REGIMIENTO INFANTERIA DE GRADO (1808-1811)
ORÍGENES Y
ORGANIZACIÓN
Creado y
aprobado en la ciudad de Oviedo el 20 de junio de 1808 con el nombre de
Regimiento de Infantería de Grado, bajo el pie de un único batallón de a 10
compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. José
Jove Valdés, caballerizo de S. M.
Para la
formación del Regimiento de Grado se dispuso de un gran número de voluntarios
procedentes del concejo que ha dado nombre a la unidad; otros lo eran de
concejos, cotos y jurisdicciones limítrofes y, por último, de los efectivos de
las dos compañías que constituían el medio batallón denominado Cazadores de Montaña, creado en la misma
fecha que el de Grado. Una vez formadas y completadas las respectivas
compañías, recibe la orgánica como regimiento y se constituye como tal según quedó establecido por dictamen
presentado en
PLANA MAYOR
-
Coronel……………………………… D. José Jove Valdés
-
Sargento Mayor ……………………. Se desconoce
-
Ayudante 1º ………………………… Idem.
-
Ayudante 2º ………………………… Idem.
-
Abanderado ………………………… Idem.
-
Capellán ………………………….…
Idem.
-
Cirujano…………………………….. Idem.
-
Armero …………………………….. Idem.
-
Tambor Mayor …………………….. Idem.
El cuadro del Batallón
de Grado, formado por
CÍAS. |
Sargentos |
Tambores |
Cabos |
Soldados |
Fuerza total |
1ª |
1 |
- |
2 |
35 |
38 |
2ª |
1 |
- |
2 |
36 |
39 |
3ª |
2 |
- |
1 |
30 |
33 |
4ª |
2 |
- |
2 |
36 |
40 |
5ª |
1 |
- |
2 |
34 |
37 |
6ª |
2 |
- |
2 |
35 |
39 |
7ª |
2 |
- |
2 |
37 |
41 |
8ª |
2 |
- |
1 |
41 |
44 |
9ª |
2 |
- |
1 |
35 |
38 |
10ª |
2 |
- |
2 |
30 |
34 |
Total |
17 |
- |
17 |
349 |
383 |
Nombres o denominaciones que ha tenido desde su creación.
-
1808. Regimiento de Infantería de Grado
-
1808. Regimiento de Infantería de Línea de Grado.
VICISITUDES, CAMPAÑAS Y
ACCIONES DE GUERRA
1808
El 28 de julio
de 1808 el Regimiento de Grado se hallaba acantonado en Bezanes, concejo de Caso,
perfeccionándose en la instrucción y en el manejo del arma.
Con ocasión de
la reunión mantenida por los generales Blake y Acevedo en León el 22 de agosto
de 1808 para concertar órdenes relativas al auxilio que Asturias debería prestar
al ejército de Galicia; el día 29 de este mismo mes el general Acevedo informa
a Blake que ha circulado orden para que las tropas asturianas, entre las que
naturalmente se encuentra el Regimiento de Grado, se concentren en Llanes para
verificar en dicho punto la organización de una división para ponerla a
disposición del entonces denominado Ejército de Galicia.
Como consecuencia de la orden anterior, en el mes septiembre
de 1808 por disposición del general Acevedo las dos compañías que constituían el
medio Batallón de Cazadores de Montaña se refunden en el Regimiento de Grado.
En este mismo mes de septiembre el Regimiento de Grado queda incorporado a la
recién constituida División
expedicionaria asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D.
Vicente María de Acevedo cuya división, tal como se había concertado, debería
incorporarse al Ejército, también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª
división del expresado ejército al mando del teniente general D. Joaquín Blake
y Joyes.
El 22 de
setiembre el brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la
división, en presencia de los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor
general de la misma–, pasa la primera revista de inspección a los regimientos
de la división, entre los que se encontraba el de Grado que, desde ese preciso momento,
queda encuadrado, junto con los de Castropol, Villaviciosa, Luarca y
Candás-Luanco, en la 1.ª brigada que manda el jefe de escuadra (brigadier) de
la Armada, D. Cayetano Valdés y Flórez.
El 25 de
septiembre la totalidad de los regimientos destinados a constituir
Aprobado el plan
anterior, el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos divisionarios,
experimenta una profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias
de la guerra, quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo
el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de
Granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible
y maniobrera. La nueva orgánica del Regimiento de Grado, según el “Plan de
reforma” propuesto por su general en jefe, es la que refleja el cuadro
siguiente:
PRIMER BATALLÓN |
SEGUNDO BATALLÓN |
P
L A N A M A Y O R - Coronel - Sargento Mayor - Primer
Ayudante - Abanderado
- Capellán - Armero - Cirujano - Tambor
Mayor - 6 Pífanos - Tambor de
Órdenes |
P
L A N A M A Y O R - Teniente Coronel - 2
Ayudantes -
Abanderado - Capellán - Cirujano - Armero - Tambor
Mayor - 6
Pífanos - Tambor
de Órdenes |
C O M
P A Ñ Í A S |
|
Cada
Compañía compuesta por: Oficiales
Tropa -
1 Capitán
- 1 Sargento 1º...........}
- 1 Primer Teniente - 4 Sargentos 2ºs.…..}
- 1 Segundo Teniente - 8 Cabos 1ºs.............} Total tropa: 100 hombres
- 1 Subteniente - 8 Cabos 2ºs…….....}
- 2 Tambores.............}
- 77 Soldados..............} |
El 29 de septiembre
de de 1808 el Regimiento de Grado, una vez arreglado bajo el pie de dos
batallones, de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–,
emprende la marcha hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11
de octubre. En el estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen
el Ejército expedicionario asturiano, circunstanciado por el general Llano
Ponte, mayor general de la división, en el cuartel general de Quincoces el 12
de octubre de 1808, el Regimiento de Grado presenta un total de 26 jefes y
oficiales y 774 individuos de tropa.
