernando Miranda[4], estaba
llamado, por su valor y la mucha sangre generosamente derramada, a protagonizar
importantes y heroicos hechos de armas y días de gloria para España.
Bandera
Se
desconoce cualquier detalle o característica sobre la bandera, coronela o
sencilla, usada por el Regimiento de Cangas de Onís y portada por su ilustre abanderado,
el subteniente (o cadete) D. Domingo Antonio de Lastra, así como cualquier otra
referencia acerca del destino o lugar que cobijó la enseña tras la disolución
del cuerpo. Aunque no hay nada seguro, es posible que haya quedado depositada
en el santuario de Covadonga[5]
o, quizás, en alguna de las antiguas iglesias de Cangas de Onís, tales como
Abamia o la propia de Santa María.
Según D. Ramón Álvarez Valdés[6],
parece ser que los primeros voluntarios cangueses que en 1808 tomaron las armas
para rebelarse contra el poder de Napoleón levantaron, como enseña o bandera de
combate, un antiguo estandarte procedente de una compañía de lanzas
(Caballería) de principios del siglo XVI que se encontraba depositado en la iglesia
parroquial de Cangas de Onís, precisamente, desde el citado S. XVI[7].
Por otro
lado, se desconoce el paradero de la bandera que en 1811 recibió el Batallón
Ligero “Voluntarios de Asturias”. A juzgar por una reseña del catálogo del antiguo
Real Museo Militar[8] –cuyos
fondos más tarde pasaron a engrosar los del Ejército–, se intuye que la enseña ha
subsistido tras la desaparición del cuerpo, y que ésta pudiera ser la que
aparece inventariada en el citado catálogo con el nº 1.479, cuya descripción responde
a las siguientes características:
“Bandera blanca de seda rodeada con una orla
de granadas de oro, y en el centro
del escudo de armas reales sostenido por dos ángeles. En el anverso, sobre el escudo, el lema Batallón Ligero,
y por debajo Religión y Rey: en el reverso
el mismo escudo con los dos ángeles, y por encima el lema Voluntarios de A… [¿Asturias?].
Uniformes
La
uniformidad, propiamente dicha, observada por el Regimiento de Cangas de Onís
al principio del levantamiento contra el invasor ha discurrido paralela a la de
los demás cuerpos asturianos que se crearon en fecha anterior o posteriormente
a él.
El 14 de
diciembre de 1808, según se desprende del estado general de los cuerpos
asturianos remitido por el capitán general del Principado a la inspección del
Ejército, el Regimiento de Cangas de Onís carecía de uniforme.
En un
principio se sostenía el paradigma que el Regimiento de Cangas de Onís –al ir
vestido de rojo–, necesariamente, tenía que haber sido uno de los cuerpos beneficiados
con las primeras remesas de vestuario procedentes de la ayuda británica. Estos
uniformes, en número de 4.000, se ofrecieron a Asturias el 24 de agosto de 1808[9]
y procedían, según comunicación del día 27[10],
de un remanente de 10.000 vestuarios destinados a la Milicia de la Norteamérica
británica (actual Canadá). El vestuario, básicamente, estaba constituido por
las siguientes prendas: 4.000 casacas rojas; chalecos blancos; pantalones
grises y 10.000 gorros (posiblemente del tipo ‘stovepipe’ [tubo de
chimenea] o, en su defecto, gorro de manga o cuartel). En diciembre de 1808 el
vestuario llega a La Coruña a bordo del transporte Harmony, cuyo cargamento es trasladado a Asturias en buques de
cabotaje, desembarcando en el puerto
de Gijón a finales de ese mismo mes, por lo cual se daba por sentado que a los
efectivos del Regimiento de Cangas de Onís, al igual que los demás cuerpos que
constituían la guarnición de Asturias, se le había provisto de estas prendas.
