REGIMIENTO INFANTERIA DE RIBADESELLA
(1808-1811)
ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN
Creado y aprobado en la ciudad de
Oviedo el 9 de julio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de Ribadesella,
bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de
1.000 hombres. Fue su primer coronel D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós y Navia
Arango.
-
Coronel………………………………
D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós
-
Sargento Mayor
…………………….. D. Carlos Valdés Argüelles
-
2 Ayudantes de la
clase de subalternos
-
1 Abanderado
-
1 Capellán
-
1 Cirujano
-
1 Armero
-
1 Tambor Mayor
Además, teóricamente, cada una de
las compañías del batallón de Ribadesella debería estar compuesta de:
- 1
Capitán
- 2 Tenientes
- 1 Subteniente
- 1 sargento 1.º
- 3 sargentos 2.ºs
- 4 cabos 1.ºs
- 3 tambores
- 90
soldados
VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA
1808
El 15 de agosto de 1808 el
Regimiento de Ribadesella se encontraba en Pola de Gordón y la Robla formando
parte de la división de vanguardia destinada a la línea de Pajares bajo mando
del brigadier D. Francisco Ballesteros. En este tiempo, los componentes del
batallón de Ribadesella se someten a una intensísima instrucción militar con el
objeto de infundirles la disciplina y adiestrarles en el manejo del arma y sus
fuegos, etc.
El 22 de septiembre de 1808 se
encontraba en Pajares.
El Batallón de Ribadesella, aún en
fase de formación, es integrado en la nueva división expedicionaria organizada
por Ballesteros –ahora flamante mariscal de campo– con el objeto de situarse frente a las
fuerzas enemigas del general Bessiers que se encontraban en el puerto de El
Escudo. El 26 de octubre de 1808 el batallón se halla sobre Reinosa y,
posteriormente, la división se retira a Asturias, situándose de nuevo sobre el
Puerto de Pajares.
En el estado general de los cuerpos asturianos, remitido a
la Inspección del Ejército por el capitán general de la provincia, datado en
Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Ribadesella presenta una
plantilla regimental formada por 2 jefes, 29 oficiales y 685 plazas de fusil. El
armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de
instrucción se consideraba mediano.
1809
Por disposición de la Junta de
Asturias, el 12 de febrero de 1809 el Regimiento de Ribadesella, que se
encontraba dando guarnición a al capital del Principado al mando de su coronel,
D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós, se le ordena salir a cubrir los puntos que,
hasta ahora, ocupa el batallón del Regimiento de Infiesto. Siendo preciso para
poder salir a campaña, el coronel D. Carlos Valdés y Argüelles, sargento mayor
del expresado cuerpo, solicita equiparse con 900 vestuarios. En este tiempo la
fuerza actual del regimiento es de 744 efectivos, de cuya fuerza la tercera
parte se halla enferma o convaleciente de resultas de la epidemia que el cuerpo
contrajo en Oviedo. Este mismo día se ordena la agregación de los 142
reemplazos de nuevo alistamiento que se encuentran en la villa de Gijón.
El 16 de febrero de 1809 se dispone
que la mitad del Regimiento de Ribadesella, con los nuevos alistados del
concejo de Navia, pase a guarnecer Pajares y la otra mitad se sitúe en Pino de
Aller.
El 22 de febrero de 1809 aparece
encuadrado en
El 2 de marzo de 1809 se le agrega
un capitán y dos subtenientes de Voluntarios de El Bierzo y el 20 del mismo mes
recibe 292 fusiles con sus bayonetas y vainas y 50 más sin bayoneta.
El 13 de abril de 1809 el Regimiento
de Ribadesella continuaba en la línea de Pajares, ahora mandada por el brigadier
Quijano, y el día 20 de este mismo mes llega a Cangas de Onís.
Según el estado de fuerza del
Regimiento de Infantería de Ribadesella, circunstanciado en la localidad de
Cuérigo el 25 de abril de 1809 por el sargento mayor D. Carlos Valdés
Argüelles, el único batallón de que constaba el expresado regimiento presentaba la siguiente orgánica:
P L A N A M A Y O R |
Coronel
………………………………. D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós Sargento Mayor, el Teniente
Coronel .. D. Carlos Valdés Argüelles Ayudante Mayor …… ………………. D. Manuel Marinas Otro …………………………………. D. Simón Díaz
Abanderado ………………………… Vacante Capellán …………………………….. D. Manuel Ordíz Tambor Mayor ……………………… Vacante Armero ……………………………… Fernando de la Torre |