El
16 de Octubre las tropas expedicionarias de Asturias, después de pasar la
revista de Comisario reglamentaria, se refunden en el Ejército de Galicia
constituyendo, como estaba previsto, la 3.ª división del mencionado
ejército.
Una vez
concertado el despliegue de las unidades, el general en jefe del Ejército de
Galicia dispone que el Regimiento de Grado, que se encontraba acantonado en
Medina de Pomar, pase a ocupar Traspaderne y sus inmediaciones a las órdenes del
mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós.
El día 19 de octubre el Regimiento
de Grado sale de Traspaderne con dirección a su nuevo destino, fijado en el
perímetro de una legua de las inmediaciones del cuartel general de Quincoces.
Días más tarde, en la noche del día 23 de octubre el General Acevedo recibe
orden de trasladarse a Respaldiza, cuya marcha verifica en la mañana del día
siguiente llevando consigo al Regimiento de Grado y los restantes cuerpos de su
misma brigada.
El día 26 del
mismo mes el general Acevedo se traslada a Orozco llevando consigo a los
regimientos de la 1.ª brigada, entre los que, naturalmente, se encuentra el de
Grado, en donde queda a las órdenes del brigadier, marqués de Malaspina, con el
objeto de observar las avanzadas de Murguía y los movimientos que pueda hacer
el enemigo contra la villa de Orduña.
En el estado de
organización y fuerza disponible del Ejército de la Izquierda, de fecha 31 de
octubre de 1808, el Regimiento de Grado presenta los mismos efectivos
reflejados en el estado de fuerza anterior. Según este estado, el regimiento
sigue encuadrado en la 1.ª brigada que manda el brigadier D. Cayetano Valdés y
Flórez, ahora destacada en Villaro.
Después de los
ataques de Durango y Villaro, en la noche del 1º de noviembre de retira a
Villaro, continuando la marcha al día siguiente. En la mañana del 3 de
noviembre el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos de la 1.ª
brigada, se halla en el ataque de Menagaray, viéndose seriamente comprometidas
las fuerzas de caer prisioneras del enemigo, si no fuera por la afortunada
intervención de los otros cuerpos asturianos que componían la 2.ª brigada
mandada por el general Bernaldo de Quirós que acudió en su auxilio.
El 7 de
noviembre el general en jefe del Ejército de la Izquierda dispone que la 4.ª
división situada en las alturas de Valmaseda pasase a Sopuerta y que ésta fuese
reemplazada por cuatro regimientos asturianos[1], por lo que el general
Acevedo destina para este cometido a los de Grado, Castropol, Candás-Luanco y
Luarca, a cuyos cuerpos, más tarde, se suma el Provincial de Oviedo. El mando
interino de toda la posición recae en el brigadier D. Francisco Manglano,
comandante del Regimiento de Oviedo. En la mañana del día 8, ante el riesgo
inminente de un ataque enemigo para recuperar la posición de Valmaseda, el brigadier
Valdés solicita al general en jefe el envío de refuerzos, destinando para este
cometido, justo en el preciso momento en que comenzaba el ataque enemigo, al
Regimiento Hibernia-Asturiano, así como varios voluntarios y tiradores de
Galicia. Considerando que, a pesar de los refuerzos, la defensa de la posición
no se podía sostener por mucho tiempo, se dispone la retirada ordenada, repliegue que es sostenido sin el menor
contratiempo por dos compañías del valeroso Regimiento de Cangas de Tineo,
hasta que el último hombre pudo abandonar la villa atacada, a pesar de estar
expuestos a un intenso fuego enemigo.
Emprendida la
retirada por el camino de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de
noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los Monteros se presenta una
fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las tropas del Ejército de la
Izquierda a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar la
sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera
efectuar el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado
combate en el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes
de hicieron prodigios de valor, fue rechazado el enemigo. Por la tarde el general
Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con
serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la
acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible
distinguir cualquier objeto. Entre las tropas asturianas se producen, sin
embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.
Al día
siguiente, resuelto el enemigo a concluir la acción emprendida el día anterior,
decide acometer el ala izquierda y se lanza al ataque directamente. Cae muerto
el general Quirós, resultando heridos de importancia los generales Acevedo y
Valdés, así como el coronel del Regimiento de Cangas de Tineo y los tenientes
coroneles de los de Lena y Provincial de Oviedo. El resultado fue decisivo, las
fuerzas asturianas que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas),
sorprendidas por el inesperado movimiento del enemigo y viéndose privadas de
sus jefes, ceden, lo que produce el desorden general y la completa dispersión.
En la acción resultan heridos también varios oficiales y soldados de los demás
cuerpos asturianos, entre los que, por supuesto, se encuentra un número
importante de componentes del Regimiento de Grado.
No obstante lo
anterior, el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos que
intervinieron en la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado
subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.
Derrumbadas las
tropas asturianas, algunas optan por tomar el camino de Santander con dirección
a Aguilar de Campoó. Entre los heridos, transportado en una carreta, iba el general
Acevedo a quien, por temor a que se produjera un ataque del enemigo que los
perseguía, se tomó la decisión de sacarle del carruaje y montarle en un mulo
para evitar que así cayera prisionero. Cuando ya se creían a salvo, en el
pueblo de Quintanillas, cerca de Aguilar, sorprendentemente son interceptados
por cazadores de del cuerpo que mandaba el coronel Tascher quienes, sin atender
que el Acevedo es un Capitán General herido en campaña y que como tal se le
debe considerar prisionero de guerra, con el mayor desprecio a las reglas de la
guerra, le asesinan del modo más vil y sanguinario.
Puestos en ordenada retirada con dirección al Principado de
Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores, los maltrechos
regimientos asturianos son interceptados en las proximidades de la villa de
Comillas por la vanguardia enemiga, que traba combate con el Regimiento de
Cangas de Tineo, que es el encargado de cubrir la retirada, cuyo cuerpo se
llena de gloria por la serenidad y denuedo demostrado en el ataque, tras el
cual regresa en triunfo a Comillas.
