www.arhca.esREGIMIENTO INFANTERIA DE GRADO (1808-1811)

 

 

 

ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN

 

            Creado y aprobado en la ciudad de Oviedo el 20 de junio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de Grado, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. José Jove Valdés, caballerizo de S. M.

 

            Para la formación del Regimiento de Grado se dispuso de un gran número de voluntarios procedentes del concejo que ha dado nombre a la unidad; otros lo eran de concejos, cotos y jurisdicciones limítrofes y, por último, de los efectivos de las dos compañías que constituían el medio batallón denominado Cazadores de Montaña, creado en la misma fecha que el de Grado. Una vez formadas y completadas las respectivas compañías, recibe la orgánica como regimiento y se constituye como tal  según quedó establecido por dictamen presentado en la Junta Suprema de Asturias el 2 de junio de 1808 para la formación de los 20 regimientos, cuya estructura de organización se inspiraba en el viejo modelo del Regimiento Provincial de Oviedo. Por lo tanto, dicha orgánica quedó establecida en:

 

PLANA MAYOR

-         Coronel……………………………… D. José Jove Valdés

-         Sargento Mayor …………………….  Se desconoce

-         Ayudante 1º ………………………… Idem.

-         Ayudante 2º ………………………… Idem.

-         Abanderado ………………………… Idem.

-         Capellán ………………………….…  Idem.

-         Cirujano……………………………..  Idem.

-         Armero ……………………………..  Idem.

-         Tambor Mayor ……………………..  Idem.

 

            El cuadro del Batallón de Grado, formado por la Plana Mayor y la oficialidad, se hallaba incompleto. Los efectivos que componían las respectivas compañías que constituían el batallón, también incompleto de sargentos, cabos y soldados, son los que aparecen reflejados en el estado de fuerza siguiente:

 

CÍAS.

Sargentos

Tambores

Cabos

Soldados

Fuerza total

  

  1

-

2

 35

 38

 

  1

-

2

 36

 39

 

  2

-

1

  30

 33

 

  2

-

2

  36

 40

 

  1

-

2

  34

 37

 

  2

-

2

  35

 39

 

  2

-

2

  37

 41

 

  2

-

1

  41

 44

 

  2

-

1

  35

 38

10ª

  2

-

2

 30

 34

Total

17

-

17

349

383

            Nombres o denominaciones que ha tenido desde su creación.

 

-         1808. Regimiento de Infantería de Grado

-         1808. Regimiento de Infantería de Línea de Grado.

 

 

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            El 28 de julio de 1808 el Regimiento de Grado se hallaba acantonado en Bezanes, concejo de Caso, perfeccionándose en la instrucción y en el manejo del arma.

 

            Con ocasión de la reunión mantenida por los generales Blake y Acevedo en León el 22 de agosto de 1808 para concertar órdenes relativas al auxilio que Asturias debería prestar al ejército de Galicia; el día 29 de este mismo mes el general Acevedo informa a Blake que ha circulado orden para que las tropas asturianas, entre las que naturalmente se encuentra el Regimiento de Grado, se concentren en Llanes para verificar en dicho punto la organización de una división para ponerla a disposición del entonces denominado Ejército de Galicia.  

 

            Como consecuencia de la orden anterior, en el mes septiembre de 1808 por disposición del general Acevedo las dos compañías que constituían el medio Batallón de Cazadores de Montaña se refunden en el Regimiento de Grado. En este mismo mes de septiembre el Regimiento de Grado queda incorporado a la recién constituida División expedicionaria asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D. Vicente María de Acevedo cuya división, tal como se había concertado, debería incorporarse al Ejército, también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª división del expresado ejército al mando del teniente general D. Joaquín Blake y Joyes.

 

            El 22 de setiembre el brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la división, en presencia de los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor general de la misma–, pasa la primera revista de inspección a los regimientos de la división, entre los que se encontraba el de Grado que, desde ese preciso momento, queda encuadrado, junto con los de Castropol, Villaviciosa, Luarca y Candás-Luanco, en la 1.ª brigada que manda el jefe de escuadra (brigadier) de la Armada, D. Cayetano Valdés y Flórez.

 

            El 25 de septiembre la totalidad de los regimientos destinados a constituir la 3.ª División ya se encuentran acantonados en Llanes, en cuya localidad queda establecido el cuartel general divisionario. Este mismo día, el general Acevedo eleva a la Junta Suprema de Asturias un “Plan de reforma de los regimientos” para poner a los cuerpos de la división de su mando bajo el pie de igualdad a los de Línea del ejército al que pronto iban a unirse, para que en las maniobras no resulten los atrasos y pérdidas de tiempo que entorpecerían y perjudicarían notablemente el buen éxito de las operaciones.   

 

            Aprobado el plan anterior, el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos divisionarios, experimenta una profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra, quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de Granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible y maniobrera. La nueva orgánica del Regimiento de Grado, según el “Plan de reforma” propuesto por su general en jefe, es la que refleja el cuadro siguiente:

 

 

 

PRIMER BATALLÓN

SEGUNDO BATALLÓN

P  L A N A    M A Y O R

             - Coronel

             - Sargento Mayor

             - Primer Ayudante

             - Abanderado

             - Capellán

             - Armero

             - Cirujano

             - Tambor Mayor

             - 6 Pífanos

             - Tambor de Órdenes  

P  L A N A    M A Y O R

               - Teniente Coronel

               - 2 Ayudantes

               - Abanderado

               - Capellán

               - Cirujano

               - Armero

               - Tambor Mayor

               - 6 Pífanos

               - Tambor de Órdenes

 

C  O  M  P  A  Ñ  Í  A  S

Cada Compañía compuesta por:

                         Oficiales                                                Tropa

      -   1 Capitán                                        -   1 Sargento 1º...........}

      -   1 Primer Teniente                           -   4 Sargentos 2ºs.…..}      

      -   1 Segundo Teniente                        -   8 Cabos 1ºs.............}  Total tropa: 100 hombres

      -   1 Subteniente                                  -   8 Cabos 2ºs…….....}

                                                                  -   2 Tambores.............}

                                                                         - 77 Soldados..............}                           

 

                       

 

            El 29 de septiembre de de 1808 el Regimiento de Grado, una vez arreglado bajo el pie de dos batallones, de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–, emprende la marcha hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11 de octubre. En el estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen el Ejército expedicionario asturiano, circunstanciado por el general Llano Ponte, mayor general de la división, en el cuartel general de Quincoces el 12 de octubre de 1808, el Regimiento de Grado presenta un total de 26 jefes y oficiales y 774 individuos de tropa. 