Capitanes |
Tenientes |
Subtenientes |
D. Pablo Sacristán, comisionado con el Mariscal de Campo D.
Fc.º Ballesteros |
D. Jacinto Carvajal |
D. José Canga |
D. Rodrigo Peláez Campomanes |
D. Francisco Sánchez |
D. Vicente Llana |
D. Francisco Florián |
D. Pedro San Julián |
D. Francisco Alvarez |
D. José Uría |
Vacante |
D. José Heres |
D. Francisco Sánchez Flórez |
D. José Albar González |
D. José Alvarez |
D. Gonzalo de Quirós, enfermo en casa |
D. Domingo Sánchez |
D. Manuel Peláez |
D. Pedro Menéndez Argüelles |
D. José Menéndez Argüelles |
D. Bartolomé García |
D. Fernando Miranda |
D. Florencio del Riego |
D. Rafael Daniel |
D. Antonio Uría |
D. Francisco Alvarez Ron |
D. Carlos Francisco Rubín |
D. Juan Viejo |
D. Juan Alvarez Pumeda |
D. Juan García Valdés |
|
Sgtºs 1ºs |
Sgtºs 2ºs |
Tambores |
Cabos 1ºs y 2ºs |
Soldados |
Fuerza total |
Presentes
y efectivos |
10 |
34 |
11 |
62 |
944 |
1.062 |
Enfermos en hospitales |
- |
2 |
- |
4 |
30 |
36 |
Yd. En su casa |
- |
1 |
- |
2 |
20 |
23 |
En varias comisiones |
- |
3 |
- |
5 |
38 |
46 |
|
10 |
40 |
11 |
73 |
1.032 |
1.167 |
De los 944 soldados existentes, y efectivos los 335, son reclutas
sin instrucción.
Notas:-
El
Sargento mayor, era Teniente del Regimiento Provincial de Oviedo, y fue
ascendido a Capitán de este Cuerpo, y después á su actual clase, por R.s
Cedulas de la Supr.mª Junta de este Principado. D. Manuel Marinas, Sargento 1.º
del mismo en
________________
El 19 de mayo el general Ballesteros
es informado de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se
hallaba en peligro inminente de ser ocupada por fuerzas del mariscal Ney,
recibe el encargo del marqués de la Romana para que abandone la línea de
Colombres y “reúna cuantas fuerzas pueda,
y que obre según le parezca” para que, a marchas forzadas, de dirija a
Oviedo. A tal efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros dispone que el
Regimiento de Ribadesella, junto con los restantes cuerpos de su mando, se
reagrupe en la capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se
presenta en Infiesto con el objeto de reorganizar sus fuerzas y, en virtud de
la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital del Principado.
Una vez concentradas las fuerzas en
Infiesto, el general Ballesteros intenta organizar lo mejor posible los cuerpos
que deberán operar bajo su mando, entre los que, naturalmente, se encuentra el
Regimiento de Ribadesella recientemente evacuado de Pajares.
Enterado el enemigo de los planes
del general Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet,
en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir
su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero enterado
Ballesteros de
El 24 de mayo se combate sobre los
Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves. Ballesteros
despliega allí cuatro batallones y otro de reserva en San Juan de Parres, de
los cuales entra en acción el Regimiento de Ribadesella, junto con el
Villaviciosa, cuyos cuerpos se baten con valor, produciendo al enemigo
considerables bajas. El Regimiento de Ribadesella sufre la baja de su sargento mayor, D. Carlos Valdés Argüelles,
que resulta muerto. Tanto por el desarrollo favorable de la acción táctica como
por la retirada de la división al santuario de Covadonga, sostenida por el
valeroso Regimiento de Cangas de Onís, se logran salvar todas las tropas e
impedimenta. Al éxito de la acción, no cabe duda que contribuyó
extraordinariamente el valeroso Regimiento de Ribadesella.
El día 25 de mayo el Regimiento de Ribadesella,
junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga y, a través del
puerto de Ventaniella, emprende una arriesgada y agotadora marcha hacia
Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento general, se retira a la
villa de Potes con el objeto de descansar y reponerse de las innumerables
fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse de algunas
municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander
El 26 de mayo de 1809 el general
Ballesteros, con la incorporación de fuerzas importantes de caballería e
infantería de Porlier, recupera la iniciativa ofensiva; ocupa Cartes y desaloja
al enemigo de la importante plaza de Torrelavega, en cuya villa fija el cuartel
general divisionario y permanece a la expectativa de los movimientos que pueda
efectuar el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.
