REGIMIENTO
INFANTERIA DE NAVIA (1808-1811)
ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN
Creado y aprobado en la ciudad de
Oviedo el 23 de junio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de Navia,
bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de
1.000 hombres. Fue su primer coronel D. José Gabriel Trelles, antiguo Guardia
de Corps.
-
1 Coronel………………………………
D. José Gabriel Trelles
-
1 Sargento Mayor
…………………….. D. Gaspar Acevedo
-
2 Ayudantes de la
clase de subalternos
-
1 Abanderado
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1 Capellán
-
1 Cirujano
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1 Armero
-
1 Tambor Mayor
Además, teóricamente, cada una de
las compañías del batallón de Navia debería estar compuesta de:
- 1
Capitán
- 2 Tenientes
- 1 Subteniente
- 1 sargento 1.º
- 3 sargentos 2.ºs
- 4 cabos 1.ºs
- 3 tambores
- 90
soldados
VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA
1808
El 11 de agosto de 1808 el Regimiento
de Navia se encontraba acantonado en Rioseco de Tapia (León) con la división
del general Quirós. Este mismo sale para el cuartel general de Otero de las
Dueñas.
En setiembre 1808 figura como cajero
del regimiento el oficial D. Francisco Fernández Montesinos.
El 12 de septiembre de 1808 el
Regimiento de Navia aún se hallaba en fase de formación y una vez concluida su
organización, los componentes del cuerpo son sometidos a una intensísima
instrucción militar con el objeto de infundirles la disciplina y adiestrarles
en el manejo del arma y sus fuegos, etc.
El 25 de septiembre el batallón se encontraba en Valdesoto,
concejo de Siero, en donde continuaba practicándose en las distintas
evoluciones conforme establece el vigente Reglamento para ejercicios y
maniobras de la Infantería.
El 10 de octubre de 1808 el
Regimiento de Navia se encuentra en Pola de Siero, desde donde sale con
dirección a Infiesto con el objeto de relevar al Regimiento de Siero de
guarnición en aquel cantón. El 16 de este mismo mes llega a Infiesto, en donde
recibe nuevos efectivos para su completo. En este tiempo, el regimiento
mantiene un destacamento en Caleao. En este tiempo, el mando interino del
regimiento lo ejerce D. Gaspar Acevedo, sargento mayor del mismo cuerpo.
El 18 de octubre de 1808 las fuerzas
del destacamento de Caleao, que son tropa del Regimiento de Navia, se reúnen
con las demás del cuerpo que se hallan acantonadas en Infiesto.
Con el objeto de reforzar la
guarnición de Llanes, el 20 de noviembre de 1808 el gobernador militar de
Infiesto dispone que, a la mayor brevedad posible, las fuerzas del Regimiento
de Navia que se hallan en este cantón se pongan en marcha para acudir a Colombres,
cuyo punto se halla en el mayor aprieto al ser acometido por el enemigo desde
el día anterior.
Apenas concluida la organización, el
Regimiento de Navia, junto con los demás cuerpos que no habían constituido la
división expedicionaria asturiana destinada al Ejército de Galicia, emprende la
marcha con dirección a Colombres para restablecer en este punto el dispositivo
defensivo bajo las ordenes del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[1].
El 23 de noviembre de 1808 llega a
Cangas de Onís, en donde es alojado en el monasterio de Villanueva.
El 30 de noviembre de 1808, según el
estado de fuerza fechado en el cuartel general de Sebreño (casa de los Blancos,
Ribadesella), el Regimiento de Navia presenta una fuerza compuesta por 2 jefes,
5 capitanes, 18 subtenientes, 29 sargentos, 3 tambores, 50 cabos y 413 plazas
de fusil. Total 25 cuadros y 495 efectivos.
El 1.º de diciembre entra en la villa
de Llanes, en cuyo punto se acantona.
En el estado general de los cuerpos
asturianos, remitido a la Inspección del Ejército por el capitán general de la
provincia y datado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Navia
presenta una plantilla regimental formada por 2 jefes, 29 oficiales y 528
efectivos. El armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su
estado de instrucción se consideraba mediano.