 

            El 16 de Octubre las tropas expedicionarias de Asturias, después de pasar la revista de Comisario reglamentaria, se refunden en el Ejército de Galicia constituyendo, como estaba previsto, la 3.ª división del mencionado ejército. 

 

            Una vez concertado el despliegue de las unidades, el general en jefe del Ejército de Galicia dispone que el Regimiento de Grado, que se encontraba acantonado en Medina de Pomar, pase a ocupar Traspaderne y sus inmediaciones a las órdenes del mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós.

 

            El día 19 de octubre el Regimiento de Grado sale de Traspaderne con dirección a su nuevo destino, fijado en el perímetro de una legua de las inmediaciones del cuartel general de Quincoces. Días más tarde, en la noche del día 23 de octubre el General Acevedo recibe orden de trasladarse a Respaldiza, cuya marcha verifica en la mañana del día siguiente llevando consigo al Regimiento de Grado y los restantes cuerpos de su misma brigada.

 

            El día 26 del mismo mes el general Acevedo se traslada a Orozco llevando consigo a los regimientos de la 1.ª brigada, entre los que, naturalmente, se encuentra el de Grado, en donde queda a las órdenes del brigadier, marqués de Malaspina, con el objeto de observar las avanzadas de Murguía y los movimientos que pueda hacer el enemigo contra la villa de Orduña.  

 

            En el estado de organización y fuerza disponible del Ejército de la Izquierda, de fecha 31 de octubre de 1808, el Regimiento de Grado presenta los mismos efectivos reflejados en el estado de fuerza anterior. Según este estado, el regimiento sigue encuadrado en la 1.ª brigada que manda el brigadier D. Cayetano Valdés y Flórez, ahora destacada en Villaro.

 

            Después de los ataques de Durango y Villaro, en la noche del 1º de noviembre de retira a Villaro, continuando la marcha al día siguiente. En la mañana del 3 de noviembre el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos de la 1.ª brigada, se halla en el ataque de Menagaray, viéndose seriamente comprometidas las fuerzas de caer prisioneras del enemigo, si no fuera por la afortunada intervención de los otros cuerpos asturianos que componían la 2.ª brigada mandada por el general Bernaldo de Quirós que acudió en su auxilio.  

 

            El 7 de noviembre el general en jefe del Ejército de la Izquierda dispone que la 4.ª división situada en las alturas de Valmaseda pasase a Sopuerta y que ésta fuese reemplazada por cuatro regimientos asturianos[1], por lo que el general Acevedo destina para este cometido a los de Grado, Castropol, Candás-Luanco y Luarca, a cuyos cuerpos, más tarde, se suma el Provincial de Oviedo. El mando interino de toda la posición recae en el brigadier D. Francisco Manglano, comandante del Regimiento de Oviedo. En la mañana del día 8, ante el riesgo inminente de un ataque enemigo para recuperar la posición de Valmaseda, el brigadier Valdés solicita al general en jefe el envío de refuerzos, destinando para este cometido, justo en el preciso momento en que comenzaba el ataque enemigo, al Regimiento Hibernia-Asturiano, así como varios voluntarios y tiradores de Galicia. Considerando que, a pesar de los refuerzos, la defensa de la posición no se podía sostener por mucho tiempo, se dispone la retirada ordenada,  repliegue que es sostenido sin el menor contratiempo por dos compañías del valeroso Regimiento de Cangas de Tineo, hasta que el último hombre pudo abandonar la villa atacada, a pesar de estar expuestos a un intenso fuego enemigo. 

 

            Emprendida la retirada por el camino de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las tropas del Ejército de la Izquierda a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera efectuar el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado combate en el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes de hicieron prodigios de valor, fue rechazado el enemigo. Por la tarde el general Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible distinguir cualquier objeto. Entre las tropas asturianas se producen, sin embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.

 

            Al día siguiente, resuelto el enemigo a concluir la acción emprendida el día anterior, decide acometer el ala izquierda y se lanza al ataque directamente. Cae muerto el general Quirós, resultando heridos de importancia los generales Acevedo y Valdés, así como el coronel del Regimiento de Cangas de Tineo y los tenientes coroneles de los de Lena y Provincial de Oviedo. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el inesperado movimiento del enemigo y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce el desorden general y la completa dispersión. En la acción resultan heridos también varios oficiales y soldados de los demás cuerpos asturianos, entre los que, por supuesto, se encuentra un número importante de componentes del Regimiento de Grado.

 

            No obstante lo anterior, el Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos que intervinieron en la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.

 

            Derrumbadas las tropas asturianas, algunas optan por tomar el camino de Santander con dirección a Aguilar de Campoó. Entre los heridos, transportado en una carreta, iba el general Acevedo a quien, por temor a que se produjera un ataque del enemigo que los perseguía, se tomó la decisión de sacarle del carruaje y montarle en un mulo para evitar que así cayera prisionero. Cuando ya se creían a salvo, en el pueblo de Quintanillas, cerca de Aguilar, sorprendentemente son interceptados por cazadores de del cuerpo que mandaba el coronel Tascher quienes, sin atender que el Acevedo es un Capitán General herido en campaña y que como tal se le debe considerar prisionero de guerra, con el mayor desprecio a las reglas de la guerra, le asesinan del modo más vil y sanguinario.

  

            Puestos en ordenada retirada con dirección al Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores, los maltrechos regimientos asturianos son interceptados en las proximidades de la villa de Comillas por la vanguardia enemiga, que traba combate con el Regimiento de Cangas de Tineo, que es el encargado de cubrir la retirada, cuyo cuerpo se llena de gloria por la serenidad y denuedo demostrado en el ataque, tras el cual regresa en triunfo a Comillas.

 

            Reforzado el enemigo con tropas de infantería, caballería y artillería, el General Soult se revuelve contra Comillas con el objeto de aniquilar definitivamente las escasas tropas asturianas que aún quedaban por la zona, por lo que el 19 de noviembre de 1808, ante la superioridad numérica del enemigo, el general Llano Ponte decide replegarse sobre San Vicente de la Barquera por ofrecer esta plaza una privilegiada situación estratégica para establecer allí la defensa y poder contener al enemigo mientras se esperaran los refuerzos que pudieran llegar desde Asturias. Desgraciadamente, el plan concertado no resultó, ya que se cometió el inmenso error táctico de sostener el puente de San Vicente, situado a espaldas de las tropas propias, lo que deja a éstas en una situación muy comprometida, lo que provocó que el Regimiento de Covadonga, que llegaba de refresco, fuese acometido impetuosamente por la artillería y caballería, causando el pánico y la dispersión entre las fuerzas que lo componían, contagio que cundió en los demás cuerpos que ocupaban la plaza, quedando así expedito el paso del puente para la progresión de las tropas  enemigas. En ese momento comenzaba a bajamar, lo que permitió a la infantería y caballería enemiga arrojarse a la ría y flanquear la derecha de las tropas española. La acción duró una hora, al término de la cual los cuerpos asturianos, deciden replegarse sobre Colombres.