Planeada la reconquista de
Santander, Ballesteros divide a la división en tres columnas de ataque, una de
cuyas columnas, en la noche del día 9 de junio, se pone en movimiento para
desalojar el reducto enemigo de Peñacastillo, que se mantiene bien fortificado
y artillado. El ataque a la posición se verifica el día 10, pero es rechazado
por la tenaz resistencia que ofrecen sus defensores.
A las tres de la tarde del mismo día
10 será el propio general Ballesteros quien, al frente de sus hombres, tome la
posición fortificada de Peñacastillo y desaloje al enemigo de sus reductos,
obligándole a replegarse sobre Santander. Tras dejar una pequeña guarnición en
la posición reconquistada, Ballesteros se presenta ante las mismas puertas de
Santander y por medio de un audaz golpe de mano los cuerpos de la división
recuperan la plaza y toman a la bayoneta las baterías que la defienden.
Rehecho el enemigo de la derrota
anterior, regresa con renovado ímpetu; el día 11 recupera la posición de
Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición y, en la noche de este
mismo y madrugada del siguiente, el general Bonet decide atacar Santander, cuyo
ataque por sorpresa provoca la confusión entre las tropas asturianas que
ocupaban la plaza, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la
desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques la división experimentó
considerables pérdidas entre muertos, heridos y prisioneros, encontrándose
entre estos últimos el sargento 1º del Regimiento de Ribadesella D. José
Sendilla, que es conducido a Angulema (Francia), logrando evadirse después de 2
años, 4 meses y 28 días de cautiverio, reintegrándose a sus Banderas en
Cataluña y, posteriormente, colocado en el Regimiento de Pravia.
Tras la sorprendente derrota y
posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña
de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el General
Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por
orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en Jefe del
Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas
fuerzas al objeto de reincorporarlas al citado ejército. En cumplimiento de esta
orden Ballesteros decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón.
Para cumplir con lo ordenado por el
marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los
dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a
la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento,
para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la
jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de Ribadesella,
según la orden anterior, se había fijado en la villa de Avilés.
El Regimiento de Ribadesella, como
consecuencia de haber sido uno de los cuerpos que no integró la nueva división
organizada por Ballesteros en Gijón, es destinado a la división de vanguardia,
que manda el Brigadier Bárcena.
El 31 de octubre de 1809 se halla
acantonado en Infiesto.
En el estado general de todos los
regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla
el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Ribadesella y continua
mandado por el brigadier D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós.
1810
En sesión de
En consecuencia, una vez deliberado sobre la forma de
llevar a efecto la organización del Ejército, se acordó enviar
El 21 de mayo de 1810 se vuelve a
tratar sobre la reforma de los regimientos acordada el 4 de abril anterior,
pero no se hace al respecto.
Por acuerdo de la Junta de 8 de
junio de 1810, en su artículo 2.º, se declara nula la reforma del Ejército en
todas sus partes, por lo que los cuerpos volverán a ostentar las antiguas
denominaciones. A pesar de la orden anterior, algunos cuerpos continuarían designándose
por sus números naturales durante algunos meses más, tal es el caso del
Regimiento de Ribadesella que siguió utilizando la denominación de Regimiento
nº 1 hasta principios del año 1811.
El 21 de julio de 1810 el cuerpo
volante del Regimiento de Ribadesella, ahora integrado en la división de
Oriente que manda el brigadier D. Federico Castañón, compuesto por 200 hombres al mando de su
comandante, el capitán D. Miguel Díaz Villabrible, bate a 400 enemigos sobre
las alturas de Urbiés, a los que causa sensibles bajas.
Durante el mes de agosto de 1810 el
Regimiento de Ribadesella se hallaba situado entre el Infiesto y Villaviciosa. El
13 de agosto se bate tenazmente en Cangas de Onís y el 17 del mismo mes combate
en Infiesto.
El 30 de septiembre de 1810 el
Regimiento de Ribadesella, compuesto en esa fecha por 593 efectivos, continúa encuadrado
en la división de Oriente.
Los días 6 y 7 de octubre de 1810 combate
entre Langreo y Oviedo y el día 8 asiste a la sorpresa de La Paranza (concejo
de Siero), punto situado a dos leguas de Oviedo, en el camino real de Oviedo a
Langreo[1].