1809
En la mañana del 15 de enero de
1809, mientras el enemigo atacaba vigorosamente el puente de Lley, defendido
por el valeroso Regimiento de Villaviciosa que se hallaba reforzado por una
compañía del Regimiento de Castropol, el Regimiento de Navia recibe la orden para
que, a través de las montañas, pasase a Siejo con el objeto de acudir al punto
que la exigencia bélica así lo precisase.
Ante la frágil situación en que se
encontraban los puestos enemigos y que, debido a esta circunstancia de agotamiento,
prometía cortarlos desde Molleda hasta San Pedro; en la mañana del 8 de febrero
de 1809 el general Ballesteros decide acometerlos, para lo que, entre otras
cosas disposiciones, ordena que el Regimiento de Navia al mando de su sargento mayor,
graduado de teniente coronel, D. Gaspar Acevedo, se dirija a la barca de
Narganes para situarse sobre Camijanes, en cuyo punto el enemigo mantiene concentrada
toda su fuerza, con el objeto de desalojarle de allí y proteger de esta forma
el ataque, cometido que los hombres de Navia cumplen a plena satisfacción de su
general en jefe. Al día siguiente el Regimiento de Navia seguía con su cometido
de proteger el paso de Narganes.
El 22 de febrero de 1809 aparece
encuadrado en la 1.ª división situada en la línea de Columbres al mando del
general Ballesteros.
El
6 de marzo de 1809 el teniente D. Francisco Farto figura como habilitado del
Regimiento de Navia.
El 18 de marzo de 1809 se encuentra
en el punto de Siejo. Lo sigue mandando, por ausencia de su coronel, el
sargento mayor D. Gaspar Acevedo.
El 1.º de abril de 1809 el teniente
D. Francisco de Paula Cuervo, solicita que los últimos mozos alistados en el
concejo de El Franco se incorporen al Regimiento de Navia.
En el mes de abril de 1809, debido a
la persistente situación de debilidad en que se encontraban las tropas
francesas, circunstancia ésta que podía deparar al intrépido denuedo de las
tropas asturianas un día de gloria, el general Ballesteros decide atacar toda la
línea enemiga comprendida entre los ríos Deva y Nansa, para cuyo objeto combina
cinco columnas de ataque. Según la orden de operaciones, el Regimiento de Navia,
al mando de su sargento mayor D. Gaspar Acevedo, debería atacar Puente Nansa y
Celis, e impedir a toda costa que el enemigo que ocupa estos puntos pueda
reunirse con los de Rábago y Camijanes.
La operación, aunque bien planeada, no
obstante fue suspendida por la dificultad que entrañaba salvar el río, muy
crecido en esa época debido a las intensas lluvias y copiosas nevadas de la
estación invernal, que impedía absolutamente el paso de las barcas. Una vez
disminuido el cauce de las aguas y tendido el puente de Llés, Ballesteros
decide efectuar el ataque en la mañana del día 29 de abril.
El ataque general, según instrucciones
cursadas a los jefes de los cuerpos respectivos, debería efectuarse
simultáneamente por todas las columnas en una extensión de tres leguas. El teniente
coronel del Regimiento de Navia, tal como se le había ordenado, divide sus
fuerzas en dos columnas y será el propio teniente coronel D. Gaspar Acevedo, al
frente de una de estas columnas, quien emprenda el ataque sobre el puente de
Celis, mientras que la segunda columna, al mando del capitán D. Gerónimo Guía, arrolla
al enemigo situado en Puente Nansa, siendo completamente batidos y desalojados
de ambos puntos.
El
mismo día 30 de abril, el general Ballesteros desde el cuartel general de
Villanueva, recomienda al marqués de la Romana –ahora nuevo general en jefe del
Ejército de la Izquierda–, haga llegar a S. M. el singular mérito que han
contraído todos los jefes, oficiales y tropa de la división de su mando que
intervinieron en el ataque general contra el dispositivo enemigo. Todos,
absolutamente todos, cumplieron exactamente con su deber, por lo que el general
en jefe de la división les expresa las gracias a las que son acreedores por la
subordinación y valor con que han ejecutado sus órdenes. Tanto el jefe que los
mandaba como los oficiales y tropa del Regimiento de Navia, han llenado sus
deberes, marchando con la mayor valentía a batirse con el enemigo.