 

            Siguiendo la retirada general, siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 las fuerzas asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano Ponte decide establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por temor de ser atacado al día siguiente.            

 

            En el mes de diciembre, debido a los fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte, la Junta Suprema de Asturias decide relevarle del mando, por lo que designa al mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[2] para reorganizar las maltrechas unidades, poniendo a sus órdenes algunos de los regimientos de nueva planta que aún no habían salido a campaña. A tal fin, el general Ballesteros sale para Llanes, a cuya villa llega el 4 de diciembre al frente de 400 hombres del los regimientos de Covadonga y Fernando VII, consiguiendo en pocos días reunir en la villa de Colombres a los dispersos de los cuerpos asturianos, entre los que se encontraban los hombres del Regimiento de Grado, a los que acantona en la citada localidad

 

            En el estado general de los cuerpos asturianos, remitido a la Inspección del Ejército por el capitán general de la provincia y datado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Grado, que continúa formado por dos batallones, presenta una plantilla regimental formada por 3 jefes, 30 oficiales y 385 plazas de fusil. Sólo en dos meses, el Regimiento de Grado experimenta, entre muertos, heridos y dispersos en su mayoría, la perdida de 389 hombres respecto a la plantilla que presentó en Quincoces de Yuso el 12 de octubre último. El armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de instrucción se consideraba mediano.     

 

1809

 

            Dueño del enemigo de las provincias de Santander, León y Galicia, y expuesto el Principado a ser invadido, la Junta Suprema de Asturias, además de la línea de Colombres, dispone establecer otras dos más; una en Pajares y la otra en el río Eo, nombrando para el mando de esta última al teniente general D. José Vorster. A tal fin, se da la orden pertinente para que los regimientos de Grado, Lena, Salas, Llanes, Pravia, Fernando VII, Navarra y medio batallón del 2º de Voluntarios de Cataluña, éste reforzado con dos compañías del Regimiento de Castropol que se le agregaron, regularmente vestidos y equipados, se pongan en marcha hacía su nuevo destino en la raya de Galicia.

 

            La línea del Eo comenzaba en Castropol (Oviedo) y se extendía a lo largo del curso del río del mismo nombre hasta la Ribera de Piquín, concejo de Burón (Lugo).

 

            El 16 de enero de 1809 la Junta Suprema de Asturias ordena se haga marchar al Regimiento de Grado para que, siguiendo a los de Pravia, Salas y Lena, avance a los límites de Galicia. Se dispone se le equipe con los medios necesarios para salir a campaña.

 

            El 22 de enero de 1809 el teniente D. Antonio González de la Llana figura como ayudante del Regimiento de Grado.  

 

            En comunicación reservada, fechada en Navia el 26 de enero de 1809, el general Vorster pone en conocimiento del capitán general del Principado la llegada a esta villa del Regimiento de Grado. 

 

            A finales del mes de enero la 5.ª división de Vorster ya se encontraba desplegada sobre la línea del Eo. En este tiempo Vorster no tenía cuartel general fijo, ya que unas veces se mantenía en la Vega de Ribadeo (actual Vegadeo) y otras en Vilaboa de Miranda, término municipal de Villaodrid (antigua provincia de Mondoñedo, hoy integrada en la de Lugo).

 

            El 24 de enero de 1809 las fuerzas enemigas al mando del general Fournier, que ya se encontraban sobre Mondoñedo, ante el temor de que el paisanaje gallego se haga fuerte por la cercana presencia de las fuerzas de Vorster, son reforzadas con dos batallones llegados ex profeso de El Ferrol cuyo mando, a partir de ahora, lo asume el general Maurice Mathieu, quien al día siguiente se desplaza a Ribadeo con un destacamento de 150 hombres.

           

            El 1.º de febrero el General Vorster, con el objeto de anunciar su presencia en la zona, desde la batería de San Román (Figueras) hace un fuerte y asombroso fuego de artillería sobre la villa de Ribadeo. El día 2 Vorster, al frente de sus  fuerzas, entre las que, naturalmente, se encontraba el Regimiento de Grado, cruza en barcas la ría del Eo y se presenta en Ribadeo. Nada más efectuar el desembarco se posesiona del Ayuntamiento y obliga a la Corporación a reconocer a Fernando VII, consistiendo que sus soldados y paisanos armados con chuzos y escopetas que con ellos llegaron (decían que “venían a comer a los franceses”), asaltasen el Castillo de San Damián, poniendo fuego a su polvorín y arrojando a la mar  los cañones. Este mismo día el general Vorster pone de manifiesto la falta de oficiales que experimenta el Regimiento de Grado por lo que considera urgente el pronto reemplazo. En este mes el regimiento aparece mandado por el teniente coronel, graduado de coronel, D. Diego Clark. El sargento mayor es D. Juan de Cándano.

 

            El 3 de febrero de 1809 el general Vorster dispone que la mitad del Regimiento de Grado, al mando del sargento mayor, D. Juan de Cándano, parta desde La Vega de Ribadeo, por Porto, con dirección a Ribadeo con el objeto de cortar la retirada del enemigo, mientras que el coronel D. Diego Clark, con el resto de la fuerza, debería atacarlo por tres frentes al mismo tiempo para obligarle a rendirse. 

 

 

            Tras la toma de Ribadeo las tropas de Vorster continúan su marcha hacia Mondoñedo, con el propósito de sorprender a la guarnición francesa allí establecida. Se hace correr el bulo de que una división de infantería perfectamente armada y equipada (que creían ser inglesa) se encuentra próxima a Mondoñedo, lo que provoca el pánico entre la escasa guarnición francesa que ocupaba dicha ciudad.