Esto no ha sido así, ya que el 5 de julio de 1809 el general Ballesteros, a
través del teniente del Regimiento de Cangas de Onís, D. Gregorio Corrada, envía
desde el cuartel general de Gijón 559 varas de paño blanco, 1.151 de encarnado
y 501 de forro, todo ello para la confección del vestuario de los individuos
del expresado regimiento de Cangas de Onís[11].
Con las 1.151 varas de paño encarnado, a razón de vara y media por prenda,
podían elaborase alrededor de 776 casacas, mientras que con las 559 de paño
blanco se confeccionaron los pantalones. Se desconoce si el collarín, vueltas y
barras de la casaca, eran blancas o, por el contrario, encarnadas como el resto
de la casaca.
Según
orden del general en jefe del ejército asturiano, aquellos soldados «...
q.e no se hallen bestidos de encarnado sufrirán la pena de muerte ...»[12],
lo cual corrobora que dentro de los límites territoriales del Principado de
Asturias no se reconocía –como reiteradamente se viene insistiendo– más
uniforme que aquel otro que no fuese el de color rojo. Todo lo anterior, unido
a una copla popular dedicada al Regimiento de Cangas de Onís, viene a confirmar
de manera definitiva que, en efecto, el Regimiento de Cangas de Onís vistió
exclusivamente uniforme de color rojo. La copla del Regimiento de Onís, dice
así:
- ¿Qué ye aquello que relluz
por aquella serranía?
La chaqueta colorada
de Cangues, me parecía.
Mención
especial merece aquí aclarar algunas incorrecciones advertidas en una
publicación dedicada a banderas, uniformes, emblemas, armamentos, personajes e
historias militares asturianas[13].
Su autor, D. Jesús Evaristo Casariego, con más buena voluntad que rigor
histórico, determinó incluir la figura de un abanderado del Regimiento de
Cangas de Onís –con uniforme equivocado y diseño de bandera no ajustado al
modelo original–. El uniforme en cuestión, de color blanco, con cuello, vueltas
y vivos de color azul celeste, jamás fue usado por tal regimiento puesto que,
desde un principio y hasta su integración en el de “Voluntarios de Asturias”, el
Regimiento de Cangas de Onís vistió, como queda demostrado, casaca roja. El
aparecer de esa guisa (uniforme blanco y divisa azul) se debe a un error de
interpretación al confundirlo con el Regimiento de Cantabria o 1º Cántabro –que,
al parecer, sí llevaba uniforme de los colores citados–, ya que ambos
regimientos –5 compañías de Cangas de Onís y el Cántabro– son enviados por el
comodoro inglés Mends para atacar el 17 de octubre de 1810 la villa de Gijón
que se encontraba en poder de los franceses. Al día siguiente, el Regimiento de
Cangas de Onís, junto con el 1º Cántabro, es destinado a proteger el desembarco
anfibio anglo-español al mando del mariscal de campo D. Mariano Renovales.
Recompensas
El
Regimiento de Cangas de Onís, al tratarse de un cuerpo ceñido exclusivamente a
la defensa y guarnición del Principado de Asturias, escasas han sido las
recompensas que recibieron sus componentes. Entre estas, destacan:
1.
Escudo de Distinción al Valor en Asturias
Dicho
escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda
equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de
2. Cruz
de Distinción del Ejército Asturiano
Creada
por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y
bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que
circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno,
fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander,
mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose
sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los
mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó
con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.
La cruz
se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un
triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular,
en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo
“Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
Los
hombres de Cangas de Onís, ahora ya como integrantes del nuevo Regimiento
“Voluntarios de Asturias”, perteneciente al 4º Ejército (antiguo 6º), aún
recibirán varias e importantes recompensas por su participación en las más
importantes batallas en las que intervino el expresado 4º Ejército, entre éstas
destacan las siguientes:
1. Cruz de San
Marcial
Se
concedió por R. O. de 24 de octubre de 1814, premiando a las fuerzas del
General Freyre (4º Ejército) que el 31 de agosto de 1813 se batieron con los
franceses sobre el río Bidasoa a la altura de San Marcial.