No cabe la menor duda que las
acciones de los días 15 de enero y 29 de abril
fueron determinantes para la concesión del Escudo de Distinción “Al
Valor de Asturias”.
El 20 de mayo de 1809 el general
Ballesteros, advertido de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que
Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del mariscal Ney, recibe el encargo del
marqués de la Romana para que “reúna
cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” y pone a sus órdenes el
Regimiento de la Princesa que manda el coronel D. José O’Donnell. En
cumplimiento de la orden anterior, Ballesteros decide abandonar la línea de
Colombres y efectuar el repliegue sobre Cangas de Onís, al tiempo dispone que
la reunión de las tropas se verifique en el Infiesto, a cuyo punto se dirige
con todo su cuartel general para recibirlas.
Una vez concentradas las fuerzas en
Infiesto, el general Ballesteros intenta organizar lo mejor posible los cuerpos
que deberán operar bajo su mando, entre los que, naturalmente, se encuentra el
Regimiento de Navia.
Advertido el enemigo de los planes
del general Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet,
en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir
su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero
informado Ballesteros de la ocupación de Oviedo y que fuerzas importantes
enemigas se le echan encima, decide mover sus unidades y en una resuelta
maniobra de distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las coloca justo en
la retaguardia enemiga.
Al no hallar referencia documental
alguna, se desconoce si realmente el Regimiento de Navia llegó a emprender con
los demás cuerpos de la División la arriesgada y agotadora marcha desde
Covadonga, a través del puerto de Ventaniella, a Potes (Santander), aunque lo
más probable es que no lo hiciera y haya sido una de las unidades que permaneció
de guarnición en el Principado de Asturias.
En efecto, coincidiendo con las
fechas de la heroica marcha hacia Santander, el Regimiento de Navia aparece combatiendo
en mayo de 1809 en Avilés, siendo su 3.ª compañía la encargada de sostener el
paso del puente de San Sebastián. En la acción resulta muerto D. Diego Queipo de
Llano, capitán de la expresada 3.ª compañía del Regimiento de Navia.
Tras la sorprendente derrota y
posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña
de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el general
Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por
orden expresa del marqués de la Romana, general en jefe del Ejército de la
Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas al objeto de
reincorporarlas al citado ejército. En cumplimiento de esta orden, Ballesteros
decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón.
Para cumplir con lo ordenado por el
marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los
dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a
la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento,
para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la
jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de Navia, según
la orden anterior, se había fijado en la propia villa de donde había tomado el
nombre la unidad: la villa de Navia.
El 4 de agosto de 1809 el Regimiento
de Navia figura en la división de reserva, que manda el brigadier Bárcena, con
una fuerza total de 370 efectivos. El día 29 de este mismo mes y año sale de
sus cantones para Gijón.
En el estado general de todos los
regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla
el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Navia y continua
mandado por el brigadier D. José Gabriel Trelles.
1810
En 1810, D. Tomás Silvestre Suárez, figura
en
El 6 de abril de 1810 el Regimiento
de Navia, que continúa formado por un sólo batallón, sigue de guarnición en
Gijón.
En sesión de
En consecuencia, una vez deliberado sobre la forma de
llevar a efecto la organización del Ejército, se acordó enviar
El 21 de mayo de 1810 se vuelve a
tratar sobre la reforma de los regimientos acordada el 4 de abril anterior,
pero no se hace al respecto.
Por acuerdo de la Junta de 8 de
junio de 1810, en su artículo º 2º, se declara nula la reforma del Ejército en
todas sus partes, por lo que los cuerpos vuelven a ostentar las antiguas
denominaciones.
El Regimiento de Navia, encuadrado
en la división de vanguardia del brigadier Bárcena, durante los meses de agosto
a noviembre de 1810 combate en todas, o casi todas, las acciones de guerra que
tienen lugar en los concejos de Grado y Salas, comprendidos dentro de
La fuerza del Regimiento de Navia,
integrante de la partida ligera que manda el oficial D. Vicente Campoamor,
según acuerdo de
El 30 de septiembre de 1810 el Regimiento de Navia,
compuesto en esa fecha por 192 efectivos, continúa encuadrado en la división de
vanguardia.