 

            Los dos mil hombres que componían la 5.ª división del teniente general Vorster, después de sorprender las avanzadas enemigas, se posesiona de la ciudad, pero Vorster, por sus mal concertadas órdenes, y el Coronel Linares por no atender cumplidamente al punto que guarnecía, dejaron retirarse a la sorprendida guarnición francesa sin sufrir el menor hostigamiento. Rehecho el enemigo, a la mañana del día siguiente decide atacar y desalojar a la división española de Mondoñedo, siendo los Voluntarios de Cataluña los que más tesón y resistencia ofrecieron a su desalojo, que terminaron por ceder y ponerse en franca retirada, circunstancia aprovechada por Mathieu para invadir tres días después el Principado por el punto de San Tirso de Abres, dirigiéndose acto seguido a la Vega de Ribadeo, en cuya villa entra a altas horas de la noche, alcanzando más tarde el Navia. El general Vorster en lugar de procurar contener cuanto menos al enemigo, ya que contaba con superioridad numérica, se aleja del teatro de operaciones atravesando por Meredo y Piantón con dirección a Boal.

 

            Tras la precipitada huida de Vorster, el 5 de febrero los franceses vuelven a ocupar la importante villa de Ribadeo.

 

            El 5 de febrero de 1809, ante la manifiesta necesidad de cubrir los puertos de la Mesa, Somiedo y Ventana, la Junta dispone los verifiquen tres compañías del Regimiento de Grado a las ordenes de D. Angel Vigil, gobernador militar de Siero. El día 22 de este mismo mes, las tres compañías del regimiento aparecen encuadradas en la 4.ª división (brigadier Trelles), acantonada en el Puerto de la Mesa, mientras que el resto del cuerpo lo está en la 5.ª División (General Vorster), situada en la línea del Eo-Navia.

 

            El 24 de marzo de 1809 el Regimiento de Grado se hallaba en Castropol y el   día 26, por disposición del general Vorster, emprende la marcha con dirección a Fonsagrada, en cuyo punto se acantona.

 

            El 26 de marzo de 1809 un contingente formado por 150 soldados del Regimiento de Grado, al mando del teniente D. José Menéndez se halla acantonado en Barrios de Luna (León) a las órdenes del capitán de Artillería D. Juan Naredo. Poco después, 60 hombres del Regimiento de Grado y varios paisanos voluntarios, al mando del capitán de artillería, D, Juan Naredo, salen de su cantón para atacar el destacamento francés que se hallaba en La Robla, obligándole a retroceder hasta la Venta de la Tuerta, en cuyo punto se aposta. Los hombres de Grado ocupan los puntos dominantes para la defensa, en donde se mantienen en espera del enemigo hasta las ocho de la mañana del domingo de Ramos, pero el enemigo en lugar de atacar se retira hacia León sin presentar batalla.

 

            El 30 de marzo de 1809 las tres compañías del Regimiento de Grado encuadradas en la 4.ª división del brigadier D. José Gabriel Trelles, se encuentran destacadas en la parroquia de Vigaña de Salcedo y los 150 hombres, al mando del capitán D. Juan Naredo, en Barrios de Luna.

            El 2 de abril de 1809 se da orden para que las tres compañías del Regimiento de Grado que se encuentran repartidas en Vigaña y Barrios de Luna pasen inmediatamente a reagruparse en su respectivo cuerpo.

           

            El 7 de abril de 1809 continuaba ejerciendo el mando del Regimiento de Grado el coronel D. Diego Clark y como sargento mayor D. Juan de Cándano.

 

            El 19 de mayo, mientras las tropas del general Vorster se encuentran “perdidas” por las montañas de la divisoria  de Asturias y Galicia, el mariscal Ney procedente de Galicia, después de desbaratar la inconsistente defensa establecida en el puente de Peñaflor el día anterior, ocupa la capital del Principado.

 

            Mientras ocurrían estas cosas, el general Ballesteros enterado de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del Mariscal Ney, recibe el encargo del marqués de La Romana para que “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” y pone a sus órdenes el Regimiento de la Princesa que manda el coronel D. José O’Donnell. En cumplimiento de la orden anterior, Ballesteros decide abandonar la línea de Colombres y efectuar el repliegue sobre Cangas de Onís, al tiempo que dispone que la reunión de las tropas se verifique en el Infiesto, a cuyo punto se dirige con todo su cuartel general para recibirlas. Una vez concentradas las fuerzas en Infiesto, entre cuyas fuerzas no se encuentran aquellos regimientos que formaron la línea del río Eo bajo el mando del general Vorster, Ballesteros intenta organizar los regimientos que deberán actuar bajo su mando.         .

 

            Por fin Vorster da señales de vida y se presenta en Salas, en cuya villa establece el cuartel general. Se queda con los regimientos de Fernando VII, Llanes y Navarra, mientras que el Regimiento de Grado, junto con los de Pravia, Lena, y 2.º de Voluntarios de Cataluña (reforzado con dos compañías del Regimiento de Castropol que se le agregaron) queda a las órdenes del brigadier D. Pedro de la Bárcena, moviéndose por los pueblos situados a la margen derecha del río Narcea.

 

            El 2 de junio de 1809 el Regimiento de Grado, junto con los de Pravia, Lena, Salas y 2.º de Voluntarios de Cataluña, al mando del brigadier D. Pedro de la Bárcena, ocupa posiciones en la pendiente que media entre Leiguarda y San Martín de Miranda, a la izquierda del río Pigüeña. El brigadier Bárcena, que teme ser atacado por el frente y flanco izquierdo, decide escalonar las tropas con el objeto de poder replegarse a través de las cumbres de la Brueba que tiene a su retaguardia. La vanguardia, compuesta por el Regimiento de Grado, los de Salas y Voluntarios de Cataluña, permanece en Menes para emprender, con los demás cuerpos de la división, el movimiento retrógrado pero, justo en ese momento, aparece por las Vegas de San Cristóbal la vanguardia francesa al mando de Barthelemy. Las guerrillas del Regimiento de Grado consiguen detener, con fuego certero, a las primeras avanzadas enemigas. Barthelemy reúne a sus hombres e intenta forzar el paso del puente y alejar las guerrillas al otro lado apostadas, momento que es aprovechado por Bárcena para ordenar a los cuerpos de retaguardia que salgan a reforzar las guerrillas y se sitúen en el punto por ellas ocupado. Dos compañías de granaderos del Regimiento de Grado; el Regimiento de Salas al mando del teniente coronel D. Pablo de Mier; otras dos compañías del de Lena mandadas por su sargento mayor y otra compañía del Pravia, son las fuerzas encargadas de situarse en el punto designado al efecto. Una vez roto el fuego, a medida que el enemigo se apresura a ganar la orilla, el tiroteo se hace más intenso, lo que le obliga, tras hora y media de duro combate, a repasar el puente y a atrincherarse en las casas próximas. Reagrupado el enemigo, hace un segundo intento de conquistar la posición española, pero son nuevamente rechazados por la tenaz resistencia que ofrecen las fuerzas defensoras. Concluida  la acción, las fuerzas antes mencionadas se repliegan sobre Leiguarda, acampando acto seguido en Las Estacas.