Reforzado el
enemigo con tropas de infantería, caballería y artillería, el General Soult se
revuelve contra Comillas con el objeto de aniquilar definitivamente las escasas
tropas asturianas que aún quedaban por la zona, por lo que el 19 de noviembre
de 1808, ante la superioridad numérica del enemigo, el general Llano Ponte
decide replegarse sobre San Vicente de la Barquera por ofrecer esta plaza una
privilegiada situación estratégica para establecer allí la defensa y poder
contener al enemigo mientras se esperaran los refuerzos que pudieran llegar
desde Asturias. Desgraciadamente, el plan concertado no resultó, ya que se
cometió el inmenso error táctico de sostener el puente de San Vicente, situado
a espaldas de las tropas propias, lo que deja a éstas en una situación muy
comprometida, lo que provocó que el Regimiento de Covadonga, que llegaba de
refresco, fuese acometido impetuosamente por la artillería y caballería,
causando el pánico y la dispersión entre las fuerzas que lo componían, contagio
que cundió en los demás cuerpos que ocupaban la plaza, quedando así expedito el
paso del puente para la progresión de las tropas enemigas. En ese momento comenzaba a bajamar,
lo que permitió a la infantería y caballería enemiga arrojarse a la ría y
flanquear la derecha de las tropas española. La acción duró una hora, al término
de la cual los cuerpos asturianos, deciden replegarse sobre Colombres.
Siguiendo la
retirada general, siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día
19 las fuerzas asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una
breve pero dura refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las
restantes y desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano Ponte
decide establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil
estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la
sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por
temor de ser atacado al día siguiente.
En el mes de
diciembre, debido a los fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte,
En el estado
general de los cuerpos asturianos, remitido a la Inspección del Ejército por el
capitán general de la provincia y datado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808,
el Regimiento de Grado, que continúa formado por dos batallones, presenta una
plantilla regimental formada por 3 jefes, 30 oficiales y 385 plazas de fusil. Sólo
en dos meses, el Regimiento de Grado experimenta, entre muertos, heridos y
dispersos en su mayoría, la perdida de 389 hombres respecto a la plantilla que
presentó en Quincoces de Yuso el 12 de octubre último. El armamento se hallaba
al completo; carecía de vestuario y su estado de instrucción se consideraba
mediano.
1809
Dueño del
enemigo de las provincias de Santander, León y Galicia, y expuesto el
Principado a ser invadido,
La línea del Eo
comenzaba en Castropol (Oviedo) y se extendía a lo largo del curso del río del
mismo nombre hasta la Ribera de Piquín, concejo de Burón (Lugo).
El 16 de enero
de 1809
El 22 de enero de 1809 el teniente D. Antonio González de
la Llana figura como ayudante del Regimiento de Grado.
En comunicación
reservada, fechada en Navia el 26 de enero de 1809, el general Vorster pone en
conocimiento del capitán general del Principado la llegada a esta villa del
Regimiento de Grado.
A finales del
mes de enero la 5.ª división de Vorster ya se encontraba desplegada sobre la
línea del Eo. En este tiempo Vorster no tenía cuartel general fijo, ya que unas
veces se mantenía en la Vega de Ribadeo (actual Vegadeo) y otras en Vilaboa de
Miranda, término municipal de Villaodrid (antigua provincia de Mondoñedo, hoy
integrada en
El 24 de enero
de 1809 las fuerzas enemigas al mando del general Fournier, que ya se
encontraban sobre Mondoñedo, ante el temor de que el paisanaje gallego se haga
fuerte por la cercana presencia de las fuerzas de Vorster, son reforzadas con
dos batallones llegados ex profeso de El Ferrol cuyo mando, a partir de ahora,
lo asume el general Maurice Mathieu, quien al día siguiente se desplaza a
Ribadeo con un destacamento de 150 hombres.
El 1.º de
febrero el General Vorster, con el objeto de anunciar su presencia en la zona,
desde la batería de San Román (Figueras) hace un fuerte y asombroso fuego de
artillería sobre la villa de Ribadeo. El día 2 Vorster, al frente de sus fuerzas, entre las que, naturalmente, se
encontraba el Regimiento de Grado, cruza en barcas la ría del Eo y se presenta
en Ribadeo. Nada más efectuar el desembarco se posesiona del Ayuntamiento y
obliga a la Corporación a reconocer a Fernando VII, consistiendo que sus
soldados y paisanos armados con chuzos y escopetas que con ellos llegaron
(decían que “venían a comer a los
franceses”), asaltasen el Castillo de San Damián, poniendo fuego a su
polvorín y arrojando a la mar los
cañones. Este mismo día el general Vorster pone de manifiesto la falta de
oficiales que experimenta el Regimiento de Grado por lo que considera urgente
el pronto reemplazo. En este mes el regimiento aparece mandado por el teniente
coronel, graduado de coronel, D. Diego Clark. El sargento mayor es D. Juan de
Cándano.
El 3 de febrero
de 1809 el general Vorster dispone que la mitad del Regimiento de Grado, al
mando del sargento mayor, D. Juan de Cándano, parta desde La Vega de Ribadeo,
por Porto, con dirección a Ribadeo con el objeto de cortar la retirada del
enemigo, mientras que el coronel D. Diego Clark, con el resto de la fuerza,
debería atacarlo por tres frentes al mismo tiempo para obligarle a
rendirse.
Tras la toma de
Ribadeo las tropas de Vorster continúan su marcha hacia Mondoñedo, con el
propósito de sorprender a la guarnición francesa allí establecida. Se hace
correr el bulo de que una división de infantería perfectamente armada y
equipada (que creían ser inglesa) se encuentra próxima a Mondoñedo, lo que
provoca el pánico entre la escasa guarnición francesa que ocupaba dicha ciudad.