Es de oro
y está constituida por una cruz de cuatro brazos esmaltados en rojo que rematan
en punta y con globillos de oro en los extremos. El centro es circular, donde
en campo blanco figuran dos sables cruzados dentro de una corona de laurel,
orlados por una banda azul con letras de oro donde se lee: "EL REY A LOS
VENCEDORES DE SAN MARCIAL".
Entre los
brazos figuran, en la parte superior una flor de lis y un león, representándose
entre los brazos inferiores una torre y otra flor de lis, todos ellos en oro.
La cinta
de la que cuelga es bicolor: roja y morada.
2.
Cruz de Tolosa o del 4º Ejército
De oro y
esmaltes, cuelga de una cinta de tela de color azul turquí con ribetes dorados,
fue creada por Real Orden de 30 de enero de 1815 para su concesión a los
generales, jefes y oficiales que participaron en dicha batalla y se compone de
cuatro brazos rematados en forma de ancla, esmaltados en azul coronados por
globillos de oro. Entre las aspas, columnas coronadas y sables y palmas
cruzados, del mismo metal; en el centro, un círculo blanco rematado de corona
de encina, con el lema: "Batalla de Tolosa de 10 de Abril de1814" y
en el reverso "Valor y disciplina".
Cabe
destacar, a su vez, que esta Distinción es de las pocas que se usaron bordadas
sobre las banderas como reconocimiento colectivo, como es el caso del
Regimientos Provincial Oviedo, los regimientos 1º y 2º de Asturias y, por
supuesto, el Batallón Ligero “Voluntarios de Asturias”.
[1] Cangas de Onís, Pravia y Oviedo son las únicas localidades del Principado de Asturias que tienen el rango de ciudad por haber sido de fundación real. Las tres, por ese mismo orden, fueron capitales respectivas del antiguo Reino de Asturias, antes del traslado de la Corte a León.
[2] El
denominado Cuerpo Volante o Tiradores de Asturias integraba todas, o casi
todas, las fragmentadas tropas ligeras de los distintos regimientos que
conformaban la guarnición del Principado de Asturias que operaban como partidas
ligeras, sueltas o volantes, de
[3] De ahí el dicho o refrán popular: “El coronel Escandón gasta canana de plata, que la ganó a los franceses en el puente de la Espasa”.
[4] El heroico Coronel D. Fernando Miranda, primero como Capitán y después como comandante de partidas ligeras o volantes de los cuerpos asturianos durante la segunda invasión del Principado de Asturias, desempeñó un papel muy importante durante la campaña desarrollada a lo largo del año 1810. Al frente del Regimiento “Voluntarios de Asturias” halló gloriosa muerte en el campo del honor, defendiendo la posición de Saroya, durante la batalla de San Marcial el 31 de agosto de 1813.
[5] Precisamente, en el Museo del Real Sitio de Covadonga se conserva, exhibida en una vitrina acristalada, la espada de ceñir del Coronel Escandón.
[6] ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del levantamiento de Asturias en 1808. Oviedo, 1889.
[7] Paras más detalles sobre este estandarte, ver el enlace “vexilología” de la web de ARHCA..
[8] Catálogo de los objetos que contiene el Real Museo Militar a cargo del Cuerpo de Artillería. Madrid, 1856, pág. 150.
[9] PRO, F.O. 72/66
[10] PRO, F.O. 72/69
[11] AHN. Consejos, 11995, exp. 68.
[12] Bando del Teniente General D. José María Cienfuegos, publicado en el Cuartel General de Luarca el 10 de abril de 1810.
[13]
CASARIEGO, Jesús Evaristo:
[14] Este
mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del
uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares,
al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y
colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que
el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo
exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o
blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo
ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del
uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato
de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración
en la manga izquierda de