 

            Tras un descanso de dos días, el Regimiento de Grado, junto con los demás cuerpos que continúan bajo las órdenes del brigadier Bárcena, se dirige al concejo de Teverga con el objeto de recibir instrucciones de Vorster para caer sobre Grado. En vista de que éstas no llegan, Bárcena toma la iniciativa y emprende la marcha hacia Linares de Proaza, en cuyo punto permanece por espacio de dos días sin recibir comunicación alguna de Vorster. En vista de ello Bárcena, en conferencia con los jefes y oficiales de su división, ordena marchar sobre Grado. En aproximación a Sama de Grado, la vanguardia de la división toma contacto con una compañía de descubierta de la guarnición francesa de Grado contra la que cargan, consiguiendo librarse ésta de ser envuelta y hecha prisionera. Puesta en retirada, el intercambio de disparos entre unos y otros conforme se van acercando a la villa de Grado, pone en alerta a su guarnición. El 2.º de Voluntarios de Cataluña que iba en vanguardia al mando de su Coronel, asoma a la altura de La Mata, mientras que el Regimiento de Grado, a marchas forzadas, se dirige por la derecha a San Martín de Gurullés para confluir en Peñaflor con los Voluntarios de Cataluña que, desgraciadamente, no llegan a tiempo, lo que propicia que el enemigo franquee el puente sobre el río Nalón sin ser molestado. El resto de los cuerpos de la división se encamina a Grado, en donde esperan hallar cierta resistencia por parte de las fuerzas francesas que guarnecen la villa, lo que no ocurre por haber cundido el pánico entre el enemigo y su posterior dispersión.

 

            El día 6 de junio la división de Bárcena al completo se halla concentrada en Grado, en cuyo punto, sorprendentemente, se recibe la noticia de que fuerzas del general Kellerman, que se encuentra en Oviedo, se aproximan con la intención de atacarla; por razones de seguridad se retira a las alturas de El Fresno (punto dominante sobre el camino real de Galicia y a La Mesa), ya que esta formidable y estratégica altura es la que mayor ventaja ofrece para la defensa. En realidad se trataba sólo de un batallón que veía a reforzar la guarnición de Grado que, después de recoger a los dispersos fugados de la villa, regresa de nuevo a Oviedo. Al día siguiente los hombres al mando de Bárcena regresan a Grado, a donde también llega el general Vorster, quien vuelve a reasumir el mando en jefe de la división.

 

            El 10 de junio, una vez evacuada por el enemigo la capital del Principado, la división de Vorster entra en Oviedo. Sin apenas dar descanso a  sus tropas emprende la marcha con dirección al Padrún, en cuyo punto la División se divide en dos brigadas; una al mando del coronel D. Gregorio Cañedo Vigil (del Regimiento de Salas) y la otra puesta a las órdenes del sargento mayor D. Gregorio Piquero Argüelles (del Regimiento de Castropol). Se ignora en cuál de estas dos brigadas quedó encuadrado el Regimiento de Grado.  

           

            El general Ballesteros, por orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas con el objeto de incorporarlas al citado ejército. En cumplimiento de esta orden Ballesteros decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón.

           

            Para cumplir con lo ordenado por el marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de Grado, que no aparece relacionado en la orden anterior por encontrarse bajo las órdenes del general Vorster, se presenta días más tarde en el campamento divisionario establecido en Contrueces (Gijón), quedando incorporado desde entonces a la nueva división que el general Ballesteros pretende organizar.

 

            El 1.º de julio, una vez verificada la reunión de todas las unidades en el campamento de Contrueces, al tiempo que se acomete una profunda reorganización de los cuerpos, se somete a los mismos a una intensa instrucción militar. El Regimiento de Grado, al igual que los demás cuerpos de su división, conforme al Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809[3], queda arreglado bajo el pie de dos batallones de a 8 compañías.

 

            El 29 de julio, una vez concluida la reorganización, debidamente pertrechado y uniformado el Regimiento de Grado abandona el campamento de Gijón y parte hacia Oviedo, y el 1 de agosto, desde esta ciudad, emprende la marcha para el Reino de León con el total de la división con el objeto de unirse al Ejército de la Izquierda que manda el marqués de la Romana.

 

            Se acantona en Otero de las Dueñas (León), ocupándose en continuos ejercicios de instrucción y desde aquí, a través de Santiago de las Villas, siguiendo el movimiento de la división, emprende la marcha hacia Santander.

 

            El 24 de agosto de 1809 el marqués de la Romana dispone la organización definitiva del Ejército de la Izquierda, cuya 3.ª división deberá quedar constituida, precisamente, por los regimientos asturianos bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros.   

 

            El 26 de agosto, junto con los demás cuerpos de la división, cae sobre Cabezón de la Sal y ataca impetuosamente a un batallón del regimiento 119 francés en la altura del Monte Cildá, al que hace varios prisioneros y obliga a retirarse en franca derrota. Tras la acción la división se retira al Valle de Cabuérniga. 

 

            D. Antonio González de la Llana, teniente del Regimiento de Infantería de Grado, con fecha 26 de agosto de 1809 solicita, con informe favorable de sus jefes, el empleo de capitán. Más tarde, ya con el empleo de capitán, D. Antonio González de la Llana es designado ayudante mayor del Regimiento de Grado.

 

            El marqués de la Romana cursa orden a Ballesteros para que, con su división, se concentre en Astorga. En cumplimiento de lo anterior, la división entra en Astorga en cuyo punto se forman dos columnas con las compañías de granaderos y cazadores de todos los regimientos que conforman la división, entre los que, naturalmente, se encuentra el de Grado.

 

            Sale de Astorga con dirección a la frontera de Portugal, y en un movimiento de flanco por su izquierda cae sobre Benavente. El 28 de septiembre las columnas de granaderos y cazadores atacan por sorpresa la guarnición enemiga que defiende la plaza.

 

            Concluida la operación sobre Benavente sale, a través de Pozuelos, Tavara y Carbajales, para Zamora, a cuyas inmediaciones llega a las siete de la mañana  del día 1.º de octubre. El 2.º batallón del Regimiento de Grado, junto con los regimientos de Covadonga y Lena, al mando del coronel D. Juan Drimgold, del Regimiento de Lena, se dirige a las puertas de Santa Clara y San Torcuato, interceptando al mismo tiempo el camino de Toro. A las órdenes del brigadier D. José O’Donnell, 2.º en el mando de la división asturiana, el 1.º batallón del Regimiento de Grado, junto con los regimientos de Infiesto, Villaviciosa, Candás y Luanco, Castropol, Navarra y Princesa, forma el cuerpo de reserva. Se sitúa, en columna cerrada, en las alturas de los molinos de viento con el objeto de atender al camino de Benavente por donde era previsible que pudiera acercarse algún cuerpo de caballería enemiga.     