Los dos mil
hombres que componían la 5.ª división del teniente general Vorster, después de
sorprender las avanzadas enemigas, se posesiona de la ciudad, pero Vorster, por
sus mal concertadas órdenes, y el Coronel Linares por no atender cumplidamente
al punto que guarnecía, dejaron retirarse a la sorprendida guarnición francesa
sin sufrir el menor hostigamiento. Rehecho el enemigo, a la mañana del día
siguiente decide atacar y desalojar a la división española de Mondoñedo, siendo
los Voluntarios de Cataluña los que más tesón y resistencia ofrecieron a su
desalojo, que terminaron por ceder y ponerse en franca retirada, circunstancia
aprovechada por Mathieu para invadir tres días después el Principado por el
punto de San Tirso de Abres, dirigiéndose acto seguido a la Vega de Ribadeo, en
cuya villa entra a altas horas de la noche, alcanzando más tarde el Navia. El general
Vorster en lugar de procurar contener cuanto menos al enemigo, ya que contaba
con superioridad numérica, se aleja del teatro de operaciones atravesando por
Meredo y Piantón con dirección a Boal.
Tras la
precipitada huida de Vorster, el 5 de febrero los franceses vuelven a ocupar la
importante villa de Ribadeo.
El 5 de febrero
de 1809, ante la manifiesta necesidad de cubrir los puertos de la Mesa, Somiedo
y Ventana, la Junta dispone los verifiquen tres compañías del Regimiento de
Grado a las ordenes de D. Angel Vigil, gobernador militar de Siero. El día 22
de este mismo mes, las tres compañías del regimiento aparecen encuadradas en la
4.ª división (brigadier Trelles), acantonada en el Puerto de la Mesa, mientras
que el resto del cuerpo lo está en
El 24 de marzo
de 1809 el Regimiento de Grado se hallaba en Castropol y el día 26, por disposición del general Vorster,
emprende la marcha con dirección a Fonsagrada, en cuyo punto se acantona.
El 26 de marzo
de 1809 un contingente formado por 150 soldados del Regimiento de Grado, al
mando del teniente D. José Menéndez se halla acantonado en Barrios de Luna
(León) a las órdenes del capitán de Artillería D. Juan Naredo. Poco después, 60
hombres del Regimiento de Grado y varios paisanos voluntarios, al mando del
capitán de artillería, D, Juan Naredo, salen de su cantón para atacar el destacamento
francés que se hallaba en La Robla, obligándole a retroceder hasta la Venta de
la Tuerta, en cuyo punto se aposta. Los hombres de Grado ocupan los puntos
dominantes para la defensa, en donde se mantienen en espera del enemigo hasta
las ocho de la mañana del domingo de Ramos, pero el enemigo en lugar de atacar
se retira hacia León sin presentar batalla.
El 30 de marzo
de 1809 las tres compañías del Regimiento de Grado encuadradas en la 4.ª
división del brigadier D. José Gabriel Trelles, se encuentran destacadas en la
parroquia de Vigaña de Salcedo y los 150 hombres, al mando del capitán D. Juan
Naredo, en Barrios de Luna.
El 2 de abril de
1809 se da orden para que las tres compañías del Regimiento de Grado que se
encuentran repartidas en Vigaña y Barrios de Luna pasen inmediatamente a
reagruparse en su respectivo cuerpo.
El 7 de abril de
1809 continuaba ejerciendo el mando del Regimiento de Grado el coronel D. Diego
Clark y como sargento mayor D. Juan de Cándano.
El 19 de mayo,
mientras las tropas del general Vorster se encuentran “perdidas” por las
montañas de la divisoria de Asturias y
Galicia, el mariscal Ney procedente de Galicia, después de desbaratar la
inconsistente defensa establecida en el puente de Peñaflor el día anterior, ocupa
la capital del Principado.
Mientras
ocurrían estas cosas, el general Ballesteros enterado de la incursión de
Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del
Mariscal Ney, recibe el encargo del marqués de La Romana para que “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre
según le parezca” y pone a sus órdenes el Regimiento de la Princesa que
manda el coronel D. José O’Donnell. En cumplimiento de la orden anterior,
Ballesteros decide abandonar la línea de Colombres y efectuar el repliegue
sobre Cangas de Onís, al tiempo que dispone que la reunión de las tropas se
verifique en el Infiesto, a cuyo punto se dirige con todo su cuartel general
para recibirlas. Una vez concentradas las fuerzas en Infiesto, entre cuyas
fuerzas no se encuentran aquellos regimientos que formaron la línea del río Eo
bajo el mando del general Vorster, Ballesteros intenta organizar los regimientos
que deberán actuar bajo su mando.
.
Por fin Vorster
da señales de vida y se presenta en Salas, en cuya villa establece el cuartel
general. Se queda con los regimientos de Fernando VII, Llanes y Navarra,
mientras que el Regimiento de Grado, junto con los de Pravia, Lena, y 2.º de
Voluntarios de Cataluña (reforzado con dos compañías del Regimiento de
Castropol que se le agregaron) queda a las órdenes del brigadier D. Pedro de la
Bárcena, moviéndose por los pueblos situados a la margen derecha del río Narcea.