En los primeros días del mes
noviembre de 1810 un destacamento de 80 hombres al mando del capitán D. Fernando
Miranda, que se hallaba en el punto de El Valle (concejo de Lena), con ánimo de
forzar el paso de los puentes de Vega del Ciego y de San Feliz pero que, a
pesar de los intentos, no pudo verificarse, por el impetuoso ataque lanzado por
fuerzas enemigas superiores, por lo que el capitán Miranda se ve en la
precisión de replegarse sobre Pola de Lena, pero al pasar de nuevo por El
Valle, el enemigo vuelve a cargar contra ellos, batiéndoles por completo.
Puestos en retirada hacia la embocadura de Aller, justo en el momento en que el
enemigo sale en su persecución, la columna volante del Regimiento de
Ribadesella y otras fuerzas del de Siero, que se encontraban en Carabanzo (concejo
de Aller), salen a reforzarles, obligando al enemigo a retirarse hacia Mieres.
El 16 de noviembre de 1810 el teniente
D. Fernando San Martín, al frente de una partida del Regimiento nº 1, por
disposición del brigadier Castañón es enviado a Carabanzo, en cuyo punto ataca
a 200 enemigos que acaban de regresar de hacer sus correrías por Lena,
cuasándoles varias bajas. El día 18 el teniente San Martín comisiona al sargento
D. Domingo Salamea, también del Regimiento nº 1, para que se dirija a Vega del
Ciego con el objeto de sorprender a Fernando Custodio, vecino de la citada
localidad que colaboraba con el enemigo, pero no siendo hallado, su casa, por
orden de Castañón, es saqueada, destinando a la provisión el grano hallado en
El mismo 18 de noviembre de 1810 el general
Castañón envía una compañía del Regimiento de Ribadesella, mandada por el subteniente
D. Juan García Valdés, que se hallaba a las órdenes inmediatas del teniente Díaz
Villabrille del Regimiento nº 1 (constituido por los regimientos Infante D.
Carlos, Ribadesella y Navia), con el objeto de averiguar el paradero de las
fuerzas francesas. Sorprendida la citada compañía y trabado combate con el
enemigo, justo en el preciso momento en que éste trataba de coparla,
oportunamente acude presto a socorrerla el teniente Villabrille, quien logró
obligarles, como es costumbre, a contenerse. En la acción, tanto por una como
por otra parte, se producen varios muertos y heridos.
El día 19 de noviembre de 1810 el general
Castañón ordena atacar al enemigo en los puntos de Mieres, Pola de Lena y
Puente de los Fierros. El ataque debería efectuase por fuerzas de la columna
volante comandada por el teniente Villabrille del Regimiento nº 1 y
En la mañana del 26 de noviembre de
1810, fuerzas enemigas del Regimiento nº 122[2],
al mando de su coronel, ataca la línea que defienden las fuerzas del brigadier
Castañón y avanza hasta Moreda, arrollando a sus avanzadas. Situado Castañón en
las altura de Turón y Nembra y habiendo reunido los franceses sus fuerzas en
estos puntos, se entabla un tenaz combate, cuyos fuegos duraron hasta la noche
de este día, reanudándose de nuevo al amanecer del día siguiente en que el
enemigo, advirtiendo la imposibilidad de su empresa, decide retirarse a
Villoria. Una partida del Regimiento de Siero, que ocupaba el paso de la altura
y que, en prevención de cualquier sorpresa, se había situado en la cresta,
obliga al enemigo a declinar sobre la izquierda y tomar en masa por lo alto del
cordal que divide los concejos de Aller y Laviana con dirección a Ciaño.
Por el extraordinario mérito
contraído por el sargento 1º D. Domingo Salamea; el capitán, comandante de la columna
volante D. Miguel Díaz Villabrille; el capitán D. Fernando Miranda; el teniente
D. Fernando S. Martín y el subteniente D. Francisco Zapico, todos
pertenecientes al Regimiento nº 1, por lo que el brigadier Castañón recomienda
particularmente a los citados por hacerse acreedores a las gracias de S. M. el
Rey.
Por R. O. de 16 de diciembre de
1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan
en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa
a denominarse 6º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte
de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y
otra en Asturias. El Regimiento de Ribadesella, cuya disolución ya se venía contemplando,
no se le nombra ni aparece relacionado en
1811
El
25 de enero de 1811 el general Castañón, llevando consigo al Batallón de
Ribadesella, ataca a la guarnición francesa de Llanes, produciéndole varios
muertos y heridos. Rehecho el enemigo, éste intenta sorprender a las fuerzas de
Castañón por medio de gran algarabía y estruendo producido por la artillería y
las propias cajas de guerra, pero al no conseguir los efectos deseados,
tuvieron que encerrarse de nuevo en sus posiciones.