 

            El día 2 se octubre se halla en el ataque a la ciudad de Zamora, en donde las compañías de granaderos y cazadores acometen con denodado ímpetu a las fuerzas francesas que la defendían. El 1.º batallón de Grado, junto con los otros cuerpos al mando del coronel Drimgold, se apodera del convento de Las Descalzas incomodando al enemigo desde las ventanas del edificio, e intenta forzar la puerta de Santa Clara, lo que no se consigue por haber redoblado el enemigo la defensa.

 

            Tras fracasar la operación anterior, la división se repliega sobre el pueblo de Almendra para, una vez repasado el río Esla, llegar al amanecer del día siguiente a Carbajales y sus alrededores, en donde la división se acantona.

 

            Sale para Portugal y entra de nuevo en España por el fuerte de la Concepción (Salamanca).

 

            El 19 de octubre de 1809, en cumplimiento de la orden del marqués de la Romana la división asturiana se incorpora en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquierda, mandado ahora por el Duque del Parque[4].

 

            El 23 de noviembre combate en la acción que tuvo lugar en Carpio, cerca de Medina del Campo (Valladolid). El Regimiento de Grado, junto con los demás cuerpos de la división, despliega en el centro. El enemigo, ante el movimiento bien concertado de los españoles, que marchan con aplomo y precisión admirables, se repliega hasta cerca de Medina del Campo. Reforzado con caballería, el enemigo se lanza contra el ala derecha, dejando descubierto el flanco de la división asturiana, que se vio acometida por los jinetes franceses. El general Ballesteros hace desplegar entonces los últimos escalones que, con fuego a quemarropa, hace retroceder al enemigo. Durante el transcurso de la acción resulta muerto el valeroso coronel del Regimiento de Lena, D. Juan Drimgold.

 

            El 28 de noviembre se retira a Alba de Tormes, en cuyo punto la división sufre una general dispersión y escasas bajas. El Regimiento de Grado, junto con los demás cuerpos dispersos, se reagrupa con su división en Ciudad Rodrigo. Una vez verificada la reunión de todos los regimientos, parte para los cantones de Sierra de Gata (Cáceres) y fija el cuartel general en San Martín de Trevejo, protegiendo los hospitales de campaña allí establecidos después de la epidemia que asoló a todo el ejército. Aún sin concluir el año, sale de nuevo para Portugal.

 

            En el estado general de todos los regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Grado y continua mandado por el coronel D. José Jove Valdés.

 

1810

 

            Permanece en Portugal por espacio de dos meses. Entra de nuevo en España por Badajoz y queda la división a la expectativa de recibir órdenes del mando.

 

              Después de algunas dificultades, el duque del Parque resigna el mando del Ejército de la Izquierda y nuevamente se nombra para el mismo al marqués de la Romana quien, una vez asumido el mando, acomete una profunda reorganización de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos a una disciplina más rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas unidades más compactas y aguerridas.

 

            El 24 de marzo, hallándose reunida la división de Ballesteros con la primera de Extremadura, se dispone atacar al enemigo en Santa Olalla. Se forman varias columnas que deberían salir desde Cala en la misma noche de este día, mientras que otras lo harían en la madrugada del día 25. Tan pronto empezaron a salir, tuvo que suspenderse la  marcha debido al fuerte temporal desatado a las dos de la madrugada. A las ocho aclaró un poco y la columna pudo ponerse en movimiento con dirección a Santa Olalla, a cuyo punto llega a las dos y media, siendo informado allí que los franceses habían salido para el Ronquillo a las siete. Con el objeto de incomodar al enemigo, aquella misma noche se despachan guerrillas al Ronquillo, mientras que los demás cuerpos de la División, entre los que se encuentra el Regimiento de Grado, se adelantan hasta dos leguas del citado pueblo. Las  tres guerrillas al mando del sargento mayor del Regimiento de Covadonga, D. Felipe Villamil, unidas al sargento mayor del Regimiento de Lena, D. Jaime Butler, que también se adelantó con su regimiento, rompen el fuego a las diez de la noche, el cual duró sin interrupción hasta la llegada del resto de la división, verificada a las seis de la mañana del día 26. A las 9, continuando el combate, se observó con claridad que el enemigo se ponía en retirada hasta repasado el río Huelva, en cuyo punto se hizo fuerte revolviéndose de nuevo contra la división, pero es contenido por el valeroso Regimiento de Cangas de Tineo, así como por otras partidas de diferentes cuerpos, entre ellos el de Grado, que, dando muestras de gran valor, se batieron en línea por espacio de tres horas, en que es rechazado el enemigo. Tras la acción se dio a la tropa el merecido descanso.        

 

            El 15 de abril interviene en la acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal Mortier. Retirada a la Sierra de Aracena.

 

            El 26 de mayo asiste a la sorpresa y ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva).

 

            En los estados de fuerza de fecha 15 de junio de 1810 correspondientes al Ejército de la Izquierda de operaciones en Extremadura el Regimiento de Grado, que   continúa encuadrado orgánicamente en la 3.ª división que manda el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, se hallaba dividido en dos batallones, pero no expresa la fuerza efectiva con que contaba en esos momentos.  

 

            Así, pues, entre los meses de junio y julio de 1810 la división se reorganiza en Fregenal de la Sierra (Badajoz), quedando ahora compuesta por sólo cinco regimientos de los diez que, inicialmente, la conformaban. Tras el arreglo de la división de Ballesteros, el Regimiento de Grado, en cuadro y con escasos efectivos por el propio desgaste de la guerra y por haber distribuido la casi totalidad de su fuerza entre los regimientos de Castropol, Cangas de Tineo, Lena, Pravia e Infiesto, por orden del marqués de la Romana, es enviado a Galicia para ser reemplazado.

 

            Por aplicación del Reglamento del Consejo de Regencia de 1.º de julio de 1810, todos los regimientos, incluidos los Provinciales, son declarados “de Línea”[5], bajo el pie de dos batallones, con proporción a los efectivos disponibles con los que contaba en esos momentos, conservando todos ellos sus propias denominaciones. 