El 2 de junio de
1809 el Regimiento de Grado, junto con los de Pravia, Lena, Salas y 2.º de
Voluntarios de Cataluña, al mando del brigadier D. Pedro de la Bárcena, ocupa
posiciones en la pendiente que media entre Leiguarda y San Martín de Miranda, a
la izquierda del río Pigüeña. El brigadier Bárcena, que teme ser atacado por el
frente y flanco izquierdo, decide escalonar las tropas con el objeto de poder
replegarse a través de las cumbres de la Brueba que tiene a su retaguardia. La
vanguardia, compuesta por el Regimiento de Grado, los de Salas y Voluntarios de
Cataluña, permanece en Menes para emprender, con los demás cuerpos de la división,
el movimiento retrógrado pero, justo en ese momento, aparece por las Vegas de
San Cristóbal la vanguardia francesa al mando de Barthelemy. Las guerrillas del
Regimiento de Grado consiguen detener, con fuego certero, a las primeras
avanzadas enemigas. Barthelemy reúne a sus hombres e intenta forzar el paso del
puente y alejar las guerrillas al otro lado apostadas, momento que es
aprovechado por Bárcena para ordenar a los cuerpos de retaguardia que salgan a
reforzar las guerrillas y se sitúen en el punto por ellas ocupado. Dos compañías
de granaderos del Regimiento de Grado; el Regimiento de Salas al mando del teniente
coronel D. Pablo de Mier; otras dos compañías del de Lena mandadas por su sargento
mayor y otra compañía del Pravia, son las fuerzas encargadas de situarse en el
punto designado al efecto. Una vez roto el fuego, a medida que el enemigo se
apresura a ganar la orilla, el tiroteo se hace más intenso, lo que le obliga,
tras hora y media de duro combate, a repasar el puente y a atrincherarse en las
casas próximas. Reagrupado el enemigo, hace un segundo intento de conquistar la
posición española, pero son nuevamente rechazados por la tenaz resistencia que
ofrecen las fuerzas defensoras. Concluida
la acción, las fuerzas antes mencionadas se repliegan sobre Leiguarda,
acampando acto seguido en Las Estacas.
Tras un descanso
de dos días, el Regimiento de Grado, junto con los demás cuerpos que continúan
bajo las órdenes del brigadier Bárcena, se dirige al concejo de Teverga con el
objeto de recibir instrucciones de Vorster para caer sobre Grado. En vista de
que éstas no llegan, Bárcena toma la iniciativa y emprende la marcha hacia
Linares de Proaza, en cuyo punto permanece por espacio de dos días sin recibir
comunicación alguna de Vorster. En vista de ello Bárcena, en conferencia con
los jefes y oficiales de su división, ordena marchar sobre Grado. En
aproximación a Sama de Grado, la vanguardia de la división toma contacto con
una compañía de descubierta de la guarnición francesa de Grado contra la que
cargan, consiguiendo librarse ésta de ser envuelta y hecha prisionera. Puesta
en retirada, el intercambio de disparos entre unos y otros conforme se van
acercando a la villa de Grado, pone en alerta a su guarnición. El 2.º de
Voluntarios de Cataluña que iba en vanguardia al mando de su Coronel, asoma a
la altura de La Mata, mientras que el Regimiento de Grado, a marchas forzadas,
se dirige por la derecha a San Martín de Gurullés para confluir en Peñaflor con
los Voluntarios de Cataluña que, desgraciadamente, no llegan a tiempo, lo que
propicia que el enemigo franquee el puente sobre el río Nalón sin ser
molestado. El resto de los cuerpos de la división se encamina a Grado, en donde
esperan hallar cierta resistencia por parte de las fuerzas francesas que
guarnecen la villa, lo que no ocurre por haber cundido el pánico entre el
enemigo y su posterior dispersión.
El día 6 de
junio la división de Bárcena al completo se halla concentrada en Grado, en cuyo
punto, sorprendentemente, se recibe la noticia de que fuerzas del general
Kellerman, que se encuentra en Oviedo, se aproximan con la intención de
atacarla; por razones de seguridad se retira a las alturas de El Fresno (punto
dominante sobre el camino real de Galicia y a La Mesa), ya que esta formidable
y estratégica altura es la que mayor ventaja ofrece para
El 10 de junio,
una vez evacuada por el enemigo la capital del Principado, la división de Vorster
entra en Oviedo. Sin apenas dar descanso a
sus tropas emprende la marcha con dirección al Padrún, en cuyo punto la
División se divide en dos brigadas; una al mando del coronel D. Gregorio Cañedo
Vigil (del Regimiento de Salas) y la otra puesta a las órdenes del sargento mayor
D. Gregorio Piquero Argüelles (del Regimiento de Castropol). Se ignora en cuál
de estas dos brigadas quedó encuadrado el Regimiento de Grado.
El general
Ballesteros, por orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en
jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus
maltrechas fuerzas con el objeto de incorporarlas al citado ejército. En
cumplimiento de esta orden Ballesteros decide establecer el cuartel general en
la villa de Gijón.
Para cumplir con
lo ordenado por el marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de
reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa
orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto
cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se
hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de
Grado, que no aparece relacionado en la orden anterior por encontrarse bajo las
órdenes del general Vorster, se presenta días más tarde en el campamento
divisionario establecido en Contrueces (Gijón), quedando incorporado desde
entonces a la nueva división que el general Ballesteros pretende organizar.
El 1.º de julio,
una vez verificada la reunión de todas las unidades en el campamento de
Contrueces, al tiempo que se acomete una profunda reorganización de los
cuerpos, se somete a los mismos a una intensa instrucción militar. El
Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos de su división, conforme al
Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809[3], queda arreglado bajo el
pie de dos batallones de a 8 compañías.
El 29 de julio,
una vez concluida la reorganización, debidamente pertrechado y uniformado el
Regimiento de Grado abandona el campamento de Gijón y parte hacia Oviedo, y el
1 de agosto, desde esta ciudad, emprende la marcha para el Reino de León con el
total de la división con el objeto de unirse al Ejército de la Izquierda que
manda el marqués de la Romana.
Se acantona en
Otero de las Dueñas (León), ocupándose en continuos ejercicios de instrucción y
desde aquí, a través de Santiago de las Villas, siguiendo el movimiento de la división,
emprende la marcha hacia Santander.
El 24 de agosto
de 1809 el marqués de la Romana dispone la organización definitiva del Ejército
de la Izquierda, cuya 3.ª división deberá quedar constituida, precisamente, por
los regimientos asturianos bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco
Ballesteros.