El
1º de febrero de 1811 el Regimiento de Ribadesella –que continúa encuadrado en
la división de Oriente– presenta una fuerza en revista compuesta por 36 jefes y
oficiales y 775 plazas de fusil. Sigue mandado por el coronel D. Juan de Dios
Bernaldo de Quirós.
Después
de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, el 28 de febrero de
1811 se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el
tercero y definitivo intento que se hace desde 1809).
Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas
aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete
la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyas exiguas plantillas
se refunden unos dos meses más tarde en tres cuerpos de nueva planta que
retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. 4 oficiales del extinguido Regimiento
de Ribadesella se integran en el Regimiento “2º de Asturias”, y los efectivos de
tropa con que contaba en esos momentos, se refunden en el mes de julio de 1811
en el Regimiento “3º de Asturias”, cuya organización concluía en Oviedo por
aquellas mismas fechas.
Uniformes
La uniformidad, propiamente dicha,
observada por el Regimiento de Ribadesella al principio del levantamiento
contra el invasor ha discurrido paralela a la de los demás regimientos
asturianos que se crearon en fecha anterior o posterior al mismo.
Poco después de formarse el cuerpo,
a los componentes del Regimiento de Ribadesella parece ser que le fueron
suministradas diversas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del
Principado, cuyo uniforme debería componerse de casaca o chaqueta corta de paño
pardo[3],
con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba
de tropas ligeras); un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o
fatiga de lino o lienzo crudo, posiblemente con cuello y vueltas también de
color grana o verde. Como prendas de cabeza, parece ser que usaban el gorro de
manga o de cuartel, o bien el sombrero redondo, de los fabricados en el Real
Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo
meses antes. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado
eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a
tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando
en Oviedo.
En febrero de 1809, aunque no existe
referencia documental alguna que verifique su reparto entre los componentes del
Regimiento de Ribadesella, no cabe la menor duda que, por la pertenencia del expresado
cuerpo a la divisiones de Vanguardia y Oriente (guarnición de Asturias), necesariamente
ha tenido que beneficiase de las prendas de vestuario procedentes de la ayuda
británica recibidas en Asturias, precisamente, en ese mes de febrero. Según orden
del General en Jefe del ejército asturiano, aquellos soldados «...
q.e no se hallen bestidos de encarnado sufrirán la pena de muerte ...»[4],
por lo que se puede colegir que el Batallón de Ribadesella sí ha sido equipado con
dicho vestuario. Este uniforme, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco
blanco, pantalón de lienzo y chacó tipo ‘stovepipe’
(tubo de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas
prendas se efectuaba mediante sorteo entre los distintos cuerpos realizado por
Recompensas
El Regimiento de Ribadesella, al tratarse de un cuerpo ceñido
exclusivamente a la defensa y guarnición del Principado de Asturias, escasas han
sido las recompensas que recibieron sus componentes. Entre estas, destacan:
Escudo de Distinción al Valor en Asturias
Dicho escudo, para llevar bordado en
la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza
circular de paño o lino blanco, de
Cruz de Distinción del Ejército Asturiano
Creada por Real Orden de 4 de junio
de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se
condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos
aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los
que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el
Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á
pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos
enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con
mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.
La
cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un
triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular,
en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano
[1] Por aquellas fechas la actual carretera comarcal que, a través de Tudela-Veguín, comunicaba Oviedo con el Valle del Nalón no existía, por lo que la comunicación se hacía por el antiguo camino real de Oviedo a Langreo, cuyo trazado discurría, a partir de San Esteban de las Cruces, por El Caldero, alto de La Grandota y el Coto de La Paranza, desde donde descendía a Entrepeñas para, desde aquí., seguir hacía Langreo, es decir, que el trazado desde El Caldero hasta La Paranza, con la excepción de la actual variante que salva la altura de La Grandota, coincide con el recorrido de la actual “Ruta de las Peregrinaciones” (GR-105) que termina en Covadonga.
[2] Este regimiento, formado por 1.700 plazas, guarnecía la carretera de Oviedo a León, con destacamentos en El Padrón, Olloniego, Pola de Lena, Campomanes, Puente de los Fierros y Pajares. Su estado Mayor radicaba en Mieres. Cubría, además, el camino real de Oviedo a Langreo, con un fuerte destacamento en La Grandota.
[3] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.
[4] Bando del Teniente General D. José María Cienfuegos, publicado en el cuartel General de Luarca el 10 de abril de 1810.
[5] Este
mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del
uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares,
al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y
colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que
el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo
exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o
blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo
ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del
uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato
de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración
en la manga izquierda de