 

            Por Orden del 25 al 26 del Ejército de la Izquierda, fechada en el cuartel general de Badajoz el 23 de julio de 1810, se da a conocer la nueva organización de las divisiones de él dependientes[6]. Como consecuencia de lo anterior, tal como estaba previsto, el cuadro del Regimiento de Grado, regresa a Galicia.

 

            Tras la llegada a Galicia, el cuadro del Regimiento de Grado y los escasos efectivos que lo componían, queda acantonado en la antigua provincia de Mondoñedo a la expectativa del destino que se le pueda dar. En el estado de fuerza fechado en La Coruña el 22 de agosto de 1810, el Regimiento presenta los efectivos que refleja el siguiente cuadro:

 

 

 

 

 

Regimiento Infantería de Grado

Fuerza

Totales

Plana Mayor

  Coronel

  Teniente Coronel

  Sargento Mayor

  Ayudante

  Capellanes

  Cirujano

  Tambor Mayor

Oficiales

  Capitanes 1ºs.

  Capitanes 2ºs.

  Tenientes

  Subtenientes

Tropa

  Sargentos 1ºs.

  Sargentos 2ºs.

  Cabos y Tambores

  Soldados

 

   1

   1

   1

   2

   2

   -

   1

 

   2

   8

   9

 13

 

 

 10

 40

32

38

 

 

 

 

 

 

 

  8

 

 

 

 

 

 26

 

 

 

 

120

  T O T A L

       154

           

            El 28 de agosto de 1810 el cuadro del Regimiento de Grado, sin actividad alguna, se hallaba acantonado en la ciudad de Mondoñedo.

 

            Como consecuencia del deplorable estado que presentan los cuadros asturianos que se hallan en los distintos cantones de Galicia, entre los que se encuentra el de Grado; el 12 de septiembre de 1810 la Junta de Asturias, con la aquiescencia del marqués de la Romana, acuerda señalar los puntos del Principado donde deberán concentrarse para proceder a su reorganización. Así, el 18 de este mismo mes la Junta dispone que los cinco cuadros (Grado, Villaviciosa, Candas y Luanco, Provincial de Oviedo y Covadonga) que llegaron de Extremadura se acantonen en las localidades de Castropol, Navia, Luarca, Pola de Allande y Pola de Somiedo. Se ignora cuál de los puntos anteriormente citados le fue el asignado al cuadro del Regimiento de Grado, aunque todo parece indicar que se hallaba en las inmediaciones de Pola de Somiedo.     

 

            Un mes más tarde, el 25 de octubre la Junta de Asturias pone de relieve los inconvenientes que puede causar en las actuales circunstancias el arreglo de los cuerpos contemplado en el Reglamento del 1.º de julio de 1810 (resultaba imposible la recluta de efectivos para completar las unidades), por lo que la situación de los “cuadros” continuó en la misma situación de inactividad.  

 

            El ministro de la Guerra, por orden de 6 de diciembre de 1810, comunica a la Junta Superior de Gobierno, Observación, Armamento y Defensa del Principado que, en nombre de S. M.. el Consejo de Regencia “… quedó enterado de la llegada de los cinco regimientos en quadro [entre ellos, el de Grado] por disposición del marqués de la Romana”[7].

 

            Por R. O. de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6.º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Con motivo de este arreglo, el cuadro del Regimiento de Infantería de Línea de Grado queda adscrito a la Subinspección de Asturias.      

 

         El brigadier D. Jaime M.ª de Carvajal informa a la Junta de Asturias de su nombramiento como comandante general de Reserva y de hallarse al mando de los cuadros de los Regimientos de Grado, Villaviciosa, Candás y Luanco, Covadonga y Provincial de Oviedo, por lo que solicita su conformidad para proceder a la reorganización de los mencionados cuerpos. La Junta, después de agradecerle sus buenos deseos de contribuir a expulsar al enemigo del suelo patrio, acuerda solicitarle que incluya la comisión e instrucciones, acompañando, además, un estado de la fuerza disponible, ya que empeñada como está –se le dice– la provincia en una lucha continua con el enemigo, es del mayor interés organizar las fuerzas e imbuirlas de la verdadera disciplina y obediencia para que las acciones de guerra correspondan a la sagrada obligación en que se hallan constituidos.      

 

            D. Bernardo Alvarez, capitán graduado de teniente coronel del Regimiento de Infantería de Grado, en atención a su acreditado valor se le encomienda el mando de una partida para recoger desertores y dispersos de los cuadros de los regimientos de Grado, Covadonga Villaviciosa, Candás-Luanco y Oviedo con el objeto de reintegrarlos a sus banderas.       

 

  1811

 

         Debido al lamentable estado que presentaban los cuerpos que componían la guarnición del Principado de Asturias, debido fundamentalmente al desgaste provocado por la dura y prolongada campaña, se pone de manifiesto la necesidad perentoria de acometer una profunda reorganización de los regimientos asturianos, ya que su eficacia era escasa y su inacción la nota dominante. Con el objeto de darles la organización conveniente para que sirvan con la utilidad posible; el 28 de febrero de 1811 el mariscal de campo D. Francisco Xavier Losada, a la sazón comandante general en 2.º de las Armas del Principado de Asturias, comunica a la Junta Superior que se halla dando las disposiciones necesarias con el objeto de cumplimentar  la orden terminante del general en  jefe del 6.º Ejército para proceder al arreglo y organización de todas las tropas existentes en el Principado de Asturias, entre las que, naturalmente, se encuentra el Regimiento de Grado.

 

            Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, parece que, por fin, se resuelve acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el tercero y definitivo intento que se hace desde el año 1809), por lo que el 11 de abril de 1811, con la disolución de todas aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se lleva a efecto la reorganización de los mismos. Se disuelven 13 regimientos, cuyas exiguas plantillas se refunden pocos meses después en tres cuerpos de nueva planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”.

 

            11 oficiales y 6 tambores del extinguido Regimiento de Grado se integran en el recién constituido  Regimiento “2.º de Asturias”, y la mayoría de los 120 efectivos de tropa con que contaba en esos momentos, se refunden el 14 de abril en el Regimiento “1.º de Asturias”, que por esas fechas se encontraba en el Depósito de Instrucción de Lugo organizándose.

 

 

Uniformes

 

            La uniformidad, propiamente dicha, observada por el Regimiento de Grado al principio del levantamiento contra el invasor ha discurrido paralela a la de los demás regimientos asturianos que se crearon en fecha anterior o posterior a él.