El 26 de agosto,
junto con los demás cuerpos de la división, cae sobre Cabezón de la Sal y ataca
impetuosamente a un batallón del regimiento 119 francés en la altura del Monte
Cildá, al que hace varios prisioneros y obliga a retirarse en franca derrota.
Tras la acción la división se retira al Valle de Cabuérniga.
D. Antonio
González de la Llana, teniente del Regimiento de Infantería de Grado, con fecha
26 de agosto de 1809 solicita, con informe favorable de sus jefes, el empleo de
capitán. Más tarde, ya con el empleo de capitán, D. Antonio González de la
Llana es designado ayudante mayor del Regimiento de Grado.
El marqués de la Romana cursa orden a Ballesteros para
que, con su división, se concentre en Astorga. En cumplimiento de lo anterior,
la división entra en Astorga en cuyo punto se forman dos columnas con las
compañías de granaderos y cazadores de todos los regimientos que conforman la división,
entre los que, naturalmente, se encuentra el de Grado.
Sale de Astorga
con dirección a la frontera de Portugal, y en un movimiento de flanco por su
izquierda cae sobre Benavente. El 28 de septiembre las columnas de granaderos y
cazadores atacan por sorpresa la guarnición enemiga que defiende la plaza.
Concluida la
operación sobre Benavente sale, a través de Pozuelos, Tavara y Carbajales, para
Zamora, a cuyas inmediaciones llega a las siete de la mañana del día 1.º de octubre. El 2.º batallón del
Regimiento de Grado, junto con los regimientos de Covadonga y Lena, al mando
del coronel D. Juan Drimgold, del Regimiento de Lena, se dirige a las puertas
de Santa Clara y San Torcuato, interceptando al mismo tiempo el camino de Toro.
A las órdenes del brigadier D. José O’Donnell, 2.º en el mando de la división
asturiana, el 1.º batallón del Regimiento de Grado, junto con los regimientos
de Infiesto, Villaviciosa, Candás y Luanco, Castropol, Navarra y Princesa,
forma el cuerpo de reserva. Se sitúa, en columna cerrada, en las alturas de los
molinos de viento con el objeto de atender al camino de Benavente por donde era
previsible que pudiera acercarse algún cuerpo de caballería enemiga.
El día 2 se
octubre se halla en el ataque a la ciudad de Zamora, en donde las compañías de
granaderos y cazadores acometen con denodado ímpetu a las fuerzas francesas que
Tras fracasar la
operación anterior, la división se repliega sobre el pueblo de Almendra para,
una vez repasado el río Esla, llegar al amanecer del día siguiente a Carbajales
y sus alrededores, en donde la división se acantona.
Sale para
Portugal y entra de nuevo en España por el fuerte de la Concepción (Salamanca).
El 19 de octubre
de 1809, en cumplimiento de la orden del marqués de la Romana la división
asturiana se incorpora en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquierda,
mandado ahora por el Duque del Parque[4].
El 23 de
noviembre combate en la acción que tuvo lugar en Carpio, cerca de Medina del
Campo (Valladolid). El Regimiento de Grado, junto con los demás cuerpos de la división,
despliega en el centro. El enemigo, ante el movimiento bien concertado de los
españoles, que marchan con aplomo y precisión admirables, se repliega hasta
cerca de Medina del Campo. Reforzado con caballería, el enemigo se lanza contra
el ala derecha, dejando descubierto el flanco de la división asturiana, que se
vio acometida por los jinetes franceses. El general Ballesteros hace desplegar
entonces los últimos escalones que, con fuego a quemarropa, hace retroceder al
enemigo. Durante el transcurso de la acción resulta muerto el valeroso coronel
del Regimiento de Lena, D. Juan Drimgold.
El 28 de
noviembre se retira a Alba de Tormes, en cuyo punto la división sufre una
general dispersión y escasas bajas. El Regimiento de Grado, junto con los demás
cuerpos dispersos, se reagrupa con su división en Ciudad Rodrigo. Una vez
verificada la reunión de todos los regimientos, parte para los cantones de
Sierra de Gata (Cáceres) y fija el cuartel general en San Martín de Trevejo,
protegiendo los hospitales de campaña allí establecidos después de la epidemia
que asoló a todo el ejército. Aún sin concluir el año, sale de nuevo para
Portugal.
En el estado
general de todos los regimientos y batallones existentes en el Ejército
español, fechado en Sevilla el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como
Regimiento de Grado y continua mandado por el coronel D. José Jove Valdés.
1810
Permanece en
Portugal por espacio de dos meses. Entra de nuevo en España por Badajoz y queda
la división a la expectativa de recibir órdenes del mando.
Después de algunas dificultades, el duque del
Parque resigna el mando del Ejército de la Izquierda y nuevamente se nombra
para el mismo al marqués de la Romana quien, una vez asumido el mando, acomete
una profunda reorganización de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos
a una disciplina más rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas
unidades más compactas y aguerridas.
El 24 de marzo,
hallándose reunida la división de Ballesteros con la primera de Extremadura, se
dispone atacar al enemigo en Santa Olalla. Se forman varias columnas que
deberían salir desde Cala en la misma noche de este día, mientras que otras lo
harían en la madrugada del día 25. Tan pronto empezaron a salir, tuvo que
suspenderse la marcha debido al fuerte
temporal desatado a las dos de
El 15 de abril
interviene en la acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal
Mortier. Retirada a la Sierra de Aracena.
El 26 de mayo
asiste a la sorpresa y ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva).
En los estados
de fuerza de fecha 15 de junio de 1810 correspondientes al Ejército de la
Izquierda de operaciones en Extremadura el Regimiento de Grado, que continúa encuadrado orgánicamente en la 3.ª
división que manda el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, se hallaba dividido
en dos batallones, pero no expresa la fuerza efectiva con que contaba en esos
momentos.