Los días 1 y 2 de octubre de 1810
combate en Pola de Lena y el día 6 del mismo mes en Puente de los Fierros.
El 28 de noviembre de 1810 en la
acción que tiene lugar en las alturas de El Fresno (concejo de Grado) el
Regimiento de Navia sufre 11 bajas, entre muertos y heridos.
Por R. O. de 16 de diciembre de
1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan
en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia)
pasa a denominarse 6º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la
parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en
Galicia y otra en Asturias. Como consecuencia de la orden anterior el
Regimiento de Navia, cuya disolución ya se contemplaba, no se le nombra ni
aparece relacionado en los distintos estados de fuerza, ya que sus efectivos
apenas superaban los 200 hombres.
1811
El
1º de febrero de 1811 el Regimiento de Navia –que continúa desplegado en la
línea del Nalón-Narcea– presenta una fuerza en revista compuesta por 19 jefes y
oficiales y 255 plazas de fusil.
El 23 de febrero de 1810 el batallón
aparece mandado por el coronel D. Francisco de Sierra y Llanes.
Después
de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, el 28 de febrero de
1811 se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el
tercero y definitivo intento que se hace desde 1809).
Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas
aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete
la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyas exiguas plantillas
se refunden unos dos meses más tarde en tres cuerpos de nueva planta que
retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. 4 oficiales del extinguido Regimiento
de Navia se integran en el Regimiento “2º de Asturias”, y los efectivos de
tropa con que contaba en esos momentos (144 hombres), se refunden en el mes de
julio de 1811 en el Regimiento “3º de Asturias”, cuya organización concluía en
Oviedo por aquellas mismas fechas.
Uniformes
La uniformidad, propiamente dicha,
observada por el Regimiento de Navia al principio del levantamiento contra el
invasor ha discurrido paralela a la de los demás regimientos asturianos que se
crearon en fecha anterior o posterior a él.
Poco después de formarse el cuerpo,
a los componentes del Regimiento de Navia les fueron suministradas diversas prendas
de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme se
componía de casaca o chaqueta corta de paño pardo[2],
con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba
de tropas ligeras); un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o
fatiga de lino o lienzo crudo, posiblemente con cuello y vueltas también de
color grana o verde. Como prendas de cabeza, parece ser que usaban el gorro de
manga o de cuartel, o bien el sombrero redondo, de los fabricados en el Real
Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo
meses antes. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado
eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a
tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando
en Oviedo.
En febrero de 1809, aunque no existe
constancia documental alguna que pruebe su reparto entre los componentes del
Regimiento de Navia, es posible que por la pertenencia del cuerpo a la división
de vanguardia (guarnición de Asturias) se haya beneficiado con prendas de vestuario de procedencia británica, ya que
según orden del General en Jefe del ejército asturiano, aquellos soldados «...
q.e no se hallen bestidos de encarnado sufrirán la pena de muerte ...»[3]. Dicho
uniforme, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco blanco, pantalón de
lienzo y chacó tipo ‘stovepipe’ (tubo
de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas prendas
se efectuaba mediante sorteo realizado por
Recompensas
El Regimiento de Navia, al tratarse éste de un cuerpo ceñido
exclusivamente a la defensa y guarnición del Principado de Asturias, fueron escasas
las recompensas recibidas por sus componentes. Entre estas, destacan:
Escudo de Distinción al Valor en Asturias
Para enaltecer el valor de los
cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres,
Como consecuencia de lo anterior,
Dicho escudo, para llevar bordado en
la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza
circular de paño o lino blanco, de
Cruz de Distinción del Ejército Asturiano
Creada por Real Orden de 4 de junio
de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se
condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos
aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los
que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal
Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su
corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á
quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de
las Reales armas y honor de sus naturales”.
La
cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un
triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular,
en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
[1] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida a raíz de la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado Comandante General del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3ª división del Ejército de la Izquierda.
[2] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.
[3] Bando del Teniente General D. José María Cienfuegos, publicado en el cuartel General de Luarca el 10 de abril de 1810.
[4] Este
mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del
uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares,
al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y
colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que
el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo
exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o
blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo
ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del
uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato
de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la
condecoración en la manga izquierda de