 

            En septiembre de 1808, con motivo de haberse formado la División asturiana del General Acevedo, parece ser que a los componentes del Regimiento de Grado le fueron suministradas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme se componía de casaca o chaqueta corta de paño pardo[8], con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba de tropas ligeras); un  pantalón o calzón, también de paño pardo, y otro de lienzo crudo para el verano; una chaqueta corta de fatiga, también de lienzo crudo, posiblemente con cuello y vueltas grana o verde. Como prenda de cabeza, según acuerdo adoptado por la Junta de Asturias el 19 de octubre de 1808, usaban el gorro de manga o de cuartel, o bien el sombrero redondo, de los fabricados en el Real Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que se estaban formando por esas fechas para incorporarse en Vizcaya al Ejército de Galicia.

 

            Tras el descalabro sufrido por la división Acevedo en Espinosa de los Monteros en noviembre de 1808, algunos regimientos que regresaron a Asturias –muy reducidos de personal por las bajas sufridas y la dispersión de muchos de sus efectivos–, recibieron, mediante sorteo realizado por la Inspección del ejército, uniformes de color rojo de procedencia británica recibidos en Asturias en febrero de 1809. El Regimiento de Grado, aunque no hay constancia documental que lo pruebe, es posible que por su pertenencia a la división del Eo –la mejor provista de todo– se haya beneficiado con prendas de este vestuario. Dicho uniforme, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco blanco, pantalón de lienzo y chacó del tipo ‘stovepipe’ (tubo de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas prendas se efectuaba mediante sorteo realizado por la propia Inspección del Ejército en Asturias.

 

            El 17 de julio de 1809 los cuerpos de la nueva división, que ahora manda el Marical de Campo D. Francisco Ballesteros, reciben en el campamento de Contrueces (Gijón) nuevo armamento y vestuario, también de procedencia británica, enviado a los asturianos a través de la Junta de Sevilla. El vestuario se componía de casaca blanca, cuello y vuelta encarnada, forro blanco y botón dorado; calzón corto de lo mismo y gorro blanco con vuelta encarnada. En el botón, parece ser, sólo figura la inscripción “GRADO”.            

           

 

 

Recompensas

 

            Entre las recompensas recibidas por los componentes del Regimiento de Grado, destacan las siguientes:  

 

Escudo de Distinción al Valor en Asturias

 

            Creado por la Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del Mariscal de Campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante el ataque general efectuado el 15 de enero de 1809 contra el citado dispositivo por fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de distinción denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de abril de 1809, así como a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809.

 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[9]      

 

            Aunque el Regimiento de Grado no intervino en ninguna de las acciones antes mencionadas, sí se había hecho acreedor al mismo por su decidida participación en la batalla de Espinosa de los Monteros; las acciones de guerra desarrolladas en la línea del Eo-Navia con la División Vorster; acción del puente de San Martín y ataque la guarnición francesa de Grado.

 

Cruz del Ejército de la Izquierda

 

            Es como la de Albuera; lleva la palabra “Izquierda” en la orla y en el centro el escudo de Galicia, un copón de oro sobre campo azul sembrado de cruces. La cinta es encarnada con filetes amarillos anchos. Fue creada el 14 de mayo de 1815 para premiar el celo, valor y denuedo del Ejército de Galicia, posteriormente llamado de la Izquierda. Por Real Orden de 25 de junio siguiente se permitió a los naturales de Asturias que tuviesen derecho a esta cruz que pusiesen en ella las armas del Principado en lugar de las de Galicia.

            Por cédula de 10 de junio de 1815 expedida por el teniente general Ballesteros y dirigida al capitán general D. Joaquín Blake, se aclara que la Cruz instituida por R. O. de 14 de mayo del mismo año, se concede, además, por “su valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra tuvieron en Rioseco, Sornosa [Zornoza], Guenes [Güeñes].

 

Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

            Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el mariscal Ney y por los generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

 

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo].

 

Medalla y E. D. de Medina del Campo

 

            Creada por R.O. de 2 de julio de 1815 para premiar a las tropas que tomaron parte en esta gloriosa acción rechazando, batiendo y persiguiendo al Ejército enemigo. Tiene forma elíptica, esmaltada de blanco, en cuyo centro lleva una corona triunfal de color verde; alrededor y con letras de amaranto, se inscribe “Al valor Medina del Campo noviembre 23 de 1809”. Cuelga de cinta blanca con filetes estrechos de color verde.

 

            Inicialmente, existió en formato de Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando VII, se convirtió en medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que presenta la medalla, con única la salvedad que el diseño que ha llegado a nuestras manos dice: “Al valor Medina del Campo – 1809”. 

 



[1] ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del levantamiento de Asturias en 1808. Edición de Silverio Cañada., Gijón, 1988, en la pág. 187, dice que fueron los Regimientos de Hibernia, Castropol, Candás y Luanco, Grado, Cangas de Tineo y Provincial de Oviedo. Esto no ha sido así, ya que el  parte  rendido por el propio general Acevedo el día 10 de noviembre desde el cuartel general de Espinosa de los Monteros, dice: “… nombré á los de Castropol, Luarca, Candás y Grado, como que estaban menos fatigados. No pareciendo suficiente número el de los 4 regimientos, añadí al momento el provincial de Oviedo, y dispuse que su comandante el brigadier D. Francisco Manglano tomase el mando interino de toda la posición.” Por lo tanto, se descuelgan de la relación los regimientos de Hibernia (que, durante el ataque enemigo, acudió a reforzar a los anteriores) y el de Cangas de Tineo (encargado de sostener la rerirada) citados por Valdés  (Inserto en el Diario de La Coruña, nº 164, de 1º de diciembre de 1808,  pp. 653-656).  

[2] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida tras la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado comandante general del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3.ª división del Ejército de la Izquierda.

[3] Este Reglamento fija el pie y la fuerza de los regimientos de nueva creación, tanto de Línea como Ligeros y de Milicias Provinciales, debiendo constar cada unote 2 batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las seis restantes de fusileros. Respecto a la anterior organización, se reduce la plantilla de tambores y pífanos en los batallones  y compañías, elevándose a 120 el número de soldados por compañía. Los cuerpos asturianos arreglados conforme a dicho Reglamento nunca llegaron a superar, ya que las disponibilidades de fuerza no lo permitían, el número de plazas fijadas para cada regimiento.   

[4] El teniente general D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casona en el concejo de Castropol.

[5] De hecho, algunos regimientos asturianos ya existían organizados en dos batallones desde el 1.º de octubre de 1808, así como por el Reglamento de 23 de enero de 1809.

[6] Diario de La Coruña, nº 230, de 18 de agosto de 1810.

[7] AHA, libro 129, pág. 27 vtª.

 

[8] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.

[9] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato de un teniente coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.