Así, pues, entre
los meses de junio y julio de 1810 la división se reorganiza en Fregenal de la
Sierra (Badajoz), quedando ahora compuesta por sólo cinco regimientos de los
diez que, inicialmente,
Por aplicación
del Reglamento del Consejo de Regencia de 1.º de julio de 1810, todos los
regimientos, incluidos los Provinciales, son declarados “de Línea”[5], bajo el pie de dos
batallones, con proporción a los efectivos disponibles con los que contaba en
esos momentos, conservando todos ellos sus propias denominaciones.
Por Orden del 25
al 26 del Ejército de la Izquierda, fechada en el cuartel general de Badajoz el
23 de julio de 1810, se da a conocer la nueva organización de las divisiones de
él dependientes[6].
Como consecuencia de lo anterior, tal como estaba previsto, el cuadro del
Regimiento de Grado, regresa a Galicia.
Tras la llegada
a Galicia, el cuadro del Regimiento de Grado y los escasos efectivos que lo
componían, queda acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo a la
expectativa del destino que se le pueda dar. En el estado de fuerza fechado en
La Coruña el 22 de agosto de 1810, el Regimiento presenta los efectivos que
refleja el siguiente cuadro:
Regimiento Infantería
de Grado |
Fuerza |
Totales |
Plana Mayor
Coronel Teniente Coronel Sargento Mayor Ayudante Capellanes Cirujano Tambor Mayor Oficiales
Capitanes 1ºs. Capitanes 2ºs. Tenientes Subtenientes Tropa
Sargentos 1ºs. Sargentos 2ºs. Cabos y Tambores
Soldados |
1 1 1 2 2 - 1 2 8 9 13 10 40 32 38 |
8 26 120 |
T O T A L |
154 |
El 28 de agosto
de 1810 el cuadro del Regimiento de Grado, sin actividad alguna, se hallaba
acantonado en la ciudad de Mondoñedo.
Como
consecuencia del deplorable estado que presentan los cuadros asturianos que se
hallan en los distintos cantones de Galicia, entre los que se encuentra el de Grado;
el 12 de septiembre de 1810 la Junta de Asturias, con la aquiescencia del
marqués de la Romana, acuerda señalar los puntos del Principado donde deberán
concentrarse para proceder a su reorganización. Así, el 18 de este mismo mes la
Junta dispone que los cinco cuadros (Grado, Villaviciosa, Candas y Luanco,
Provincial de Oviedo y Covadonga) que llegaron de Extremadura se acantonen en
las localidades de Castropol, Navia, Luarca, Pola de Allande y Pola de Somiedo.
Se ignora cuál de los puntos anteriormente citados le fue el asignado al cuadro
del Regimiento de Grado, aunque todo parece indicar que se hallaba en las
inmediaciones de Pola de Somiedo.
Un mes más
tarde, el 25 de octubre la Junta de Asturias pone de relieve los inconvenientes
que puede causar en las actuales circunstancias el arreglo de los cuerpos
contemplado en el Reglamento del 1.º de julio de 1810 (resultaba imposible la
recluta de efectivos para completar las unidades), por lo que la situación de
los “cuadros” continuó en la misma situación de inactividad.
El ministro de
la Guerra, por orden de 6 de diciembre de 1810, comunica a
Por R. O. de 16
de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas
se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda
(antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6.º Ejército, que comprende a Galicia,
Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos
subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Con motivo de este arreglo,
el cuadro del Regimiento de Infantería de Línea de Grado queda adscrito a la
Subinspección de Asturias.
El brigadier D. Jaime M.ª de
Carvajal informa a la Junta de Asturias de su nombramiento como comandante
general de Reserva y de hallarse al mando de los cuadros de los Regimientos de Grado,
Villaviciosa, Candás y Luanco, Covadonga y Provincial de Oviedo, por lo que
solicita su conformidad para proceder a la reorganización de los mencionados
cuerpos. La Junta, después de agradecerle sus buenos deseos de contribuir a
expulsar al enemigo del suelo patrio, acuerda solicitarle que incluya la comisión
e instrucciones, acompañando, además, un estado de la fuerza disponible, ya que
empeñada como está –se le dice– la provincia en una lucha continua con el
enemigo, es del mayor interés organizar las fuerzas e imbuirlas de la verdadera
disciplina y obediencia para que las acciones de guerra correspondan a la
sagrada obligación en que se hallan constituidos.
D. Bernardo
Alvarez, capitán graduado de teniente coronel del Regimiento de Infantería de Grado,
en atención a su acreditado valor se le encomienda el mando de una partida para
recoger desertores y dispersos de los cuadros de los regimientos de Grado, Covadonga
Villaviciosa, Candás-Luanco y Oviedo con el objeto de reintegrarlos a sus
banderas.
1811
Debido al
lamentable estado que presentaban los cuerpos que componían la guarnición del
Principado de Asturias, debido fundamentalmente al desgaste provocado por la
dura y prolongada campaña, se pone de manifiesto la necesidad perentoria de
acometer una profunda reorganización de los regimientos asturianos, ya que su
eficacia era escasa y su inacción la nota dominante. Con el objeto de darles la
organización conveniente para que sirvan con la utilidad posible; el 28 de
febrero de 1811 el mariscal de campo D. Francisco Xavier Losada, a la sazón comandante
general en 2.º de las Armas del Principado de Asturias, comunica a
Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de
dificultad, parece que, por fin, se resuelve acometer la tan ansiada reforma de
los cuerpos asturianos (es el tercero y definitivo intento que se hace desde el
año 1809), por lo que el 11 de abril de 1811, con la disolución de todas
aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se lleva a
efecto la reorganización de los mismos. Se disuelven 13 regimientos, cuyas
exiguas plantillas se refunden pocos meses después en tres cuerpos de nueva
planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”.
11 oficiales y 6 tambores del extinguido Regimiento de Grado
se integran en el recién constituido Regimiento “2.º de Asturias”, y la mayoría de
los 120 efectivos de tropa con que contaba en esos momentos, se refunden el 14
de abril en el Regimiento “1.º de Asturias”, que por esas fechas se encontraba
en el Depósito de Instrucción de Lugo organizándose.
Uniformes
La uniformidad, propiamente dicha, observada por el
Regimiento de Grado al principio del levantamiento contra el invasor ha
discurrido paralela a la de los demás regimientos asturianos que se crearon en
fecha anterior o posterior a él.
En septiembre de 1808, con motivo de haberse formado la
División asturiana del General Acevedo, parece ser que a los componentes del
Regimiento de Grado le fueron suministradas prendas de vestuario confeccionadas
por artesanos del Principado, cuyo uniforme se componía de casaca o chaqueta
corta de paño pardo[8],
con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba
de tropas ligeras); un pantalón o
calzón, también de paño pardo, y otro de lienzo crudo para el verano; una
chaqueta corta de fatiga, también de lienzo crudo, posiblemente con cuello y
vueltas grana o verde. Como prenda de cabeza, según acuerdo adoptado por la
Junta de Asturias el 19 de octubre de 1808, usaban el gorro de manga o de
cuartel, o bien el sombrero redondo, de los fabricados en el Real Hospicio de
Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes.
La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también
de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para
equipar a los regimientos que se estaban formando por esas fechas para
incorporarse en Vizcaya al Ejército de Galicia.
Tras el descalabro sufrido por
El 17 de julio de 1809 los cuerpos de la nueva división, que
ahora manda el Marical de Campo D. Francisco Ballesteros, reciben en el
campamento de Contrueces (Gijón) nuevo armamento y vestuario, también de
procedencia británica, enviado a los asturianos a través de la Junta de
Sevilla. El vestuario se componía de casaca blanca, cuello y vuelta encarnada,
forro blanco y botón dorado; calzón corto de lo mismo y gorro blanco con vuelta
encarnada. En el botón, parece ser, sólo figura la inscripción “GRADO”.
Recompensas
Entre las
recompensas recibidas por los componentes del Regimiento de Grado, destacan las
siguientes:
Escudo de
Distinción al Valor en Asturias
Creado por
Dicho escudo,
para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente,
consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de
Aunque el
Regimiento de Grado no intervino en ninguna de las acciones antes mencionadas,
sí se había hecho acreedor al mismo por su decidida participación en la batalla
de Espinosa de los Monteros; las acciones de guerra desarrolladas en la línea
del Eo-Navia con
Cruz del Ejército
de la Izquierda
Es como
Por cédula de 10
de junio de 1815 expedida por el teniente general Ballesteros y dirigida al capitán
general D. Joaquín Blake, se aclara que la Cruz instituida por R. O. de 14 de
mayo del mismo año, se concede, además, por
“su valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra
tuvieron en Rioseco, Sornosa [Zornoza],
Guenes [Güeñes]”.
Cruz de
Distinción del Ejército Asturiano
Creada por Real
Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con
que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos
aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los
que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el mariscal
Ney y por los generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su
corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á
quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de
las Reales armas y honor de sus naturales”.
La cruz se
compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un
triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular,
en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo
“Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
Medalla y E. D.
de Medina del Campo
Creada por R.O.
de 2 de julio de 1815 para premiar a las tropas que tomaron parte en esta
gloriosa acción rechazando, batiendo y persiguiendo al Ejército enemigo. Tiene
forma elíptica, esmaltada de blanco, en cuyo centro lleva una corona triunfal
de color verde; alrededor y con letras de amaranto, se inscribe “Al valor Medina del Campo noviembre 23 de
Inicialmente,
existió en formato de Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando
VII, se convirtió en medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que
presenta la medalla, con única la salvedad que el diseño que ha llegado a
nuestras manos dice: “Al valor Medina del
Campo –
[1]
ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del
levantamiento de Asturias en 1808. Edición de Silverio Cañada., Gijón,
1988, en la pág. 187, dice que fueron los Regimientos de Hibernia, Castropol,
Candás y Luanco, Grado, Cangas de Tineo y Provincial de Oviedo. Esto no ha sido
así, ya que el parte rendido por el propio general Acevedo el día
10 de noviembre desde el cuartel general de Espinosa de los Monteros, dice: “… nombré á los de Castropol, Luarca, Candás
y Grado, como que estaban menos fatigados. No pareciendo suficiente número el
de los 4 regimientos, añadí al momento el provincial de Oviedo, y dispuse que
su comandante el brigadier D. Francisco Manglano tomase el mando interino de
toda
[2] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida tras la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado comandante general del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3.ª división del Ejército de la Izquierda.
[3] Este Reglamento fija el pie y la fuerza de los regimientos de nueva creación, tanto de Línea como Ligeros y de Milicias Provinciales, debiendo constar cada unote 2 batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las seis restantes de fusileros. Respecto a la anterior organización, se reduce la plantilla de tambores y pífanos en los batallones y compañías, elevándose a 120 el número de soldados por compañía. Los cuerpos asturianos arreglados conforme a dicho Reglamento nunca llegaron a superar, ya que las disponibilidades de fuerza no lo permitían, el número de plazas fijadas para cada regimiento.
[4] El teniente general D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casona en el concejo de Castropol.
[5] De hecho, algunos regimientos asturianos ya existían organizados en dos batallones desde el 1.º de octubre de 1808, así como por el Reglamento de 23 de enero de 1809.
[6] Diario de La Coruña, nº 230, de 18 de agosto de 1810.
[7] AHA, libro 129, pág. 27 vtª.
[8] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.
[9] Este
mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del
uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares,
al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y
colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que
el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo
exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o
blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo
ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del
uniforme del cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato
de un teniente coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la
condecoración en la manga izquierda de